DISCOS
«Sus canciones se dejan mecer por una brisa de psicodelia pop construida a base de sintetizadores, guitarras y ritmos reposados»
Gwenno
Tresor
HEAVENLY/PIAS, 2022
Texto: XAVIER VALIÑO.
Más allá de la repercusión pública, las ventas y las críticas positivas, hay discos que son relevantes por otras cuestiones. Y el segundo álbum de la cantante galesa Gwenno, Le kov (2018), consiguió algo sorprendente: que el número de hablantes del idioma córnico se incrementase notablemente, con un 15% de personas más que se presentaron al año siguiente a los exámenes para acreditar su conocimiento. Estamos hablando de la antigua cantante de The Pipettes, también teclista de Elton John durante un tiempo, que grabó su debut en 2015, Dydd Olaf, casi enteramente en su idioma materno, el galés. Al final del álbum interpretaba “Amser” en el idioma córnico (originario del condado de Cornualles), una lengua casi muerta usada por su padre poeta, que ella también habla, al igual que tan solo dos mil personas en todo el mundo.
En su tercer trabajo, este Tresor, insiste con el córnico, cantando por la supervivencia del idioma británico menos conocido del Reino Unido pero con más de quince siglos de antigüedad. Sus canciones se dejan mecer por una brisa de psicodelia pop construida a base de sintetizadores, guitarras y ritmos reposados. En este caso, Gwenno se inspira en escritoras y artistas como Ithell Colquhoun Maya Deren, Monica Sjöö o la poetisa de Cornualles, Phoebe Proctor, recogiendo una visión íntima de una madre reciente sobre la experiencia interior femenina, la domesticidad y el deseo. Por si ello no fuese suficiente, está la música, embrujadora y adictiva, a lo que contribuye desde luego estar expresado todo en esa lengua tan singular.
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Anterior crítica de discos: Sound of the morning, de Katy J Pearson.