DISCOS
“Ya apenas cabe hablar ni de folk ni de pop en un sentido unidimensional, sino más bien de canción popular –en castellano, claro – de muy altos vuelos”
The New Raemon
“Una canción de cuna entre tempestades”
BMG, 2018
Texto: CARLOS PÉREZ DE ZIRIZA.
Como si quisiera estar a la altura de una nueva etapa, la que rebasa el linde de sus diez años de trayecto como The New Raemon y un cierto impulso vital que parece cifrar en su última paternidad (hace tres años; porque sus dos hijas mayores, ambas en Mourn, ya dejaron bien atrás la adolescencia), Ramón Rodríguez se nos muestra con ánimos renovados en un disco sencillamente sensacional, con el que ya apenas cabe hablar ni de folk ni de pop en un sentido unidimensional, sino más bien de canción popular –en castellano, claro – de muy altos vuelos.
Decía también en una reciente entrevista que le hizo nuestro compañero David Pérez que por culpa precisamente de un Punto de partida que le pidió Efe Eme se vio impelido a rescatar el magistral “Wish” (1992) de The Cure, uno de los grandes clásicos en esa categoría no escrita de obras mayores ensombrecidas por su predecesor (“Disintegration’, en su caso, de 1989). No parece tan alargada su sombra, más allá de la serena pesadumbre de ‘Charlestón (flores y dolores)’ y de ‘La broma del tiempo’. O puede que estemos ya tan acostumbrados a que su latido emocore haya ido permeando –a través de seis álbumes de estudio, colaboraciones al margen– en una elocuencia contenida, que deja sus heridas al aire sin rayar en lo cargante ni caer en lo tortuoso, que ya no seamos capaces de distinguir entre las ideas propias y las prestadas. Algo que no deja de ser un síntoma de la madurez adquirida por su autor.
Grabado con Raúl Pérez en La Mina de Sevilla (hay momentos, como ‘Signos de vida en la lejanía’, en los que a uno le da por advertir una atmósfera compartida con Blacanova o Atención Tsunami, quizá sea solo una alucinación), “Una canción de cuna entre tempestades” marca, apuntalado por sus extraordinarios arreglos de cuerda y –sobre todo– por esa colosal canción bisagra que es la trágica ‘Un posible final’ (con la mayúscula Rocío Márquez), un punto de maduración que pone muy alto el listón para cualquier cosa que facture The New Raemon de ahora en adelante.
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Anterior crítica de discos: “The best of everything”, de Tom Petty.