Parecía improbable que Rubi volviese a grabar, pero aquí está su nuevo disco, De la mano de Françoise Hardy, en el que interpreta diez temas, en francés, de la sensible cantautora gala.
Un poco de historia: Rubi (María Teresa Campilongo) se dio a conocer en Madrid, en los primerísimos y nuevaoleros años 80, al frente de Rubi y Los Casinos. Venía de Argentina, donde junto a su marido –el ya fallecido Joe Borsani– formó parte de los exitosos Los Tíos Queridos. Su primer y único single con Los Casinos, con «Yo tenía un novio que tocaba en un conjunto beat» (1980) al frente, fue una pieza de devoción entre los aficionados al nuevo pop español. Luego llegó el LP Quiero bailar contigo (1982), en el que algunos de los compositores de La Movida le prepararon un repertorio a su medida. Un año después, Todas fueron buenas chicas (1983) se adentraba en versiones de temas anglosajones que fueron populares en voces femeninas. Tras una breve aventura en 1985 bajo el nombre Tráfico de Rubíes (saldada con un único single), en 1988 llegaría su tercer LP, Hay amores que matan, quizás el mejor. Y luego, salvo alguna colaboración puntual, el silencio.
Así que, justo a los 20 años de publicar su último trabajo, llega este De la mano de Françoise Hardy que no es exactamente el disco que podríamos esperar de Rubi, pero ahí, interpretando las canciones clásicas de Hardy, está su voz, ahora en francés y dándose el gusto de lanzar el disco que le ha dado la gana.
Acompañada por la producción del gran Ciro Fogliatta (Los Gatos, Litto Nebbia, Andrés Calamaro, Ariel Rot…), este nuevo álbum, en realidad un capricho, reinterpreta el pop acústico de Françoise Hardy con orientación blues. Soprende en las primeras escuchas porque, lo dicho, no es lo que esperábamos de Rubi, pero menos es nada.
De la mano de Françoise Hardy está editado por Factoría Autor.
Juan Puchades.
