Punto de partida: Guada y Sui Generis

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«No sé cómo fui capaz de oírlo tantos años seguidos sin entrar en depresión, tenía demasiado peso, demasiada vida»

 

Coincidiendo con la edición de Cuero, su nuevo disco del cancionero popular argentino, en el que recupera bagualas y huaynos, le pedimos a la cantante, compositora y actriz Guadalupe Álvarez Luchía, Guada, que recuerde cuál fue el primer disco que le dejó una huella imborrable. En medio de su gira recién iniciada, que pasará por el Ateneo de Madrid el 5 de mayo y por El Volander de Valencia el 30 de mayo, entre otras fechas, se detiene a recordar el impacto de Confesiones de invierno, de los argentinos Sui Generis (banda de Charly García y Nito Mestre), y nos cuenta cómo fue.

 

Texto: GUADA / EFE EME.

 

Mi padre tenía Confesiones de invierno de Sui Generis en casete. Recuerdo cuando lo escuché por primera vez, empezaba tan triste con esos acordes de “Cuando ya me empiece a quedar solo”, que van subiendo en la letra de manera asfixiante. Tenía 12 años y sentí que alguien había puesto en una melodía todo lo que me pasaba dentro.

Me escapaba del colegio («ratearse», en argentino) para escuchar ese álbum una y otra vez. Entonces, me compré un cancionero y la primera canción que aprendí en la guitarra fue “Confesiones de invierno”, con el arpegio en RE mayor, que me obsesionaba, y la historia de lo que, para mí, era un loco saliendo de un manicomio. Me hacía llorar, luego supe que iba de amor, en ese momento no podía relacionarlo.

Más tarde aprendí “Rasguña las piedras”, el comienzo tenía esa historia de la novia de Nito Mestre enterrada viva y daba miedo cantarla, pero era icónica, todos se la sabían y podía cantarla en las reuniones.

Ahora, cuando me preguntan qué música me gusta, y noto que casi toda tiene un halo de tristeza, pienso si tendrá que ver con aquel disco que marcó mi adolescencia. Como si la música partiera desde ese sentimiento de ese entonces escuchando Confesiones de invierno.

No he vuelto a escucharlo, no sé cómo fui capaz de oírlo tantos años seguidos sin entrar en depresión, tenía demasiado peso, demasiada vida, demasiado todo.

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