«Todo surgió de una forma muy natural: Empecé a escribir canciones, sin saber qué iba a pasar con ellas. Más tarde, cuando veía que requerían un aire distinto al de Ciudadano, pensé que a Joaquín podrían gustarle y me animé a enseñárselas, primero para conocer su opinión, pero también con la esperanza de que se involucrara en el proyecto»
Tórtel, el magnífico proyecto de Joaquín Pascual y Jorge Pérez, se presentaba en Madrid –pero sin el primero, que solo participa de los discos– el pasado viernes. Acompañando al grupo, una de las grandes revelaciones del año pasado, estuvo EFE EME.
Texto y fotos: CHARLY HERNÁNDEZ.
Servidor no se suele prodigar mucho en cuanto al peloteo se refiere, noble arte de embaucar y halagar de manera más que exagerada. Sujeto A, emisor de los halagos queda completamente satisfecho de su hazaña y espera recibir algo, el sujeto B, receptor, si no ha tomado oxígeno de más, se sentirá con el ego inflado consiguiendo también una sensación satisfactoria.
Ustedes, lectores, se preguntarán. ¿Qué nos quieres decir con esta reflexión tan cargante? Pues bien, les responderé a lo largo de todo el texto encontrando respuesta al final del mismo.
Hace unos pocos meses, muy pocos, un nuevo grupo se situaba en los primeros puestos de los rankings publicados en blogs, webs y demás prensa musical escrita o virtual, como en esta publicación donde se nombró a este grupo como uno de los mejores del pasado año. Por ello me interesé en estudiar a fondo al grupo, me gustaron y me encontré muchas más sorpresas, por lo que decidí ponerme en contacto con ellos y comunicarles mi idea de rememorar su concierto en El Sol.
Hablo de Tórtel, grupo formado por Jorge Pérez (Ciudadano, Maderita) y por Joaquín Pascual (Surfin’ Bichos, Mercromina, Travolta) que grabaron un estupendo trabajo titulado «Lugar nuevo», pero yo no me quedé ahí, me resultaba curioso que unas canciones que parecían sencillas conllevaran una armonía y composición complejas, por lo que me puse a indagar. Primero quería saber de dónde venían esas ideas, por lo que recurrí a la fuente principal, Jorge, que tras preguntarle cómo se originó todo esto, me respondió:
“Tenía algunas canciones que no veía en Ciudadano. Quería que tuvieran otra sonoridad, pero ni siquiera se me pasaba por la cabeza montar otra banda, o grabar otro disco fuera de Ciudadano. Todo surgió de una forma muy natural, que yo creo que es la mejor manera de hacer las cosas. Empecé a escribir algunas canciones, sin saber qué iba a pasar con ellas. Más tarde, cuando veía que requerían un aire distinto al de Ciudadano, pensé que a Joaquín podrían gustarle y me animé a enseñárselas, primero para conocer su opinión, pero también con la esperanza de que se involucrara en el proyecto. Joaquín y yo somos amigos desde hace mucho tiempo. Nos conocimos hace años, cuando Mercromina presentaba ‘Canciones de Andar por Casa’ y Ciudadano tocábamos como teloneros en algunos conciertos de esa gira. Nos planteamos la posibilidad de hacer algo juntos, y esa idea nos estuvo rondando en la cabeza durante un tiempo. Había que encontrar el momento adecuado, pero sobre todo teníamos claro que debía de haber una propuesta sólida detrás, cosas que decir, ese momento llegó hace poco más de un año.”
¿Cómo llevarlo al directo de la mejor manera posible? enérgicos, compactos y contando con una formación de músicos provenientes de las mejores trayectorias Tórtel se aseguró así un huequito en el más que abarrotado escenario independiente.
Para los directos, que ya llevan unos pocos, cuentan, como es lógico, con Jorge Pérez, encargado de la voz y la guitarra acústica, Gilberto Aubán de Gilbertástico y colaborando con Dwomo, a los teclados y coros, Pau Roca de La Habitación Roja con la guitarra eléctrica, Manolo Tarancón ya más que conocido músico valenciano a la guitarra acústica y por último Rafa Estrela encargado de la percusión. Joaquín prefiere quedarse al margen en los directos: sí que se prestó para hacer algún que otro concierto, pero su indispensable colaboración se limitó a la grabación del disco.
Pero mejor que yo, Pau tiene una mejor idea de cómo se formó el grupo:
“Gilber se crió en Mesopotamia escuchando heavy metal y pop español, Jorge en el infierno que es El Vedat, como Manolo haciéndole canciones al pino mediterráneo, Joaquín en el Seattle de la mancha que es Albacete entre pedales de distorsión y pianos, Rafa en el vientre de un canguro y yo aún estoy por definir. Nos juntó el héroe del río.”
Ni más ni menos; cinco músicos con un nexo común que los hizo confluir y desembocar en el mismo proyecto.
La falta de un bajo es otra de las curiosidades de este grupo, el propio Gilberto me comentaba respecto a esto que “Manolo Tarancón y Pau Roca son dos tíos magníficos en su estilo de guitarra cada uno y, por lo demás, nos hemos acostumbrado a no tener bajo…». Y créanme, saben desenvolverse sin el mencionado instrumento.
El pasado viernes 20 de febrero compartieron escenario con el madrileño Jonston en El Sol, una de las mejores salas, que espero perdure en una ciudad aciaga en cuanto a recintos musicales, como es Madrid. Allí me personé tras hacer las correspondientes llamadas. Contacté con Jorge vía e-mail y nos citamos para antes de la prueba de sonido, todo normal, pero unos días antes del concierto, recibo la mala noticia de que Manolo ha tenido unos problemas en su brazo derecho y pende de un hilo su participación en el escenario.
Una lástima, pero aún se esperaba una mejoría del valenciano. Ya el mismo día del recital, cerca del lugar, por las proximidades de la calle Montera, cuando recibo la llamada del grupo; Madrid es un caos para aparcar pero en breve estarán allí, unos minutos después llegaban en dos coches y descargaban rápidamente los “trastos” en la sala, el tiempo apremia y no hay un solo segundo que perder antes de la prueba. Corrían ya las 19:30 de la tarde, Jonston y su banda todavía estaban probando sonido y aproximadamente una hora después le tocaba el turno a Tórtel. Organizados y listos probaban con el técnico cada instrumento, todo OK con Rafa y la percusión, Gilberto sin problema en los teclados, Manolo trataba de colocarse adecuadamente la guitarra sin que sufriera dolor alguno en su brazo y Pau y Jorge terminaban de afinar. Los chicos de El Sol siempre correctos y atentos, Julio, uno de los encargados prestaba toda su atención al grupo para cualquier sugerencia o vicisitud. Incluso con un servidor, dejándome cualquier espacio para trabajar y fotografiar el momento.
Cuatro temas para probar en conjunto, ‘Rostro pálido’, ‘En una casa grande’, ‘Esperanza’ y ‘Amo el dinero’ fueron suficientes para comprobar que todo estaba en orden y a eso de las 21:45 pudieron relajarse, cenar algo y prepararse para lo que vino después. En los camerinos, entre saludos y cervezas las fotos y bromas privadas se dispersaban en el aire creando un ambiente cordial.
Eran las 23.00 y se requería la presencia de Tórtel para tocar. Yo me quedé un rato más en el camerino hablando con Ricky, bajista de Jonston, que decía conocerme de vista, los dos tratábamos de recordar los conciertos y salas en donde pudimos coincidir. También se encontraba por allí Cristina, de Clovis, entre otros invitados de backstage.
Preparé la cámara y tomaba algunos apuntes, los chicos ya estaban arriba sonando con el primer tema, ‘Pajarillo y campanario’, pieza instrumental enriquecida con los teclados de Gilberto, la suave y delicada percusión de Rafa y las guitarras y distorsiones del resto que continuaban para enlazar con ‘En una casa grande’, de mis favoritos y era el mejor tema para entrar en calor frente a una abarrotada sala. Siguieron con ‘De momento’, esta vez siendo el tema favorito de Manolo Tarancón, que hacía un gran esfuerzo por aguantar el dolor estoicamente. ‘Aquella canción’, sonó en tercer lugar, con una voz más suave por parte de Jorge cantando versos tales como “He pensado mucho en aquella canción. / Hablaba de un árbol y hablaba de sol.”
Finalizado el tema, Jorge, más bien su guitarra acústica, sufre algún problema técnico que otro y es reemplazada para dar paso al resto del repertorio que continuó animando al público con piezas que iban a más. Fue seguida por ‘Tren’, otro tema de corte delicado que dio continuidad a ‘Amo el dinero’, una más de mis favoritas que no solo a mi me dejó una agradable sensación, sino al público que allí se encontraba aplaudiendo y coreando algunas de las canciones. ‘Rostro pálido’ contenía una homogeneidad perfecta, sobre todo en los coros, punto álgido del recital de Tórtel. Una letra preciosa sin lugar a dudas, otra de las perlas del disco que la hacen tan especial por versos como este:
“Encontré el interruptor con el que se da la luz al mundo entero. / Una vez comprendí lo importante es hacer algo que dure siempre.”
El público entregado, ahora escuchaba los nombres de los componentes, que Jorge Pérez presentaba uno a uno. Esta buena conexión del grupo en los directos es debida a la actitud y comprensión de los temas, como bien explica el vocalista del grupo: “La verdad es que las canciones de Tórtel instrumentalmente no son nada complicadas, son canciones sencillísimas, pero requieren una actitud especial, si no las comprendes no las puedes hacer sonar. Tanto Pau como Gilber como Manolo o Rafa las entienden bien, y para mí eso es fundamental.”
Esto llegaba al final aunque quedaban más pasos que dar. Gilberto y Rafa jugaban con los ritmos en ‘Esperanza’, octavo tema del set-list donde tanto teclista como percusionista se divertían especialmente en esta parte, cosa que el mismo Rafa ya me confesaba unos días antes, es uno de los temas que más le gusta desarrollar en directo.
La penúltima entrega era todo un regalo, primero por la historia que narraba Jorge antes de interpretarla, preciosa historia en la que incluía a Gilberto como protagonista. Segundo porque la introducción comenzaba con un guiño a Abba y su archiconocido ‘Dancing queen’, con Gilberto recreando los mismos teclados. Y tercero porque el título de esta inédita que no aparece en el disco, ‘El héroe del río’, era la confirmación de que los chicos de Tórtel se habían cenado completamente a los presentes. “Es un tema para avivar espíritus esperanzados. Un mensaje muy chulo con una música preciosa.” Explica Gilberto.
Cerrando, como empezaron, de la mejor manera, solo que la canción que finiquitaba la actuación era ‘Tórtel lo hace Todo sin Mirar’. Y como el propio título lo indicaba, sin mirar, aún con los ecos de la Jaguar (Fender) que portaba Pau y suficientemente respaldados por las experiencias individuales de cada sobre las tablas, se marchaban bajando las escaleras hacia los camerinos entre aplausos y la petición popular de un bis.
Los abrazos en los camerinos, felicitaciones y visitas mezclados con cervezas dieron carpetazo a una noche espléndida donde la sonoridad distinguida de Tórtel se quedó en «stand-by» hasta el próximo bolo, cuando de nuevo toque desenfundar guitarras y dar otro espectáculo, que desde aquí animo a ver, sin peloteos ni adulaciones, simplemente la verdad y gratitud de ver a un grupo de muchachos desenvolverse entre las enmarañadas redes de la música.
Me despido de ustedes con una sonrisa al recordar punto a punto el concierto, con la misma sonrisa con la que me despedía de Jorge, Manolo, Rafa, Pau y Gilberto antes de encaminar la noche madrileña bajando Gran Vía.
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