«Nunca vas a encontrar una banda capaz de enlazar tres obras maestras seguidas. ¿Cuántas lo han logrado? The Beatles. ¿Quién más? Quizá The Rolling Stones»
Irrumpieron en la escena británica con la siempre incómoda etiqueta de grupo revelación. Con su segundo álbum, “Come of age”, los londinenses tratan de demostrar que no son flor de un día. Eduardo Guillot contacta con ellos.
Texto: EDUARDO GUILLOT.
Olían a «hype» a kilómetros de distancia. Comandados por el vocalista Justin Young (que había hecho sus pinitos indie-folk bajo el nombre de Jay Jay Pistolet) y el guitarrista Freddie Cowan (hermano menor de Tom Cowan, teclista de The Horrors), The Vaccines debutaron en 2011 con un álbum de irónico título: »What did you expect from The Vaccines?» Su combinado entre Ramones, The Strokes y The Jesus & Mary Chain fue saludado, una vez más, como la nueva salvación del rock. Coincidiendo con la elección de su canción ‘A lack of understanding’ para el spot de la nueva colección de Armani, se publica “Come of age”, el difícil segundo disco. El bajista Arni Arnason se encarga de defenderlo.
Parafraseando el título de vuestro primer disco… ¿Qué podemos esperar del segundo?
Más de lo mismo. Somos fans de la buena música pop y es lo que tratamos de hacer. Esta vez nos hemos permitido más dinámicas, hemos tratado de que la escucha fuera un viaje, mientras que en el primero pusimos juntas las canciones que teníamos.
En inglés, “Come of age” es la transición entre la infancia y la edad adulta. ¿Es como os sentís con este disco?
Gran parte del contenido del álbum explora esos territorios emocionales, y nos sirve para preguntarnos qué significa esa fase de crecimiento. Cuando tienes veintipocos años, algunos de tus amigos viven con sus padres, otros no, y resulta difícil pasar por esa transición. Nosotros hemos intentado conscientemente no hacerla, pero también sin querer sonar nostálgicos ni jóvenes eternos.
Algo más maduro sí es. Las canciones, por ejemplo, son menos urgentes, más largas.
Sí, es cierto. Cuando pasas dos años en la carretera con la misma gente, aprendes velozmente, y también maduras con más rápidez. Tocamos juntos, y cada uno conoce las características de los demás, así que es inevitable crecer como banda. Es más maduro, pero no el disco que nos saca de la fase juvenil.
Teniendo en cuenta que es imposible ser innovador haciendo rock de guitarras, ¿con qué objetivos entrasteis en el estudio de grabación?
Tienes razón, pero no estoy muy seguro de que lo nuevo, en música, siempre sea necesariamente bueno. Y no quiero que suene tonto. La música pop honesta va a prevalecer siempre, nunca faltará sitio para la inspiración. La originalidad ha sido muy importante, pero el pop ha mantenido su ingenuidad durante décadas. Cuando piensas en temas como “I fought the law” (Bobby Fuller) o los de Kurt Cobain, tienen esa cualidad. Y ha sido así durante años. Me gustan los músicos que utilizan la electrónica, pero para nosotros eso sería una huída, aunque podríamos hacerlo.
Os ha producido Ethan Johns (Kaiser Chiefs, Kings of Leon). ¿Por qué lo escogisteis?
Era el primero de la lista que le propusimos a la compañía. Te gusten o no los discos que produce, suenan de manera muy personal. Son increíblemente orgánicos, te hacen sentir muy cómodo. Sus trabajos con Whiskeytown son una maravilla. Tenía ganas de trabajar con nosotros, porque sabía que podíamos desarrollar más nuestro sonido. Fue fantástico.
¿Por qué grabar en Bélgica?
Queríamos un buen estudio, el mejor posible, y estaba en Bruselas. De los mejores en que he trabajado nunca, con un equipo fantástico. Hubiéramos ido a Marruecos si hubiese estado allí.
Háblame de la canción ‘Ghost town’. ¿Os interesa la música surf y garaje?
Por supuesto. Es lo que decía antes de esa ingenuidad primitiva típica del rock and roll, que géneros como el garaje poseen muy claramente. Hasta The Beatles tocaban música de garaje en sus inicios. Y ‘Ghost town’ es un homenaje muy claro.
¿Y ‘Lonely world’? Parece sacada de los sesenta.
¡Gracias! Tenemos una influencia importante de los cincuenta y sesenta, así como del punk de mediados de los setenta. Son épocas muy interesantes, y es cierto que esa canción remite a los sesenta.
¿Qué os inspiró un tema como ‘Aftershave ocean’?
Es curioso, porque esa canción está construida con diferentes piezas e ideas que acabamos poniendo juntas. Inicialmente, tenía una letra que no nos gustaba demasiado, y la dejamos aparte. Meses después, Freddy llegó con una letra nueva y las bases comenzaron a encajar. A partir de ahí, reconstruimos la canción.
¿Es como soléis componer?
Hay veces en que llega alguien con un tema completo y lo arreglamos juntos. Otras veces, partimos de ideas más deslabazadas. El método es muy variado. Incluso han salido canciones de jams, como ‘I wish I was a girl’.
Antes del álbum se editó un epé con versiones de Johnny Cash (a través de un tema compuesto por Nick Lowe), Abba, Wire y Jonathan Richman. ¿Cómo las elegisteis?
Somos aficionados a la música, es la razón por la que formamos el grupo. Y esas canciones lo reflejan. Siempre nos ha encantado ‘Mannequin’ (Wire). La letra es muy potente, y encaja perfectamente con el tono de la música. Y ‘The winner takes it all’ es increíble, pero la gente se acuerda más del vehículo a través del que llegó, que es Abba, y la subestima, porque era un grupo con sonido edulcorado y una imagen hortera. Pero es grandiosa.
La prensa inglesa tiende a ensalzar y hundir grupos a diario. A vosotros os encumbró con vuestro debut. ¿Cómo esperáis que reciban “Come of age”?
Es cierto que fuimos un «hype», pero el error consiste en crear expectativas. Nunca vas a encontrar una banda capaz de enlazar tres obras maestras seguidas. ¿Cuántas lo han logrado? The Beatles. ¿Quién más? Quizá The Rolling Stones. Pero ese tipo de expectativas están fuera de lugar ahora, cuando se consume el entretenimiento instantáneamente. No es un problema de la prensa inglesa, pasa en todas partes, sobre todo con la proliferación de blogs. Todo el mundo busca a la banda de la semana, que debe ser desconocida y que quizá sea olvidada el mes que viene. Los blogs necesitan ofrecer cosas nuevas para tener entradas y, consecuentemente, generar inserciones publicitarias en función de su audiencia. El periódico «The Guardian» tiene una sección que es “La nueva banda del día”. ¡Del día! ¿Te lo imaginas? ¡Se trata de presentar 365 grupos nuevos al año! Es una locura. Nadie puede desarrollar una carrera de manera normal. Hemos tenido la suerte de que, en nuestro caso, siempre se ha apreciado la música. Y se trata de eso, de música.