Tito Reyes (de nombre real Tito Cosme Sconza) nació el 28 de febrero de 1928 en Valentín Alsina (Buenos Aires), hijo de madre napolitana y padre argentino, era el menor de siete hermanos. Comenzó su carrera como cantante de tango, muy influenciado por las maneras de Carlos Gardel, en 1948, actuando en compañía de un guitarrista en bares y confiterías de Buenos Aires. Actividad que compaginaba con trabajos más lucrativos como ayudante de zapatero, soldador o empleado de la construcción. Años después, a propósito, de aquellos tiempos, declararía: «El café y el tango nunca me alejaron del laburo [trabajo], porque yo tenía la cultura del trabajo que me había enseñado mi padre. El trabajo es algo sagrado y el café debe ser considerado solamente como un entretenimiento».
En 1956 se incorporó en calidad de cantante a la orquesta de Roberto Caló (con el que registraría sus primeras grabaciones) para saltar, tres años después, a la de Miguel Caló, hermano de Roberto, con la que recorrió Brasil. Pero, en realidad, el reconocimiento le llega cuando en 1963 entra en la orquesta del gran Aníbal «Pichuco» Troilo, al que acompañaría hasta la muerte de éste: «Ése fue mi gran salto. Canté con Troilo desde 1963 hasta el año 1975 y tengo 23 registros con él. ‘Pichuco’ siempre me decía que tendría que haber nacido treinta años antes. No sé qué vio en mí. Mi presencia dentro de la orquesta fue un golpe muy fuerte para mí, porque yo era un ‘cantor de esquinas’ y no podía olvidar aquellos fantasmas que estaban detrás de mí, esos grandes cantantes que tuvo Troilo. La influencia de ‘Pichuco’ sobre mi personalidad, sin que él se lo propusiera, logró vencer mis aflicciones, porque el clima que creaba la orquesta para acompañar al cantor me iba llevando solito hacia lo que él buscaba. La orquesta de Troilo tenía una virtud muy grande: en ella, jamás se golpearon los instrumentos. No se buscaba el efectismo golpeando el bandoneón, pegando patadas en el suelo, simplemente se apuntaba a la sonoridad».
En los años 90, Tito Reyes reapareció de la mano de Litto Nebbia, quien le propuso grabar para su discográfica, Melopea, donde coincidiría con su amigo Roberto «Polaco» Goyeneche, con quien compartía una manera similar de entender el canto del tango. Allí dejaría tres discos, en los que cantaba o recitaba (era puro arte lo suyo en esto). También colaboró con Nebbia recitando en alguno de sus LPs, como el dedicado a García Lorca o en El hombre que amaba a todas las mujeres. Sobre este periodo, decía Reyes: «Tengo grabados temas cantados y también versos míos y de otros autores. Y me siento muy bien, porque para mí el canto es una expresión del espíritu, una energía que hay dentro de uno que tiene que salir hacia afuera. Yo actúo a la vez que improviso y los tangos nunca los canto igual, pero siempre tienen el mismo sentido. Con el impulso interior que le da el cantor, la frase se convierte en palabra, en expresión y en canto».
Tito Reyes murió el pasado 9 de mayo a consecuencia de una infección pulmonar.