Zodiacs: Punto límite, cero

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«Antes las cosas eran a vida o muerte y ahora controlamos más las emociones. Lo más importante de todo es emocionarte con las canciones y, cuando eso ocurre con temas nuevos, es la señal para seguir adelante»

Sexto disco de la banda vasca con el que, además, vuelven a casa después de unos años en Madrid. Al mismo tiempo, abandonan su discográfica de los últimos tiempos, DRO, cambian de formación e incorporan a un teclista. Todo este revulsivo ha servido para editar el que tal vez sea su disco más conseguido, «Radiaciones luminosas». Al habla con su líder, Ignacio Garbayo.

 

 

Texto: XAVIEL VALIÑO.

 

Sexto disco ya. ¿Cómo se ve desde la distancia a aquellos chavales que 
lanzaban su primero disco?
Con algo de asombro. En seis discos y casi doce años han ocurrido tantas cosas que me sorprende que siga la banda viva. Nunca pensé que iba a durar tanto. ¡Creí que se me iban a acabar las canciones y la energía después del segundo!


¿Se sigue manteniendo la ilusión después de estos años o son otras las 
sensaciones que se imponen a la hora de plantearse un nuevo disco?
La ilusión no se ha perdido, pero sí que va y viene con una intensidad más moderada que al principio. Antes las cosas eran a vida o muerte y ahora controlamos más las emociones. Lo más importante de todo es emocionarte con las canciones y, cuando eso ocurre con temas nuevos, es la señal para seguir adelante.

¿Es mayor la motivación en este caso, con «Radiaciones luminosas», al dar paso también a una nueva? ¿Cómo se vive dejar atrás una multinacional para pasar a la autoedición?
Con ganas por aprender un nuevo trabajo y por comenzar una etapa en la que nadie nos controla. Un temerario paso adelante con sus ventajas e inconvenientes, pero una decisión que nos satisface mucho.


Hay algunos cambios en el sonido. ¿Buscabais un cierto regreso a la 
inocencia, la frescura y la crudeza de los primeros tiempos de la banda? ¿Cuál sería la referencia más clara?
Sí que buscábamos crudeza, pero la frescura ha llegado porque Lander y Adrián son nuevos en la banda y prácticamente sonamos a nuevo grupo. Gurru y yo llevamos mucho tocando pero no grabábamos juntos desde «Golpe de calor» y el reencuentro ha sido para asilvestrarnos otra vez. Queríamos la actitud del primero de Zodiacs («Pinball rock», 2001) con nuestro nuevo sonido.
Por ejemplo, para ir citando referencias, el disco se abre con ‘Pilotos del aire’, que, a mí, me recuerda a ‘The riverboat song’ de Ocean Colour Scene. ¿Alguien os lo ha comentado, erais conscientes de ello?
Sí, yo siempre lo he dicho, pero estos decían que no… En cualquier caso, el sonido conseguido la aleja bastante de la de Ocean Colour Scene; quizá el ritmo (un 5×4 es poco común escucharlo) recuerde lo que más al tema en cuestión (un 6×8). que me encanta, por cierto.
Después sigue con un pelotazo como ‘Kowalski’ que debería sonar hasta decir basta (con sus referencias a ‘I’m Free’ de los Stones o el soul). ¿En qué momento el rock perdió el espacio que un buen día ocupó en las emisoras, en los gustos del oyente medio?
No sé cuándo ocurrió eso exactamente, pero es una pena. Supongo que en los años ochenta, cuando llegaron esos sonidos horribles tipo Spandau Ballet o Modern Talking y toda esa basura je, je. Desde entonces siempre hay guerras en El Oyente Medio.

En esta canción, ¿tiene que ver la película «Punto límite: cero» («Vanishing point») que también influyó a Primal Scream a componer una canción con ese título?
Desde que vi «Vanishing point» he tenido ganas de escribir sobre Kowalski. Soy un aficionado al cine de los setenta y sesenta y esta es una de mis películas de acción favorita. Las road movies son un tema estupendo para el rock and roll.


Y, también para indicar que hay otros sonidos en el álbum, luego llega la versión de ‘Mi calle’ de Lone Star. ¿Está el grupo redescubriendo grupos españoles de los 60 y los 70 o es algo que siempre os interesó?
Las dos cosas: siempre me interesó el sonido de los sesenta pero antes, aparte de los típicos Salvajes, Brincos o Bravos, no iba más allá. Este último año he disfrutado con Los Íberos, Los Buenos, Los Ángeles, Mockers, Los Grimm o Los Monjes, entre otros muchos.


¿Hay dos versiones de esta canción?
Sí, quisimos ofrecer el lado más psicodélico del tema en la versión en vinilo de «Radiaciones luminosas». Quien se compre el vinilo disfrutará de una ida de olla de nuestro teclista Adrián y de Paco Loco, que fue el que nos sugirió estos pasajes «jartos». Ecos reverbs y satanismo pop para una versión de uno de mis temas españoles favoritos de todos los tiempos.


En la parte central del disco, con ‘María la serpiente’ (vuestro ‘Paint it black’, ¿no?), ‘Tu sangre’ o “Tormenta eléctrica’ llega la parte más psicodélica, la que entronca, por ejemplo con Los Negativos, Los Gritos o Sidonie. ¿Es algo que Zodiacs no hubiese hecho tan claramente en su etapa anterior, aunque hubiese canciones aisladas en esa onda?
Como bien dices, antes no hubiéramos hecho esta colección de canciones porque íbamos más al grano en los ensayos, con los temas más cerrados y sin improvisaciones. Ahora nos juntamos y dejamos que se nos vaya la cabeza improvisando y desarrollando los temas según los voy llevando. Estamos más relajados y las canciones nos llevan a sitios diferentes que antes. Además, la inspiración en melodías de los sesenta nos ha abierto un camino muy interesante.

A mí me gustan especialmente temas clásicos como ‘Maniobras de control’  (muy Teenage Fanclub) o ‘Satanás’, entre la new wave y los 60. Ahí parecéis infalibles. ¿Salen con tanta facilidad esas canciones como aparentemente parece desde fuera?
Me temo que sí. Esos dos temas salieron en pocos minutos y las letras llegaron inmediatamente. Al principio, incluso nos parecieron simplones y pobres, pero hoy son dos de nuestros favoritos. Entre lo fan que es Gurru [Asier Gurruchaga, batería] de Teenage Fanclub y lo que yo soy de Elvis Costello y los Beatles, no es raro que salgan temas así. Por cierto, si quieres referencias comunes, todos adoramos a los Who en todas sus épocas.


Hay una joya al final del disco, ‘Balada de un enterrador’, distorsionada, garajera y espídica. ¿Había ganas de un tema así, salvaje, urgente…?
Muchas ganas. Desde que salió la versión definitiva, siempre tenemos momentos en los que nos proponemos hacer más canciones así, componer un nuevo disco lleno de ese garaje fuzz porque siempre flipamos al tocarla. De hecho, suele ser la última de los directos para disfrutar el tema súper calientes. El texto lo escribí después de ver «La vaquilla» de Berlanga; me inspiró el tema que pone fin a la película.


¿Qué tiene que ver en este sonido los cambios de formación? ¿Y la aparición del teclado? ¿Son relevantes a la hora de definirlo o Ignacio lo tiene todo bien atado a la hora de entrar a grabar?
Es muy importante el cambio de formación. Como dije, ahora trabajamos con más relajación y desarrollamos más las canciones. Adrián tiene un gran talento musical y ha aportado muy buenos arreglos de piano y Hammond a las canciones, Lander tiene mucho carácter, además de un groove aplastante, y Gurru es una bestia de los timbales. La producción, a cargo de Paco Loco, nos ha encantado y hemos estado muy a gusto con él. Con toda esta combinación de personajes, hemos conseguido grabar un disco muy interesante con buenas canciones y un sonido muy especial. Ignacio lleva el bruto de los temas y es un maniático insoportable con algunas cosas, pero todo el mundo tiene sus defectos…


¿Puede ser la melodía el elemento en común en todos vuestros discos?
Las melodías me parecen importantísimas. He llegado a escribir letras horribles solo por mantener intacta una melodía que me ha venido a la cabeza. Y “Lo siento, no lo volveré a hacer”, gracias, Rey. Creo que sí, la melodía es un elemento común en todos los discos de Zodiacs y creo que siempre lo será.


¿Afecta de alguna forma la dura realidad que nos rodea a la temática de las letras? Pienso, por ejemplo, en las referencias a escapar de ‘Kowalski’.
Yo creo que lo que escribo se me ocurre por algo que me pasa por la cabeza consciente o inconscientemente. La realidad de hoy es dura y tengo un carácter algo escapista a la hora de afrontar problemas, así que supongo que tienes razón: la metáfora de Kowalski es buena para definir mi carácter aunque espero no acabar igual que él.

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