Un camaleón sinfónico llamado Xoel López

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CRÓNICA DE DIRECTO

«Junto a la Orquesta Sinfónica de Galicia, en su casa, cumplió ese sueño que seguramente jamás hubiera podido contextualizar en estos meses de pandemia»

 

Arropado por la Orquesta Sinfónica de Galicia, Xoel López reinterpretó los temas de su ecléctico repertorio en un concierto que ofreción en el Coliseum de A Coruña. Manolo Tarancón vio el espectáculo online, salvando la distancia en tiempos pandémicos.

 

Xoel López
Coliseum, A Coruña
26 de septiembre de 2020

 

Texto: MANOLO TARANCÓN.
Fotos: JANITE.

 

En los tiempos extraños que nos ocupan cumplir sueños queda prácticamente en un segundo plano. Con las restricciones que vive la música en vivo, sacar un concierto adelante ya es toda una proeza. Hacerlo como uno quisiera parece más que imposible. El mismo Xoel López ha ido recortando el formato de su banda habitual a solo cuatro músicos: en los últimos meses le acompañan en el escenario Ede, Andrés Seijas y Charlie Bautista. Pero la formación del pasado sábado en el Coliseum de A Coruña no solo fue más numerosa; también fue un sueño de esos que tanto cuesta cumplir en 2020. Un sueño sinfónico.

Los cuatro músicos habituales de Xoel le acompañaron en un evento épico y único que posiblemente no vuelva a repetirse. Exhibió con creces por qué lo suyo consiste en reinventarse continuamente. Lo demostró durante los meses más duros de la pandemia sacándose de la manga unas piezas audiovisuales grabadas en su casa a las que él mismo llamó Series telemáticas, versionándose a sí mismo en formatos más que originales con un gran cuidado y tacto tanto en la parte visual como en la sonora.

Pero no nos desviemos. Lo del sábado fue otra gran suerte de reto que sacó adelante con nota en el Coliseum de A Coruña. Junto a la Orquesta Sinfónica de Galicia, en su casa, cumplió ese sueño que seguramente jamás hubiera podido contextualizar en estos meses de pandemia. Fantásticamente dirigida por Dima Slobodeniouk, y acompañado de los músicos anteriormente citados, con un trío de coros femeninos formados por la propia Ede, Alice Wonder y Teyou, la orquesta llevó sus canciones a otra dimensión. El arranque de “Patagonia” no estuvo exento de nervios, pero fue sencillamente mágico. Combinando la guitarra acústica con la eléctrica y a veces únicamente cantando, Xoel ofreció una adaptación sonora más que notable con temas de su repertorio habitual, entre ellos “El hombre de ninguna parte”, “Todo lo que merezcas” y “Joana”, donde destacaron los arreglos de cuerdas y la interpretación vocal. No faltó uno de sus himnos, “Tierra”, que introdujo explicando cómo en 2012, con dos chupitos de licor café, hablaba con nerviosismo de aquella canción con su mánager, Kin, en la Torre de Hércules, muy expectante por su lanzamiento del single y del primer disco publicado con su nombre tras su aventura americana.

 

«Fantásticamente dirigida por Dima Slobodeniouk, la orquesta llevó sus canciones a otra dimensión»

 

Estos cinco temas bastaron para demostrar el potencial de sus canciones y meterse al público en el bolsillo. Un publicó que respetó y llenó el auditorio con su aforo correspondiente a estas fechas en un claro ejemplo de madurez y respuesta a un evento que merecía un lleno absoluto. Fue aquí donde las luces cobraron protagonismo en la sala, perdiendo la sobriedad y sencillez a la que nos suele acostumbrar un auditorio clásico. La orquesta se retiró y llegó la parte intermedia que más puede asemejarse a sus conciertos con banda, donde los músicos volvieron a demostrar su gran estado de forma. Turno del único guiño a Deluxe para “El amor valiente”, con cada componente cantando una estrofa diferente. “Caracoles”, “A Xerea e o Mariñeiro” (en la que destacaron la base rítmica y las interpretaciones vocales), “Insomnio”, nada habitual en sus directos, y “Jaguar”, que tocó completamente solo con su guitarra acústica y presentó como una canción «no hecha para un niño sino desde la visión de un niño». Con ellas cerró un bloque y la orquesta volvió al escenario.

No faltaron las nuevas canciones que ha adelantado en meses pasados y que formarán parte de su próximo disco, que se editará este otoño. A la citada “Joana” le siguieron en este tercio “Alma de oro” y “Tigre de bengala”, que sonaron majestuosas vestidas por la orquesta. Tarea nada fácil. Según contó el gallego, durante la intensa semana de ensayos en la que le dieron forma a las canciones, el directro de la orquesta y él llegaron a una conclusión: el rock y la vertiente clásic no son mundos tan diferentes, sino «dos esferas del mismo mundo». Siempre comunicativo, no tuvo reparo en reconocer que “Lodo”, la canción mas escuchada en Spotify, a punto estuvo de quedarse fuera de Sueños y pan, y que la insistencia de su productor, Ángel Luján, lo convenció para finalmente grabarla y publicarla. Y definió el tema “Balas” (que repitió en el bis) como un merengue hecho soul, en esta ocasión orquestado. Cerró la presentación con un «Viva la fusión» que define perfectamente a un artista ecléctico que no cesa de beber de múltiples influencias para construir un universo rabiosamente propio.

 

«Combinando la guitarra acústica con la eléctrica y a veces únicamente cantando, Xoel ofreció una adaptación sonora más que notable»

 

Un concierto único y exclusivo donde agotó localidades y en el que innovó ofreciendo palcos virtuales para que todo aquel que quisiera pudiera seguirlo en streaming desde sus casas. Un nuevo ejemplo de la reinvención de un músico que no se conforma con quedarse de brazos cruzados ante las adversidades. «Siempre soñé con tener una orquesta detrás, pensaba que era algo que podía quedar muy bien con nuestras canciones. Lo que nunca imaginé fue cumplir este sueño en mi ciudad, A Coruña». Así de emocionado se mostró Xoel López al principio y lo transmitió a lo largo de la casi hora y media que duró el concierto. Por un rato, todos los males desaparecían, la música en directo volvía a ser protagonista en un formato único, mágico y exclusivo. Los músicos hacían su trabajo con entusiasmo y el público lo recibía y expresaba de la misma manera. Una vez más, López demostraba que querer es poder y que sigue siendo un músico inconformista. No se olvidó de mencionar a todo su equipo, entre ellos su técnico de sonido, Luca Petricca, que compartió trabajo mano a mano con su homólogo de la orquesta, Pablo Barreiro. Una noche en la que todos disfrutamos y algunos soñamos con esa normalidad tan ansiada, con ese anhelo de que la música en directo vuelva a ser lo que era. Una industria con mucho trabajo detrás, tanto los que están en primera fila como los que, escondidos a ojos del público, lo hacen posible. Si esto no es cultura, que alguien me lo explique.

 

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