DISCOS
“Un variado y a veces espléndido repertorio de melódicos apuros sentimentales”
Luis Fierro
“Todas sus grabaciones (1975-1979)”
RAMALAMA
Texto: CÉSAR PRIETO.
Curiosa especie la de los cantautores melódicos de los setenta. Irregulares siempre, capaces de lo mejor y de lo peor, en tensión entre sus pruritos líricos y las discográficas que les obligaban a seguir el sonido del momento, dejaron alguna joya que bien rebuscada podría completar un “Nuggets” de la sentimentalidad. Y si no, ahí están el brasileño José Augusto –cuidado, aún en activo– o Paco Revuelta, que fueron en algún disco verdaderos crooners latinos. En tierra de nadie, se suelen caracterizar por encajar piezas de diversas procedencias que, si se ajustan, dan resultados magníficos.
También tienen como rasgo empezar fuerte. Los dos primeros singles de Luis Fierro son excepcionales y diferentes entre sí. Incluso en su imagen, barbudo a la manera de Rodrigo García frente a la imagen pulcra que ya presenta en su tercera entrega. Otra particularidad, las canciones están escritas y producidas por el Dúo Dinámico, que apuesta en su debut –“Aún”– por orquestaciones a lo Trabucchelli, fraseos de un Serrat menor y un estribillo in crescendo como los de Nino Bravo. Vamos lo que se llevaba en el 75. Lástima de cara B, con unos ripios que estragan ‘Corazón de papel’, con el mismo tema de ‘Muchacha típica’.
Para el segundo single cambian totalmente las perspectivas. ‘Nada’ es un lamento soul –lastrado por los coros, eso sí– que potencia la mayor virtud de Luis Fierro, su voz desgarrada, que se embarra al final a la manera de Pedro Ruy Blas y que sabe ser delicada en la cara B, ‘Solo tú’.
A partir de aquí cambia todo. Su participación en el festival de Benidorm en 1976, el año en que ganó Dyango, lo encasilló entre los cantantes melódicos, donde parece no sentirse cómodo –curiosamente, porque las composiciones pasan a ser suyas– y donde la competencia era más potente. Sus temas de desamores y rupturas como ‘No, no hay nadie más’ serían clásicos si estuvieran en el repertorio de Nino Bravo y ni siquiera ese Dúo Dinámico que le había regalado las inmensas composiciones del principio puede llevarlo adelante. Bien es cierto que ‘Algo ha cambiado en ti’, por ejemplo, intenta recordar la etapa high school de Manolo y Ramón, ya bastante desfasada.
Sin embargo, al final de su carrera hay varias sorpresas: canciones eróticas a la manera sureña como ‘Amándote’ o –atención– la primera versión del ‘Perdóname’, mucho mejor que la de Arcusa y de la Calva, llena de wah–wahs y guitarras a lo Clapton. Y sobre todo la que le dio más fama, ‘Ella’, número uno de una conocida lista musical y que crea una sensación de angustia: su inicio duro, sus crash de batería, la voz con una perfecta desesperación. Lo que habría podido hacer Tom Waits con esta canción…
La carrera de Luis Fierro es bastante más larga, comenzó con su verdadero nombre –Juan Luis Angulo– siendo componente de los Pop Tops, y a día de hoy aún sigue actuando en pequeñas salas de Madrid. Quedémonos con los cuatro años que recoge este disco y que conforman un variado y a veces espléndido repertorio de melódicos apuros sentimentales.
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Anterior crítica de discos: “Emotional dance”, de Andrea Motis.