Wild card: Músicos sin voz… ¿Ni voto?

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«Quiero saber cuál es la voz y el voto de tantos músicos que opinan pero se callan. No seáis cagados; las radios comerciales ya no cortan el bacalao, las teles ya no ponen canciones y los ayuntamientos ya no ponen un pavo y contratan orquestas para las fiestas»

 

Con la canción ‘Ohio’ (de Neil Young y grabada por CSN&Y) como hilo conductor, Darío Vico se pregunta dónde están las canciones sobre la actualidad española, sobre la violencia policial del 25-S.

 

 

Una sección de DARÍO VICO.

 

 

El 4 de mayo de 1970, un par de miles de estudiantes de la Universidad de Kent State, en Ohio, se manifestaron en su campus para protestar por la decisión del presidente Richard Nixon de enviar tropas americanas a Camboya, anunciada unos días antes.

Durante los días previos se habían producido disturbios, así que las autoridades decidieron cortar la manifestación por lo sano. Nada menos que con tropas que incluían efectivos de la Guardia Nacional. La misma unidad que solo unos años atrás había protegido al primer estudiante de color de la Universidad de Misisipi, James Meredith.

Se emplearon a fondo. En algún momento, durante algo más de trece segundos, sonaron casi setenta disparos. Cuatro estudiantes cayeron muertos. Nueve más heridos, uno de ellos acabó inválido. Oras heridas quedaron abiertas incluso entre aquellos a quienes no alcanzaron las balas, y no se cerraron nunca pese a que la mayoría eran unos críos que ni siquiera sabían muy bien dónde estaba Camboya.

Se habló mucho del tema, pero mucha gente se enteró con una tremenda portada de la revista Life, que salió a la venta poco más de una semana después, el 15 de mayo. Las fotos de un estudiante de fotografía, John Filo (que acabaría ganando un Pulitzer por ellas) eran estremecedoras.

Neil Young compró un número de aquella revista y supongo que igual que muchos años después se cortó preparándose un sándwich (y suspendió una gira por España) en aquellos momentos se atragantó con el que estaba desayunando (atún con pepinillos, vamos a suponer). Decidió que tenía que hacer algo.

El 21 de mayo, solo seis días después de que leyera aquel ejemplar de Time (suponiendo que lo comprara el primer día en el que salió a la venta) se metió en un estudio con Stephen Stills, David Crosby y el escuálido británico Graham Nash y juntos grabaron ‘Ohio’. Teniendo en cuenta que los cuatro participaron y asumieron esa canción (compuesta, eso sí, por Young) es de suponer que el canadiense necesitó tiempo para meditarla, escribirla, contrastarla con sus compañeros, ensayarla y grabarla. Y decidir que en una de las líneas se acusaría directamente a quien consideraba responsable de la matanza: Richard Nixon, el presidente de los Estados Unidos en aquellos momentos. Sin dobles lecturas, sin nombres en clave, el texto, reproducido en la contraportada del single, lo dice bien clarito, “Tin Soldiers and Nixon Coming”.

Seis días. Puede que no hubiese internet ni casi tele por satélite, pero las cosas sucedían y se transmitían rápido entonces, si alguien consideraba que era importante que sucediera. A principios de junio, antes de que el tema se publicase en muchas revistas mensuales, la canción estaba sonando en las radios, comerciales o piratas de todo el planeta. Hoy sigue siendo mucho más que un clásico.

El día 26 de septiembre decidí mirar qué decía en su twitter Ismael Serrano. Más que nada porque recordaba estas líneas de una canción suya de hace algunos años: “Papá cuéntame otra vez ese cuento tan bonito, de gendarmes y fascistas, y estudiantes con flequillo / y dulce guerrilla urbana en pantalones de campana, y canciones de los Rolling, y niñas en minifalda…”

Quería saber si Ismael tenía una canción a punto ahora que la guerrilla urbana la han agriado los tiempos y los flequillos se empapan en sangre por culpa de las porras y las pelotas de goma, que por lo visto, y pese a la revolución tecnológica, siguen siendo del mismo material jodidamente duro que en 1975, o al menos no se ha publicitado lo contrario.

Y parece que Ismael sí estuvo allí, a una prudente distancia de las hostias, pero estuvo; también es cierto que retuiteó una foto de Daniel Serrano (el mismo que firmaba la letra de ‘Papá cuéntame otra vez’) mucho, mucho más parecidas a las de Ohio, con un chaval con la cara sangrando. Daniel quiso verlo de cerca, sí.

No sé si Daniel e Ismael escribirán una canción sobre el 25-S, aunque el primero dejó unos versos en su blog: “Quiero felicitar a los cuerpos de seguridad del estado… dices tan rubia y tan lejana, tan miércoles de ceniza y vivaespaña, tan tarde de pilates y barrio Salamanca” (sin nombres, al contrario de Young en “Ohio”, pero se le agradece el esfuerzo).

Sobre el resto de sus compañeros de profesión, como ha sucedido en los últimos cuarenta años de desencanto, de contratos municipales, de silencio artístico casi administrativo, ni están, ni se les espera.

El 15-M le pareció a todo el mundo algo muy bonito, muy fresco, muy joven y muy exportable, y ahora está meridianamente claro que el bipartidismo era el vórtex de todos los males, aunque algunos años atrás los más valientes de entre nuestra progresía artística, como Sabina, Víctor y Ana, Miguel Ríos, Miguel Bosé y etcétera prácticamente acorralaron a Mendiluce en pro del “voto útil”, instándole prácticamente a retirar su candidatura que iba a “robar” 25.000 votos en Madrid al PSOE.

Por lo visto, en 2003, veinticinco mil madrileños no tenían derecho, según ellos, a votar a otra opción que no fuera uno de los dos partidos mayoritarios, según un grupo de artistas e intelectuales de lo más prestigioso. Supongo que así están las cosas como están. Supongo que por eso están todos callados o haciendo comentarios tópicos desde la retaguardia. Supongo que por eso no tenemos un ‘Ohio’.

La posición inversa es la de, por ejemplo, Juan Aguirre, de Amaral, al que hace un año casi le da un patatús cuando Rubalcaba citó una de sus canciones en un pleno. Cosa que no entiendo, porque si una canción pasa a formar parte de la cultura popular, lo mismo acaba por ser patrimonio de un encofrador que de un candidato a Presidente de Gobierno. Rubalcaba pecó más de inoportuno que de oportunista, y si Juan Aguirre y Eva querían desmarcarse y demostrar su independencia, yo creo sinceramente que lo que tienen que hacer no es decir quién puede y quién no puede citar una canción suya, sino escribir una que ninguno de los 350 diputados (elegidos, por otra parte, democráticamente por millones de españoles que no creo idiotas, yo soy uno de ellos, y considero que la esperanza no está en reventar el sistema, sino en reconstruirlo desde dentro, pero esa es mi opinión y otra historia) pueda hacer suya sin que se le caiga la cara de vergüenza después de lo del otro día y muchos días más.

Estoy esperando esa canción. Esa y tantas que tendría que haber ya, con nombres y apellidos, con fechas y lugares, con ideas y opiniones, canciones que sonarán en la radio o no, pero que se escucharán. Quiero saber cuál es la voz y el voto de tantos músicos que opinan pero se callan. No seáis cagados; las radios comerciales ya no cortan el bacalao, las teles ya no ponen canciones y los ayuntamientos ya no ponen un pavo y contratan orquestas para las fiestas. Ni esa excusa tenéis.

Quiero un ‘Ohio’, una gran canción que rompa el presente en dos y quede en la memoria, antes de un mes, o la próxima vez que me cruce con uno de vosotros le llamaré «cagao» y mediocre. Sí, es a vosotros, Enrique, Manu, José María, Joaquín, Javier, Juan, Eva, Joan Manuel, Albert, Miguel, Andrés, Manolo… ¿Dónde coño os habéis metido?

Pdta 1. Aunque de la Fundación Robo (y su estrella invitada a quien no puedo nombrar sin que me lo recriminen) prefiero no hablar porque creo que a veces utilizan la devastación de nuestra sociedad como combustible para sus «boutades» alter-pijas, sí que me gusta esto que han colgado de Xavier Baró.

Pdta 2. La semana que viene igual repaso la relación entre política y pop español pero en plan cronológico. A ver qué sale.

Anterior entrega de Wild card: Joaquín Luqui, de «Disco Exprés» a «Los 40″.

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