“No hace falta verlo para saber que los abuelos le cantan un himno socarrón a la marihuana. Pero es que delante de las cámaras, entre verso y rasgueo, comparten lo que a todas luces parecen unos jugosos porros”
Julio Valdeón Blanco reflexiona sobre el guiño a la marihuana que hacen Willie Nelson y Merle Haggard en su nuevo single, y se hace eco del enfado de Jay Z por no llegar al millón de suscriptores en su plataforma de streaming.
Una sección de JULIO VALDEÓN BLANCO.
–25 de abril
A Merle Haggard y Willie Nelson no los bautizaron “outlaws” por marketing. Durante décadas, y bendecidos por el público, han hecho lo que han querido. Su último trabajo, “Django and Jimmie”, en homenaje al guitarrista de jazz Django Reinhardt y uno de los padres fundadores del country, Jimmie Rodgers, sale a la venta el 2 de junio. El 20 de abril lanzaron el primer single, ‘It´s all going to pot’, cuyo vídeo ha superado ya los cuatro millones de visitas. No hace falta verlo para saber que los abuelos le cantan un himno socarrón a la marihuana. Pero es que delante de las cámaras, entre verso y rasgueo, comparten lo que a todas luces parecen unos jugosos porros.
Que Nelson defiende el uso de la sagrada ganjah lo sabemos todos. Y resulta especialmente jugoso contemplar a Haggard (recuerden, autor de aquel himno llamado ‘Okie from Muskogee’) dándole chupadas al canuto. Sobre todo ahora, mientras EE.UU, responsable histórico de la cruzada antidrogas, cambia el paso. Lo que comenzó como un entusiasta afán por legalizar la marihuana medicinal es ya una marea que habla sin mordazas sobre el disfrute, el placer y la risa, que no requiere de argumentos terapéuticos para proclamar lo evidente y que a este paso revertirá el hipócrita paradigma de esa ley seca que comenzó tras acabar la otra, responsable de una abominable serie de males y verdadero cáncer social en casi todo el mundo. Buen día para cantar “Doctors smoke it, nurses smoke it/ Judges smoke it, even the lawyer too/ So you’ve got to legalize it, and don’t criticize it/ Legalize it, yeah, yeah, and I will advertise it”.
–27 abril
Anda mosca Jay-Z porque Tidal, su plataforma musical auspiciada por Madonna y cía no alcanza el millón de suscriptores. No profeso en el culto al rapero, cuyos discos me aburren, y también sospecho de la reunión de estrellas con fines benévolos. Pero los prefiero a la rapiña de multinacionales como Apple, que como muy bien escribió Pete Townshend se cepilló la orientación y ayuda a los artistas, los anticipos, la creación de sellos, el pago de las grabaciones, la publicidad y tantas otras bagatelas que, miren por dónde, al parecer sólo son prescindibles en el angélico universo del arte, mientras el resto jugamos al Monopoly o, cuando menos, aceptamos sus reglas.
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