PISTAS
«Black monk time, de los Monks, lo escuché a dolor»
Aterrizó bajo el foco mediático con su disco The kink of mambo, en el año 2019. Un trabajo que consiguió posicionarlo como uno de los nuevos embajadores del soul y el rhythm and blues, desde la escena underground. Ahora, con su segundo elepé recién publicado, El prince (El Volcán, 2023), y unos cuantos singles a sus espaldas también, Tito Ramírez continúa la senda de un camino marcado por la música latina, los ritmos afroamericanos y anglosajones, desde una perspectiva tan original como creativa, pegajosa y experimental. Desde el pasado 25 de marzo, se ha embarcado en una gira de presentación que lo está llevando por todos los rincones del país, siendo sus próximas paradas Logroño (19 de mayo), Tafalla (20 de mayo), Amposta (3 de junio) y Córdoba (10 de junio), entre otras tantas citas más que se alargarán durante todo el verano. Pero antes de continuar en la carretera, el poliédrico músico se ha prestado a abrirnos las puertas de su universo más personal.
Texto: EFE EME.
Último libro que has leído.
Y el trueno le rompió la piel, de Jesús Alonso García. Buenísimo. Poesía del bajomundo.
Última película que has visto.
Sola en la oscuridad. Protagonizada por Audrey Hepburn y vista en Telemadrid, el Filmin del pueblo.
Última serie de televisión que has visto.
Wu-Tang: An american saga.
Último disco que has comprado o escuchado.
“Y que Calvos”, de Los Calvos. Venezolanos, banda de Ray Pérez antes de Los Dementes. Puro oro chico, presalsa bien dura, con más violencia que un pogo de Black Flag.
Último descubrimiento musical.
Crunkstar, de Duke Deuce.
¿Cuál es el mejor concierto que has visto en tu vida?
Es difícil elegir, pero últimamente digo que fue Oscar d’Leon, el año pasado en los Jardines del Botánico. Desde aquí mando un saludo de agradecimiento a mi amiga Carmen Baxter que me consiguió tan preciada invitación, pues las entradas estaban agotadas y lo convirtió en uno de los mejores regalos que me han hecho en la vida.
¿Qué música escuchas cuando estás de gira?
Depende del momento del día, si vas de ida o vienes de vuelta, más tranquila o más movida.
¿Cuál ha sido tu peor experiencia como músico?
Lidiar con el robo, la traición y la envidia. Pero por contar algo más simpático: estar tocando en el escenario, en Francia, con el dinero del caché, que habíamos exigido por adelantado antes de subir a tocar, escondido en la entrepierna del batería por miedo a que fuera robado por los propios organizadores que eran unos impresentables y veíamos que intentaban no pagarnos. Tuvimos que salir de allí quemando rueda, porque aquello estaba a punto de convertirse en una merienda caníbal y nosotros éramos el plato.
¿Practicas algún deporte?
Ping pong en el parque cuando hace buen tiempo y burpees carcelarias.
¿Eres aficionado a algún deporte?
Antes al fútbol, pero perdí el interés. Como dicen algunos de mis amigos: «Muerte al fútbol moderno».
Ciudad favorita.
Granada.
Bebida preferida.
Gazpacho.
Comida que más te gusta.
El pisto de mi madre.
Tus mitos musicales.
James Brown, Pérez Prado, Larry Williams, King Coleman, Alfredito Linares, Desmond Dekker, Question Mark & The Mysterians, Mitch Ryder, Little Richard, Tito Puente, Jorge Negrete…
Un vicio confesable.
Fumar en la ducha.
Afición desconocida.
Colecciono coches de alta cilindrada de los años sesenta y setenta.
Un placer musical culpable.
La línea de bajo de “Everybody”, de los Back Street Boys, me parece genial.
¿Con quién te gustaría compartir estudio o escenario?
Con los Malinches, Leone, Pike Cavalero, EnmaFernandez , Los Imposibles ….
¿Cuál es el disco que más has escuchado en tu vida?
Buff… No sé… Por decir alguno: Black monk time, de los Monks, lo escuché a dolor.
¿Qué canción te gustaría que sonase en tu funeral?
“El rey”, de Vicente Fernández, interpretado por una banda de mariachis. «Tú dirás que estoy afuera, pero el día que yo me muera, sé que me vas a llorar…».
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