Los Rolling Stones han vuelto al primer plano de la actualidad con sus recientes sesiones de grabación en París, la filtración de que en otoño actuarán en Londres y Nueva York, y por el libro “ Under their thumb”, de Bill German, al que Diego A. Manrique le dedica un artículo en “El País”.
Durante años, German editó la revista “Beggars banquet”, en la que seguía de cerca los pasos de sus ídolos, recibiendo a cambio “varapalos del entorno del grupo”. Por medio de German sabemos que los Rolling Stones, “Para evitar pagar impuestos en Reino Unido o en Estados Unidos establecen sus domicilios oficiales en latitudes menos exigentes. Pueden residir hasta 180 días en sus países favoritos”. Y “tienen empleados que contabilizan los días que pasan en Londres, Nueva York, Connecticut o donde esté su casa favorita. Sus avisos son órdenes: cuando se acercan a esa cifra peligrosa, vuelan hacia climas fiscalmente más relajados”.
“Beggars banquet” era seguida por Mick Jagger y Ketith Richards para enterarse de lo que hacía “el enemigo íntimo”. Frente al mito de Keith Richads como líder del grupo, “parece que Jagger tiene la última palabra sobre el repertorio de cada gira; la idea de que decidan tocar algo no ensayado resulta literalmente impensable”. German también habla de la tacañería de sus Satánicas Majestades con sus asalariados, “compatible con la tolerancia para que algunos se monten chanchullos para revender entradas”.
Desde aquí puedes acceder al artículo de Diego A. Manrique “Un inocente en Babilonia”.