Triz3ps: El nuevo proyecto de Javi P3z

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«Sigo pensando que el álbum es algo muy importante que hay que cuidar, es lo más cercano a un libro para un compositor, y la presentación de esta colección tenía que ir bien vestida»

Javi P3z es un nombre esencial de la música bailable local: desde San Sebastián ha abanderado proyectos de todo tipo, el nuevo es Triz3ps, un grupo con el que acariciar el soul. Xavier Valiño lo entrevista.

 

 

Texto: XAVIER VALIÑO.
 

Mi idea de Javi P3z siempre ha sido la de alguien hiperactivo metido en mil proyectos. Ahora reaparece con Triz3ps, con los que acaba de editar su disco de debut homónimo. Sin embargo, en los últimos años le tenía perdida la pista, seguramente porque sea más difícil seguir sus pasos fuera del País Vasco. Así que, al habla con él, empieza por desgranar cómo han sido estos años. “Después del álbum de la Javi P3z Orquesta, ‘Sports’, Ibon Errazkin y yo grabamos un álbum de Instrümental, ‘MiSiSolReLaMi6’, que editó Pias en 2005 en edición limitada a 300 copias. A partir de entonces, me dediqué a seguir componiendo y a hacer bandas sonoras para cine y televisión. También entre Carles Belda y Jon Lonbera formamos un grupo que sigue activo, llamado Herrikojak, y que se basa en la investigación del repertorio de la música vasca y su reinterpretación”.

¿En qué momento nace Triz3ps y con qué intención? ¿Para darle forma a unas canciones que tenías por ahí, como dices en el libreto del CD?
Triz3ps es un trío, aunque va creciendo, de colaboración musical que nace en el 2008 como necesidad de sacar adelante unas canciones en formato grupo. Llevo retazos de canciones, apuntes, y entre los tres se acaban de desarrollar.

¿Cómo contribuyeron Alberto Bosch (bajo y coros) y Oriol Flores (batería), completando el power-soul trío, a darles forma? ¿Mikel Azpiroz (teclados y órgano Hammond) y Luis Camino (percusión) entraron con todo ya ultimado?
Alberto y Oriol han sido fundamentales en la finalización de las canciones de este álbum, y las canciones están firmadas entre los tres. A Luis y a Mikel les dimos las canciones estructuradas: Luis añadió los detalles de percusión y Mikel Azpiroz armonía con Rhodes, Hammond y piano. Tanto ellos como la sección de viento que aparece en tres de las canciones o el trabajo de Kaki Arkarazo en la producción son fundamentales para el resultado de este álbum.

¿En qué momento os decidís a hacer todo en analógico y dejar la electrónica de lado? ¿Lo pedían las canciones o fue algo que se decidió después? ¿Es una reacción a como se graba hoy la música?
Aunque era nuestro deseo, no está grabado en sistema analógico porque resultaba complicado debido al poco tiempo de grabación del que disponíamos.

Comentáis que os presentasteis en un homenaje a Poch en Donostia. ¿Ya estaba ahí la base de lo que sería el grupo? ¿Qué fue lo que tocasteis aquel día?
Sí, en este homenaje de 2008 fue la primera vez que tocamos los tres juntos en público; a partir de ahí empezamos a ensayar una vez por semana, más o menos, y a desarrollar las canciones. En este concierto tocamos tres canciones de Derribos Arias: ‘Aprenda alemán en 7 días’, ‘Branquias bajo el agua’ y ‘Disco Pocho’.

De ahí a un lugar «caballar», decís. ¿Cómo fue aquel concierto del 2010?
El día de San Juan, el 23 de junio de 2010, organizamos una fiesta en la hípica de Loyola (de ahí lo de lugar caballar) con varias actuaciones, y estuvo bien. Fue un currazo y el sitio quedó muy bonito, pero lo cierto es que solo vinieron unos cuantos buenos amigos; el lugar es un tanto inhóspito… Cuando cayó la noche, empezaron los problemas: había mucha humedad en el sitio, los de la hípica no nos dejaron encender la hoguera y en la piscina (una piscina olímpica estropeada y con agua estancada) empezaron a cantar los sapos, que fueron los auténticos protagonistas de la fiesta. El concierto quedó un tanto desangelado. Después de esa actuación, desechamos unas cuantas canciones y vimos clara la necesidad de incorporar teclados y percusión para impulsar las canciones.

Se te conoce por tu devoción por los sonidos de color y este disco parece tener una unidad clara en el sonido. ¿Quedaron canciones fuera que no encajaban? ¿Es un desafío hacer soul blanco heredero de los grandes artistas negros? ¿Cómo te enfrentas a ello, con qué límites, con qué reglas?
Los elementos están claros y con estos elementos hemos trabajado. Sí quedaron fuera unas cuantas canciones que estaban aún sin definir y con un estilo mas cercano al rock. La regla de siempre es que no hay reglas, pero sí mucha pasión e intuición.

Veo también rastros del pop británico de los 80 que se dejaba influir por el soul. ¿Te llegó mucho aquella música, la sigues escuchando?
Sí, en los 80 escuchaba mucha música independiente inglesa influenciada por sonidos negros. De hecho, estos grupos me enseñaron mucha música soul que desconocía: Orange Juice, Paul Haig, Josef K, Blow Monkeys, Dexys Midnight Runners, Haircut 100, Fine Young Cannibals, Talking Heads, grupos que siguen siendo fundamentales en mi discoteca.

Da la impresión de que las canciones de este debut nacieron en momentos personales duros. ¿Fue así? ¿Son la mayoría de una misma época?
Los primeros apuntes de las canciones son del 2006/2007 (excepto “Trifunka”, que es de la segunda época de Parafünk), y entre los tres las acabamos en 2010/2011. Las canciones hablan de sin sabores en las relaciones, de pérdidas y de soledad, pero siempre con un halo de esperanza. Después de las tormentas llega la calma… También hay canciones más ligeras e inmediatas.

En el álbum queda claro que sabes manejar la voz perfectamente al servicio de las canciones. ¿Qué tipo de cantantes te llegan más?
Gracias, aunque no estoy 100% contento con el resultado de la voz, ya que se grabaron todas las voces en un día, el último de grabación, después de una semana y después de haber estado metido en el estudio de Garate un mes grabando y mezclando dos bandas sonoras. Acabé exhausto.

Me gustan especialmente los medios tiempos con cierto ritmo, como ‘Venüs’, ‘Motela Blue’ o ‘Nieva’. ¿Qué te cuesta más, este tipo de temas, los más funk o las baladas?
Ahora mismo en los medios tiempos me encuentro más cómodo cantando, aunque el estar cómodo con la voz es saber a qué tono puedes llegar y trabajarlo.

Siempre presentaste tus discos con atención y esmero. ¿Qué es lo del formato playbutton para la edición de este disco?
Sigo pensando que el álbum es algo muy importante que hay que cuidar, es lo más cercano a un libro para un compositor, y la presentación de esta colección tenía que ir bien vestida. Con el digipack estamos muy contentos y es obra de dos buenos amigos diseñadores, Miguel Murugarren y Javi Etxenike, mientras que el logotipo de Triz3ps es obra de Blami. El playbutton es un nuevo invento que tiene su mayor acierto en que llama la atención; es un buen y divertido gadget promocional.

Tú fuiste el primero en colocar un 3 en lugar de la e en P3z. Ahora reaparece en Triz3ps. Siempre me he preguntado por el motivo. ¿Nos lo explicas? Supongo que sabes de la existencia de los gallegos Franc3s.
El 3 es el número mágico… De aquí en adelante, cada cual tendrá que investigar por qué.

¿Cómo recuerdas hoy la etapa de Parafünk? ¿Crees que el grupo es conocido por la gente a la que le podría interesar?
Parafünk fue un proyecto muy satisfactorio y creativo. No sé si el público lo conoce, no es algo que me preocupe demasiado. Me preocupa más que se pueda escuchar el trabajo realizado, y eso ahora mismo es posible: está en Spotify y en otras plataformas, así que lo puedes escuchar si los buscas. Eso sí, el formato físico está descatalogado.

¿Sería Parafünk el antecedente más claro de este disco o ves una continuidad en todo lo que has hecho con Trio Kempes, Instrümental y Camping Gaz & Digi Random?
Alberto Bosch fue el bajista del segundo disco de Parafünk, además de ser un gran amigo. Mikel Azpiroz fue el teclista y Luis Camino puso la percusión. La continuidad está ahí, pero Triz3ps es una evolución de aquello intentando llegar más a la fibra si cabe.

¿Sigue adelante la Javi P3z Orquesta? ¿Hay proyectos nuevos pensados ya?
La Orquesta de momento está parada. Tengo un proyecto para ella pero no sé lo que tardaré en realizarlo, avanza muy lentamente. Ahora mismo, además de las nuevas canciones de Triz3ps, nos gustaría hacer un epé de cuatro o cinco canciones este año. También estoy trabajando en un proyecto un tanto ambicioso de música e imagen que no tengo ni idea cuándo se podrá llevar a cabo.

¿Qué hay de la idea de darle un aire swing y jazz a las canciones de Radiohead?
Esto es una idea de Oriol Flores y está en marcha. Es un grupo que se llama 2+2=5.

Hace catorce años me contestabas a una entrevista con estas palabras que parecen proféticas: “Tú trabajas en casa con unos elementos no excesivamente caros, a los que cualquier persona puede acceder hoy en día. Por un precio asequible te puedes montar tu estudio en casa y así el desarrollo es mucho más musical. Lo que no sé es adónde va a ir a parar todo esto. Con el rollo de Internet, el formato físico del disco puede llegar a desaparecer. Es una incógnita interesante ver adónde nos lleva la evolución de los elementos”. ¿Cómo lo ves hoy?
Hoy solo me limito a seguir las palabras del abuelo de los Simpson: “Lo he hecho todo, lo he vivido todo, pero no me acuerdo de nada”, je, je. No lo sé, y lo cierto es que me interesa poco. Creo que cada uno tiene que seguir su instinto y su pasión hacia lo que le hace sentirse feliz en la vida. La tecnología es una herramienta más. Abusar o depender de ella sienta tan mal como abusar o depender de cualquier otra herramienta o instrumento.

Por último, ¿cuál ha sido la mejor anécdota de este tiempo en el mundo de la música?
Vaya, así, a bote pronto, recuerdo como algo demencial y con mucho cariño nuestro Woodstock particular, que fue el primer Dr. Music Festival, festival de tres días en Escalarre en 1996. Sirope estábamos en «full effect», pinchando todas las noches en una jaima marroquí, Parafünk tocamos el último día y también toqué con Nación Reixa y una jam psicodélica con Alex Martín. Grandes momentos.

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