DISCOS
“Este nuevo Pachi García no responde a un lavado de cara ni a una estrategia comercial, sino a un auténtico acto de honestidad brutal en el que se desnuda con las únicas armas de las que dispone: una guitarra, una voz, algo que contar y un infinito talento”
Pachi García
“Vivimos detrás del tiempo que nos sobra”
WARNER
Texto: JESUALDO JIMÉNEZ DE CISNEROS (ESCRITOR).
«Vivimos detrás del tiempo que nos sobra, dormimos entre las ondas y a deshoras…»: toda una bofetada de realidad para, desde ese momento, atraparte en el recorrido. A veces, maldiciendo entre las sombras; otras, descubriendo algún rayo de la luz entre las copas de los árboles como la optimista y generosa mirada de ‘Vuela’, que retrata al padre que observa a través del cristal del tiempo a su cachorro y le invita a volar. «Vuela tú por mí y no mires abajo, vuela tú por mí y yo te estaré observando con los ojos brillantes». Este es el inapelable comienzo con el que Pachi García inaugura su carrera en solitario tras su etapa en Alis.
Dicen que segundas partes nunca fueron buenas, pero la del baezano tiene especial encanto por la falta de contención verbal a la hora de escupir verdades ante tanta mentira: «No hay nada que arreglar porque ya no hay amor, porque todo es mentira, cochina mentira». ¿Se puede decir más claro? No, ¿verdad?
‘Si me das’ nos descubre a Pachi García en un registro vocal absolutamente desconocido hasta el momento, una voz grave llegada desde otra dimensión que por momentos puede recordar a Cohen, y en la que más que cantar quiere contar, en una suerte de “spoken words” que te abraza, te acaricia y te mece.
‘No sería justo’ es una declaración de amor en toda regla, «nadie pertenece a nadie», «siento como pasa el aire por el agujero de mi costillar», «tomo en silencio tus pasos que llenan el hueco de esta soledad», «quisiera secuestrarte y que nadie nos molestase, pero no sería justo»… Demuestra su capacidad poética, escupiendo versos, de esos que quedan grabados a fuego en la primera escucha.
A estas alturas del disco, uno tiene absolutamente claro que este nuevo Pachi García no responde a un lavado de cara ni a una estrategia comercial, sino a un auténtico acto de honestidad brutal en el que el artista se desnuda con las únicas armas de las que dispone: una guitarra, una voz, algo que contar y un infinito talento.
En esta colección de canciones está ‘Palabras’, y el poder de estas para ser interpretadas tantas veces como receptores estén dispuestos a recibirlas, capaces de darnos la paz o declararnos la guerra, de darnos aliento o mandarnos a la mierda. ‘Manteníamos el sol’ quizá sea la que más nos retrotrae a la etapa Alis, rítmica, melódica y con esas voces infinitas marca de la casa que recuerdan a nivel de producción a «Material de disección». ‘La memoria y los futuros recuerdos’ es esa mirada con un ojo puesto en el pasado y un pie en el futuro. Una hostia a la nostalgia, un acto de psicoanálisis y una apuesta lúcida por el mañana.
Cierra el álbum la inmensa ‘Pensando en no pensar’, una declaración de intenciones de más de ocho minutos que deja a las claras que Pachi García es capaz de hacer ese single perfecto (‘Vuela’), pero es en este territorio donde se encuentra como pez en el agua. Podría formar parte de una banda sonora, cinematográfica y visual, donde aprieta la punta de su zapato para remarcar la huella en el suelo, para dejar claro que este es el camino elegido, libre y voluntariamente: el de la honestidad, el de la valentía, el de la música como primer y único mandamiento, el de la verdad de aquél que corre con el pecho descubierto en medio del campo de batalla a sabiendas de que es hombre muerto (al menos en los festivales veraniegos).
Ahora, si aún tienen un mínimo de vergüenza torera, háganme un favor. Rebauticen el término «indie» para referirse a aquel que desde el corazón hace verdadera música independiente, aquella, que solo es capaz de dictar el corazón.
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Anterior crítica de discos: “Maniobra de resurrección”, de 091.