“La intención es eso, tocar mucho, que la gente te conozca y todos los sitios en los que haya gira a la hora de presentar este disco pues regresar luego para ver si a la gente le interesa lo que estoy haciendo”
Un año después de dejar Los Madison, el músico madrileño inicia la gira de su primer trabajo en solitario, “Cuestión de intensidad”. Un título que refleja bien su estado de ánimo antes de estrenarse este viernes en la sala Galileo Galilei de Madrid. Por María Martín-Consuegra.
Texto: MARÍA MARTÍN-CONSUEGRA.
Fotos: MARTA PICH.
Vértigo, pero del bueno. De ese que si no se siente, es que no se está vivo. En ese punto se encuentra la carrera musical de Txetxu Altube. Carrera musical, pero proyecto vital también porque tras dejar atrás Los Madison, compañeros de viaje durante más de una década, el músico emprende etapa en solitario. Se atreve con nuevos paisajes que abarcan desde el Morricone más western e instrumental hasta la música celta más purista. Grandes culpables de esto son los miembros de Street Wings, a quienes se ha unido Altube en esta nueva aventura. Que no teman los fans de toda la vida, el Tom Petty de los Heartbreakers o ese halo springteeniano seña de la casa sigue ahí.
Nuevo disco, nuevos sonidos, nueva etapa… pero no rompes con todo lo hecho anteriormente, un ejemplo de ello es el productor, José Nortes, con el que llevas trabajando muchos años ¿Por qué vuelves a contar con él en este nuevo inicio?
Nos entendemos bien, hacemos muy buen equipo. Llevamos trabajando juntos desde que sacamos el primer disco de Los Madison. Y en el fondo lo que más me gusta de José, aparte de cómo trabaja y del sonido que le saca a mis canciones, es que nos lo pasamos muy bien trabajando juntos y eso se nota. Yo prefiero trabajar con alguien con quien tienes puntos de conexión a trabajar con alguien que tiene un precio cerrado y tienes que terminar un disco en un plazo determinado. En ese sentido con José es muy fácil porque se ha convertido en amigo mío. En el fondo lo que mola es pasárselo bien haciendo discos.
¿Cómo ha sido el proceso de producción?
Más fácil que en otros discos, porque hemos grabado muchas cosas en directo con los Wings. De hecho muchas de las bases que grabamos al principio se acabaron quedando en las tomas finales. Luego hemos ido haciendo “recordings” y tal pero no ha hecho falta hacer tantos retoques como en la etapa de Los Madison.
Tu hermano, Carlos Altube, es otro de los elementos que conservas de tu etapa con Los Madison, ¿no?
Sí, sí. De mi hermano me fío musicalmente muchísimo. En este disco se ve realmente quién es mi hermano tocando el bajo, lo que es capaz de hacer tocando. Si está disponible, y no tiene nada mejor que hacer, siempre estará conmigo.
¿Cómo nació esa colaboración con Street Wings?
Fue un poco de coña, de suerte (risas). La música con un toque celta siempre me ha gustado. Desde que vivía en Dublín siempre me había llamado la atención. David, el cantante de los Wings, vino a la presentación de “Compás de espera” en la sala Marco Aldany, me dio una púa suya y a los dos días vi la púa por casa, trasteé un poco y vi que hacía música celta. Pero bueno, ahí se quedó la cosa. Con el tiempo, haciendo temas, me apetecía mucho meterme en ese terreno, me lo pusieron muy fácil, han entendido mis canciones, han entendido lo que yo quería, lo hacen increíble, me emocionan… pues ahí están.
Se te ve realmente ilusionado con el disco.
Sí, sí. Porque en el fondo no es que estuviese encorsetado en la época de Los Madison, ni mucho menos, pero teníamos un formato que eran dos guitarras, bajo y batería y nada más. Había ciertos terrenos en los que yo no podía trastear mucho. En la música folk, en según qué ritmos, en piano y voz… Era lo que había. Entonces son cosas en las que yo no había investigado mucho y este disco hemos hecho temas piano y voz, hay un tema instrumental… Estoy muy a gusto, porque todo ese rango de música que hay en el disco es toda la música que me gusta.
Cuando estabas en Los Madison, ¿nunca se planteó echar mano de otras personas para poder conseguir esos sonidos?
Sí, pero era algo puntual. De hecho en ‘Sin recoger’, del primer disco, yo tocaba la flauta, aunque no la toco como Javi de los Wings ni mucho menos. Había guiños puntuales, pero bueno, estaba todo más enfilado al rock, en un rango que ahora se abre mucho más. Ha habido muchos conciertos en los que me he defendido yo solo, y eso me ha generado un callo que he aplicado a la hora de construir los temas nuevos.
“Muchas veces me autoanalizo con las canciones que escribo, muchas veces suelto cosas que, si no es en un papel y con unos acordes de fondo, no las soltaría. O le encuentro significado a lo que escribo una vez pasado el tiempo”
Según he leído, lo que quieres hacer ahora es tocar y tocar. Vivir de la música, ¿se puede?
Yo lo voy a intentar, a ver si lo consigo (risas). A ver, es muy difícil, hay que buscarse otras ocupaciones que te generen ingresos para poder vivir de la música. Pero la intención es eso, tocar mucho, que la gente te conozca y todos los sitios en los que haya gira a la hora de presentar este disco pues regresar luego para ver si a la gente le interesa lo que estoy haciendo. Coger experiencia y coger información a la hora de dar conciertos. Quiero tocar y quiero repetir muchas ciudades y quiero ver un poco el feeling de las canciones con la gente.
Muestra de lo complicado que está vivir de la música es que llevas dos cafés en lo que va de tarde, y son las cinco.
Es el tercero ya (risas). Vengo de dar clase en un colegio, ahora cuando acabe la entrevista voy a dar clase a un chaval que quiere aprender a tocar la guitarra. Es un terreno en el que todavía no estoy muy cómodo porque estoy empezando a hacerlo, pero lo tengo que hacer porque tengo que comer.
¿Crees que el fan de Los Madison te va a seguir en esta nueva etapa?
Bueno, habrá gente de todo. No he hecho canciones pensando en si voy a mantener más o menos público. Hay tres temas de los que están en el disco que sí estaban montados en la época de Los Madison: ‘Cuestión de intensidad’, ‘Para verte bailar’ y ‘Pasos sin firme’, que están en el disco porque también soy yo, y hago ese tipo de temas porque me gustan. Pero bueno, no compongo canciones esperando una respuesta de la gente. Yo hago las cosas porque me emocionan.
¿Varía tu perspectiva a la hora de componer las canciones dependiendo de si estás con unos músicos u otros? Me refiero a si piensas en la banda que va a tocar esos temas.
En la base y el origen de los temas no, siguen siendo canciones con temática muy personal y muy propia. Muchas veces me autoanalizo con las canciones que escribo, muchas veces suelto cosas que, si no es en un papel y con unos acordes de fondo, no las soltaría. O le encuentro significado a lo que escribo una vez pasado el tiempo. Sigo componiendo igual: en mi casa, encima de una mesa… ahora he abierto ámbitos escribiendo con un piano o dándole sonidos a las canciones con alguna mandolina o alguna flauta para crear alguna melodía, pero sigo escribiendo igual.
Te ahorras mucho dinero en psicólogos, ¿no?
No te creas, de hecho debería ir (risas). ‘Compás de espera’ la escribí hace muchos años y ahora cobra más importancia o yo le he encontrado otro significado. Cuando la escribí tenía otra cara y otros ojos, o alguien a quién se la quería escribir, y ahora la tomo como propia. Hay dos canciones que escribí con Marazu hace un año y ahora les encuentro más sentido que nunca. Quizá también le busco el sentido que a mí me interesa ahora.
Sucede lo mismo cuando llegan a la gente. Cada uno las interpreta como quiere.
Sí, y eso es mágico. Que alguien coja una canción que para mí tiene unas circunstancias y que me diga: “Nosotros nos conocimos y nos hemos casado gracias a escuchar esa canción juntos”, pues imagínate. Se te va la cabeza.
Hablabas antes de los dos temas que has compuesto con Jorge Marazu, ‘Recompensa’ y ‘Señales de stop’. ¿Cómo se compone con otra persona?
Con Jorge es muy fácil. Estuvimos en una convención que organizó Fundación Autor de SGAE. Nos convocaron a seis autores y nos pusieron por parejas, la idea era componer dos canciones en una semana. Hicimos dos canciones en dos mañanas. Jorge tienen muchísima capacidad y nos entendemos muy bien. Él se sabe mi vida y yo la suya, es muy sencillo componer porque nos ponemos en la piel del otro.
La canción ‘No quiero que cambien los planes’ me parece de las más duras del disco. Hay una frase que dice: “He conseguido cerrarle la puerta en las narices al cáncer”. Me chocó cuando la oí.
Son canciones que sueltas por unas circunstancias o momentos determinados que posiblemente ahora no escribiría con esa intención. Digamos que las cosas no han sido fáciles en la separación de Los Madison, porque no todos hemos entendido o nos hemos visto en la misma situación. Yo sigo haciendo cosas y hay parte de la banda que no está a ese nivel por muchas circunstancias y digamos que no se lo tomó tan bien como se lo podían haber tomado o como yo entiendo que se lo deberían haber tomado. No pretendo tener la razón, ni mucho menos, yo creo que las cosas se han hecho como se deberían hacer y ahí estamos. Y esa canción habla un poco de eso, de cómo tomarse según qué despedidas.
Supongo que es lo más honesto, ¿no? Si en una banda no todo el mundo está al mismo nivel de compromiso, lo suyo es dejarlo y que cada uno siga el camino con el que esté más cómodo.
Yo lo entiendo así, pero desde mis circunstancias es más fácil porque yo sigo haciendo canciones, porque todas las canciones de Los Madison son mías, menos ‘Lo que queda’, que es una canción de César. Al no tener trabajo y solo dedicarme a esto llega un momento en el que los caminos iban a tener que separarse por dinámicas, por intenciones, por momentos… yo no le podía pedir al resto de la banda que dejase de currar porque no había circunstancias como para eso, pero yo quería seguir tirando para adelante. Entonces, ya te digo… no me quiero cargar de razón, y cuando se han dicho muchas cosas y se han publicado muchas cosas o se ha intentado hacerme daño no he querido contestar porque creo que no era el momento, ni creo que haya que contestar. Yo sigo para adelante y sigo haciendo canciones, que es lo que sé hacer y lo que me gusta.
En el comunicado que se publicó en la página de Facebook de Los Madison en junio se decía que la banda iba a continuar, aunque tú no estuvieras en ella. ¿Sigue tocando?
Bueno, ese comunicado lo publicó una persona nada más, porque por aquel entonces Los Madison ya no éramos cuatro. José, el guitarrista, ya había dejado la banda el año anterior, no se había dicho nada porque prefería decirlo él y bueno, no lo dijimos. Dimos el último concierto en diciembre de 2013 y a partir de ahí en junio decidimos que nos íbamos a separar. Creo que es más fruto de las circunstancias que había en ese momento, yo tomé la decisión porque las circunstancias eran las que eran. Así no se podía seguir. Me vi fuera del Facebook de Los Madison y no quise contestar porque no eran las formas. Creo que ha sido mejor no contestar.
Bueno, has contestado con un nuevo disco, nuevas canciones. Es la mejor manera de contestar, ¿no?
Tampoco ha sido la intención. Pero sí creo que este es el mejor grupo de canciones que he hecho nunca.
“Digamos que las cosas no han sido fáciles en la separación de Los Madison, porque no todos hemos entendido o nos hemos visto en la misma situación. Yo sigo haciendo cosas y hay parte de la banda que no está a ese nivel por muchas circunstancias, y digamos que no se lo tomó tan bien como se lo podían haber tomado o como yo entiendo que se lo deberían haber tomado”
¿Ahora quién te acompañará en directo?
Tengo la suerte de que para este viernes he levantado el teléfono y hay musicazos que quieren involucrarse en este concierto. Pero la putada es que tal como están las cosas no me los puedo llevar a todos los lados. Habrá conciertos que toque yo solo, habrá otros que se puedan venir los Wings, en otros podré llevarme a parte de la banda, pero van a ser, por desgracia, casi puntuales. Ya me gustaría llevarme a todos los músicos a Barcelona y que pasara igual que aquí en Madrid, que si no pasa nada, Galileo va a estar a reventar. Me encantaría hacerlo en todas las ciudades, pero no puede ser.
Bueno, cuando vuelvas la segunda vez a la ciudad.
Eso es. Esa es la idea (risas).
¿Quién compone la banda que vamos a ver el viernes?
Estamos mi hermano al bajo; Juan Gomariz que fue quién grabó la batería en el estudio no puede venir por un problema de espalda, pero Charly Arancegui se viene desde Donosti. También tres de los Wings (David, Javi y Jitka), Nacho Mur a la guitarra y Alejandro Martínez al piano, somos ocho. Tengo la suerte de que he levantado el teléfono y gente con la que siempre he querido tocar van a estar en mi concierto.
Es lo que queda después de tantos años haciendo música ¿no?
Sí. Algo bien tendré que estar haciendo para que de repente llame a Charly y le diga que me tiene que hacer un favor y el tipo lo entienda, se prepare los temas, los toque… hemos estado ensayando el fin de semana pasado y los tiene controladísimos. El resto de la banda igual, tienen mucha ilusión… No sé, algo tiene que estar pasando. Creo que tengo muy buen material para que eso pase.
De todos modos, yo recuerdo cuando llegué a Madrid, hace unos ocho años, que no conocía a Los Madison, pero en muchos de los conciertos a los que iba salías tú a hacer colaboraciones. Siempre estaba ahí un tal Txetxu Altube para aportar su granito de arena. El buen rollo con los compañeros de profesión ya viene de lejos.
Sí, me gusta hacer ese tipo de cosas. También tengo la suerte de que ha habido mucha gente que ha querido que yo saliese a cantar o hacer algún tema con ellos. Y me gusta, me gusta subirme a un escenario, cantar las canciones de otra gente a mi manera, llevármelas a mi terreno si hay margen para hacerlo, aunque hay muchas veces que los temas son perfectos y no hay que tocarles nada. Es una gozada porque he aprendido de muchísima gente estos años y muchos son ahora compañeros y amigos.
Volviendo al disco, el tema instrumental ‘Duelo’ no solo marca ese cambio de rumbo que has tomado en esta etapa, con esos aires de Ennio Morricone, también delimita dos partes diferenciadas dentro del propio disco.
Está colocada ahí aposta, más imaginándonos en algún momento poder sacar un vinilo y que esa fuera la última canción de la cara A. Un poco por romanticismo, porque no se puede hacer. Pero es una canción que toca un palo que nunca había aparecido en etapas anteriores. A mí siempre me ha gustado la música instrumental, no solo Ennio Morricone, también John Williams, James Corner, gente como Enya, gente que incluso hacía música que no tiene mucho que ver conmigo pero que siempre me ha gustado… gente como Enigma, que hace un poco música New Age… así que se lo propuse a José y me dijo: “Vamos a hacerlo”.
El otro día, escuchando tu entrevista con Santi Alcanda, en la que estaba también Lichis, pensaba que tenéis un montón de cosas en común. Aparte de César Pop, que es habitual colaborador de los dos, o de que ambos presentáis disco este viernes en Madrid, los dos estáis emprendiendo una etapa en solitario, al margen de una banda y de un nombre que os ha estado acompañando mucho tiempo.
Sé que Lichis ha dejado el tema de La Cabra Mecánica atrás y yo he dejado el tema de Los Madison atrás. Creo que tanto en su caso como en el mío, es cerrar una puerta para abrir muchas otras
¿Cómo afrontas el concierto de Madrid y esta nueva etapa, con algo de vértigo?
Sí, siempre. Para los conciertos siempre me pongo nervioso y para la presentación de un disco, en solitario, pues puedes imaginarte. El día que deje de ponerme nervioso para subirme en un escenario, no sé… Quizá no me pongo nervioso tanto tiempo antes, como me ha pasado ahora, pero voy a ciudades en las que ya he estado muchas veces y me pongo nervioso justo antes de salir… pero bueno, cuando desaparezca eso dejará de tener sentido. En este caso es mucho más gordo, mucha gente depende de lo que yo vaya a hacer, hay mucho movimiento de entradas, yo estoy alucinando. Quedarán entradas para la sala, en taquilla, porque he querido dejar para que la gente pueda cogerlas a última hora, con lo cual más nervios todavía (risas).
¿Dónde se puede conseguir el disco?
De momento a través de iTunes, en los conciertos, en la web y estoy terminando de cerrar algún punto de distribución puntual. Estoy terminando de hacer sobres y enviarlos, en correos ya me conocen bien (risas).