“No fueron pocos los aspavientos con las manos que hizo a lo largo de la noche para demostrar que, mientras presentaba “Paramales” en la capital, sentía que volaba”
Apenas unos días después de publicar su último disco, “Paramales”, Xoel López decidió estrenarlo en directo en Madrid. Allí, entre un público que no dejó de cantar y bailar como en las grandes fiestas, estuvo Eva Rodríguez.
Xoel López
4 de junio de 2015
Joy Eslava, Madrid
Texto y fotos: EVA RODRÍGUEZ.
¿Es rock?, ¿es pop?, ¿es soul?, ¿es folk? No, es la música de Xoel López sobrevolando Madrid. Flotando parece que llegaba el cantante y compositor (además de “hombre orquesta” cuando la ocasión lo requiere) al escenario de la sala Joy Eslava de Madrid el pasado jueves, con todas las localidades agotadas.
No fueron pocos los aspavientos con las manos que hizo a lo largo de la noche para demostrar que, mientras presentaba “Paramales” en la capital, sentía que volaba.
El músico gallego define este último álbum como un disco de fusión y antídoto –uno de los temas lleva ese mismo título–. Tanto le gusta la mezcla de estilos al cantante que hasta tuvo tiempo de dedicar durante el show unos minutos a tocar algunos acordes de la Muiñeira de Lugo, para delirio de los gallegos congregados entre el auditorio.
Comenzó la noche de concierto con un “boas noites” seguido del tema que abre el disco, ‘Patagonia’, un viaje a la zona más austral de América, a paisajes de lobos marinos, pingüinos y glaciares, pero en esencia, una canción de amor. Y decidió continuar intercalando temas nuevos con canciones antiguas. Así se fueron sucediendo ‘Hombre de ninguna parte’, (“Atlántico”, 2012) y ‘Laberinto’. “Gracias a cada uno de vosotros por estar aquí, con un disco tan reciente”, dijo al concluir este tema.
Para interpretar ‘Almas del norte’ dejó la guitarra para bailar y dar palmas, no sin antes recordar que a sus 15 años le gustaba escuchar soul y cómo con este pensamiento compuso la canción. Después empezó un paseo ‘Por el viejo barrio’ con la gente saltando en la sala. Parecía disfrutar tanto como el público, que entre tema y tema no dejó en ningún momento de corear su nombre, y si lo hicieron fue para hacer lo propio con su compañera de escenario y vida, Lola García.
“Grande, flaco”, exclamó alguien entre el público a la vez que Xoel se colocaba la armónica sin soltar la guitarra para interpretar ‘Caracoles’. Más rockero sonó ‘Un año más’, con el que cambió la guitarra acústica por la eléctrica.
La anécdota del disco quizás sea el un, dos, tres, cuatro del principio de ‘Antídoto’, la aportación de Jairo Zavala de Depedro al álbum. Llegó en el último momento a la grabación y ya solo le quedaba ese hueco, según explicó en tono de humor Xoel, que quiso “rendirle un homenaje” imitando la voz susurrante de Jairo al inicio de la canción.
A esta le siguieron ‘Historia universal (El amor no es lo que piensas)’ (“Reconstrucción”, 2008) muy coreada por el público y ‘Sol de agua’, ‘Ningún hombre, ningún lugar’ y ‘A serea e o Mariñeiro’ de “Paramales”. Esta última interpretada en gallego, “una cuenta pendiente con mi tierra”, señaló el intérprete, que se convierte en uno de los temas en directo más sorprendentes del disco.
Tampoco quiso dejar de tocar ‘Que no’ y ‘Reconstrucción’, de las más conocidas de su anterior etapa como Deluxe en castellano, o ‘Tierra’ y El asaltante de estaciones’, estas ya con su propio nombre. El último tema que sonó antes de los bises fue una invitación a moverse: ‘Yo solo quería que me llevara a bailar’, con la que demostró la gran complicidad que le une al bajista Iván González ‘Chapo’.
‘La casa hace ruido’, una canción con ritmo pausado y de toques flamencos, abrió la ronda de las últimas canciones de la noche. Para interpretarla, Lola García se ayudó de unas castañuelas y se unió a Xoel en la voz compartiendo micrófono.
Guardó para el final ‘De piedras y arena mojada’ (Atlántico, 2012), ‘Todo lo que te merezcas’ –una canción con tanta fuerza como crudeza, con un inquietante silencio al arrancar– y ‘Buenos Aires’.
Alguien dijo una vez que la naturaleza es una medicina barata, fácil de administrar y sin efectos secundarios. Lo mismo ocurre con la música “antídoto” de Xoel López.