Un gusano en la Gran Manzana: El latido de la ciudad

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“En España, en provincias, la música es una cinta de casete TDK donde tumba y retumba el  ‘Caribe mix’ desde que abandonamos Atapuerca por la escotilla. Cualquier posibilidad de escuchar a los Beatles en una discoteca son rumores, son rumores”

 

La lista de canciones más pinchadas en Estados Unidos hace que Julio Valdeón Blanco compare el contraste entre la música que se pone en los bares a un lado y otro del Atlántico. Y es bien distinto.

 

 

Una sección de JULIO VALDEÓN.

 

 

–24 de julio

Uno de tus primeros descubrimientos cuando te mudas a EEUU es que en sus bares suenan Elvis Presley y los Ramones. Si durante mi juventud alguien, en un bareto de Cubillas de Santa Marta, pueblo al que por otro lado amo, hubiera pinchado a los Beach Boys en vez de a Bisbal, servidor habría llamado corriendo al 091, convencido de que el pinchadiscos estaba loco y planeaba hornearnos cual monje budista durante la Ofensiva del Tet. En España, en provincias, la música es una cinta de casete TDK donde tumba y retumba el “Caribe mix” desde que abandonamos Atapuerca por la escotilla. Cualquier posibilidad de escuchar a los Beatles en una discoteca son rumores, son rumores. Cómo no sobresaltarse al entrar en el Lakeside Lounge, del East Village, y encontrar un menú repleto de B.B. King, Howlin’  Wolf y otros divinos galeotes de blues. O tomen aquel bar del Harlem puertorriqueño, The Duck, cuyo lema, escrito con tiza en la puerta, reza “Entra y conoce a tu futura exmujer”, y cuya oferta sonora es un concentrado de astros del mejor country.

Al hilo de la deslumbrante oferta musical neoyorquina, el “Wall Street Journal” ha publicado la lista de las canciones más pinchadas en las jukebox de sus bares. Ordenada por barrios, ofrece un mapa deslumbrante. Va de los Rolling Stones, omnipresentes, a los Tigres del Norte, los Doors y Vicente Fernández. Claro que encontramos vicios de la sintaxis musical. Que en cualquier barra, cuerpo a tierra, estás expuesto a los gorgoritos de Enrique Iglesias o Lady Gaga, pero tampoco es menos cierto que incluso en el top ten de cantinas, antros y tabernas abundan los discos de Bruce Springsteen, Frank Sinatra, Led Zeppelin, Nirvana o la Creedence Clearwater Revival. Sumen los conciertos al aire libre de este verano amazónico, los Dr. John, Willie Nelson, o el Charlie Parker Jazz Festival repartidos por plazas y parques, y saldrán noqueados con tanta belleza. Por cada reggaetón fuera borda, horteradas y detritus hay mil y una barras timbradas con discos mágicos.

 

 

Anterior entrega de Un gusano en la Gran Manzana: El “problema” de Keith Richards.

 

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