Un periodista del “New Yorker” renuncia a su trabajo por falsificar citas de Bob Dylan en un libro

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El periodista Jonah Lehrer ha renunciado a su puesto de redactor en el semanario “The New Yorker” después de que se descubrirse que ha falsificado e inventado citas de Bob Dylan en su libro “Imagine: How Creativity Works”, del que ya se han vendido más de 200.000 ejemplares. La editorial Houghton Mifflin Harcourt ha retirado el libro de la venta, tanto en su versión de papel como en la electrónica.

La falsificación fue descubierta por Michael C. Moynihan, de la revista “Tablet”: “Soy algo obsesivo con Dylan –tengo montones de piratas en vivo, descartes, libros– y leí el primer capítulo de ‘Imagine’ con gran interés. Pero cuando di un vistazo a las fuentes de un puñado de las citas de Dylan ofrecidas por Lehrer –el capítulo tiene escasas y erráticas notas a pie de página–, salí con las manos vacías, y en un caso encontré dos fragmentos de citas, de diferentes años y en diferentes temas, soldados entre sí para crear algo que felizmente complementaba el argumento de Lehrer. Otras citas no pude encontrarlas en ningún sitio”.

Inmediatamente, Moynihan se puso en contacto con Lehrer por email, y tres semanas después este ha confesado la falsificación mediante un comunicado: “Hace tres semanas, recibí un correo electrónico del periodista Michael Moynihan preguntando por las citas de Bob Dylan en mi libro ‘Imagine’, las citas en cuestión, o bien no existían, o eran malas interpretaciones no intencionadas, o representaban combinaciones incorrectas de citas previamente existentes. Pero le dije a Moynihan que procedían de entrevistas de archivo que me habían facilitado los representantes de Dylan. Esto fue una mentira dicha en un momento de pánico. Cuando el Sr. Moynihan siguió investigando, continué mintiendo y diciendo cosas que no debería haber dicho.

Se han acabado las mentiras. Entiendo la gravedad de mi situación. Quiero pedir disculpas a todos los que he defraudado, especialmente a mis editores y lectores. También le debo una disculpa sincera al Sr. Moynihan. Haré el mayor esfuerzo para corregir los datos y asegurarme de que mis malas interpretaciones y los errores sean reparados. He renunciado a mi puesto como redactor en ‘The New Yorker’.”

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