DISCOS
«Un abismal proyecto que, pese a faraónico de su carácter, retrata la esencia familiar de una generación que revolucionó cultural y socialmente aquella España tan necesitada de nuevos aires»
Varios autores
Todos juntos por el rock and roll
MARFER, 2022
Texto: CÉSAR CAMPOY.
Sin duda alguna, nos encontramos ante un documento histórico; un trabajo único que ha conseguido reunir, tanto a buena parte de los pioneros del pop y el rock español, como a algunas de las figuras capitales de nuestra música a lo largo de las décadas de los sesenta y los setenta del siglo veinte. El responsable de todo ello ha sido Joaquín Torres, elemento básico para entender la cultura popular sonora contemporánea patria. Tremendamente precoz y visionario, Torres pisó, con tan solo trece años, las tablas de las primeras matinales del Price. Con Los Diablos Rojos difundió por estas lindes un rock and roll todavía incipiente. Pocos años después, se convertía en uno de los mejores guitarristas nacionales y uno de los primeros en pasear, por Madrid, sus relucientes Gretsch, Framus y Rickenbacker, para mayor gloria de las doce cuerdas.
Tras Los Sagitarios y Los Dogos, todavía menor de edad, se ponía al frente de los imprescindibles Los Pasos, aquella superbanda, también compuesta por miembros de Los Sonor y Los Flaps que, con el apoyo de Manolo Díaz, estuvo a punto de ocupar el lugar de los futuros Bravos. Con ellos facturó una magna colección de gemas repletas de beat y psicodelia hasta que, con 21 años, es fichado por Movieplay como director artístico. A partir de aquí, y sobre todo con la creación de Torres Sonido, en 1974, Joaquín se convierte en uno de los productores y técnicos más reclamados de las décadas siguientes. Su mente abierta y su elegancia a la hora de ponerse a los mandos, hace que cuenten con él artistas de esencia tan variada como Camilo Sesto, Burning, Rocío Jurado, Rosendo, Pablo Abraira, Tequila, Los Suaves, El Puma, Barón Rojo, Rocío Dúrcal, El Niño Gusano, Plácido Domingo, Ilegales, Hombres G, Los Secretos, 091, Danza Invisible, Julio Iglesias…
Esto explica la razón por la cual tan solo bajo el manto de Joaquín Torres, con la ayuda de la asociación Pioneros Madrileños del Pop y Nito Pinilla, podía llevarse a cabo esta mágica aventura que, tras muchos años de constancia y dolores de cabeza, ha podido ver, finalmente, la luz. Editada por Marfer (desde principios de siglo, auspiciada por Discos Lollipop), Todos juntos por el Rock and Roll se presenta en un lujoso continente en formato libro (en él, en cincuenta páginas, se explica el proceso de gestación de la criatura), a partir de un cedé y un deuvedé.
El elenco de participantes es abrumador: casi un centenar de invitados que, a lo largo de varios años, han ido contribuyendo a cincelar una obra incomparable que, ante todo, rebosa autenticidad y mucho cariño. Los mismos que, después de tantos años, siguen mostrando unos pioneros a los que sigue moviendo, mucho más, el incuestionable cariño del respetable, que el inexplicable ostracismo al que son sometidos por la mayoría de los medios de comunicación, que ha sido capaz de obviar la tremenda pérdida que para nuestra música ha supuesto el reciente fallecimiento de Pepe Barranco.
Él es, precisamente, quien abre fuego, conformando un bestial cuarteto en compañía de Miguel Ríos, Micky y Manolo Pelayo, a la hora de interpretar “Popotitos”. A partir de aquí van desfilando, ante nosotros, en un grandioso trabajo de coordinación y producción, dos lustros y pico de obras maestras sonoras ejecutadas, con solvencia, por unos mitos que acaban agrupados en curiosos dúos y tríos, además, enfrentándose a temas y estilos que, en la mayoría de casos, no son los suyos. El resultado final, no obstante, es tan sorprendente como atractivo y excelente, teniendo en cuenta que todos los participantes parecen estar en perfecto estado de forma (al menos, vocal).
De esta manera, provoca ternura escuchar a Karina y Estíbaliz bordando el “Luna de miel” (silbido de Kurt Savoy, incluido), o a Rodrigo y el Brinco original, Manolo González, acariciando “Dama, dama”; Cánovas y Joe González mimando “Momentos”, y Pablo Abraira y Pepe Robles sublimando “Las tres de la noche”, mientras un all star del instrumental hispano se atreve con “Apache”, Paco Pastor y Miguel Morales bordan “El baúl de los recuerdos” o Teddy Bautista y Luis Fierro se lanzan con la versión en inglés del “Cállate, niña”, con coros de Lys Pardo y Carmen Morales.
En el otro extremo, Iñaki Egaña y Sherpa se atreven con una irreverente revisión de “Flamenco”, Guzmán y Micky se divierten con “Tengo tu amor” (con coros de Las Supremas de Móstoles), y Adolfo Rodríguez, en compañía de Aguaviva, revive con intensidad la magia del “Ojo por ojo”. Como colofón, una pieza de nuevo cuño, precisamente titulada “Todos juntos por el rock and roll”, en el que casi todo el equipo une fuerzas y voces, mientras el aspecto instrumental es cedido a descendientes de los protagonistas de aquella época dorada, así como un delicioso homenaje al Dúo Dinámico, servido, con mimo supino, por Torres en compañía, tan solo, de su guitarra.
En cuanto a la instrumentación, como era de prever, la pulcritud ejecutora y sonora son máximas y límpidas, conociendo el grado de perfeccionamiento con el que siempre ha trabajado Joaquín. A conseguir ese ambiente elegante, alejado del sonido sesentero y más próximo al de las últimas décadas del siglo veinte, han contribuido, en un arduo proceso de “actualización” y una laboriosa y excelente producción, tanto viejos conocidos como Ignacio Martín Sequeros, Ignacio Sánchez Campins, Lucas Sainz, José Antonio Álvarez Alija, Eduardo Bartrina, Ricardo López, Julián Sacristán, Pepe Sánchez, Luis Cobos, Carlos García Montes, Félix Arribas, Andrea Bronston, o el mismísimo Pablo Herrero, certero con las teclas en la propia “Popotitos”, como un puñado de intérpretes de nueva generación. Estamos hablando, en definitiva, de Los Relámpagos, Pekenikes, Los Pasos, C.R.A.G., Los Grimm, Los Continentales, Canarios, Los Jets, Los Flaps, Los Flecos, Pop Tops, Conexion, Los Íberos, Los Mismos, Barrabás, Los Brisks, Los Buenos, Los Diablos Negros, Módulos, Los Shakers, Fórmula V, Los Brincos, Los Estudiantes…
El deuvedé que acompaña este trabajo, realizado por Alberto Ferreras, incluye clips de todos los temas, así como un simpático diálogo entre Miguel de los Santos, Ramón Arcusa y Manuel de la Calva, y un guiño del histórico Jesús Tutti Martínez, pieza angular del rock and roll latinoamericano con aquellos Teen Tops. En resumen, un abismal proyecto que, pese a faraónico de su carácter, retrata, nítidamente, la esencia familiar de una generación que, aunque a algunos cueste creerlo, revolucionó cultural y socialmente aquella España tan necesitada de nuevos aires.
–
Anterior crítica de discos: Hiding in plain sight, de Drugdealer.