DVD
“Llama la atención la crudeza de su interpretación, lo fantásticamente sucios que pueden sonar por momentos Adams y su banda, la autenticidad con que recoge el inmenso sonido en un espacio tan enorme como Wembley”
Bryan Adams
“Wembley 1996 Live”
UNIVERSAL
Texto: JUANJO ORDÁS.
Durante muchos años, “18 ‘till I die” (A&M Records, 1996) y su gira de presentación fueron los últimos instantes de Bryan Adams en pleno poder. Todo lo que siguió después fue una versión descafeinada de su buen rock and roll comercial, hasta que hace unos años volvió a reconducirse para ser quien era. En 2014 reeditó con mucho gusto su clásico “Reckless” (Universal) e hizo una gira conmemorativa por el treinta aniversario del disco. Y algo aún más importante: el año pasado puso a la venta “Get up” (Universal, 2015), su mejor disco desde “18 ‘till I die” y fácilmente un nuevo clásico en su trayectoria. Así pues, con el presente bien cimentado, llega ahora una nueva mirada al pasado en forma del deuvedé “Wembley 1996 Live” (Universal), que contiene más de dos horas de concierto inédito.
Sorprende que “Wembley 1996 Live” haya pasado veinte años cogiendo polvo, aunque es de suponer que la grabación y posterior edición del “MTV Unplugged” (1997) se colaría de por medio relegándolo al olvido. Y sorprende porque fue a partir del edulcorado desenchufado cuando Adams empezó a perder fuerza, siendo “Wembley 1996 Live” su reverso eléctrico, un concierto bien grabado en el que llama mucho la atención la crudeza de su interpretación, lo fantásticamente sucios que pueden sonar por momentos Adams y su banda, la autenticidad con que recoge el inmenso sonido en un espacio tan enorme como el estadio Wembley. Sin duda, más de uno alucinará al encontrarse con una faceta del canadiense poco explotada en los medios comerciales. El hecho de estar grabado hace veinte años no le resta impacto, muy al contrario, hace añorar una época en la que los macroconciertos aún parecían humanos, sin tanto led ni fanfarria. Durante más de dos horas se respira la confianza que emana del siempre carismático Adams, tanta que deja a sus músicos que se explayen por el escenario como quieran. El guitarrista Keith Scott y el bajista Dave Taylor campan a sus anchas por el escenario, flanqueando al protagonista de la noche sin que haya espacio para el aburrimiento. Cuando te quieres dar cuenta, ya están tocando ‘I fought the law’ con el show a punto de terminar.
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Anterior crítica de discos: “Doy la cara”, de José Mercé.