“Grabado en distintas noches de 1972 en Texas, los Stones generaban energía y calor como si no hubiera un mañana”
La reedición de tres directos de los Rolling Stones entre los 70 y primeros de los 80 lleva a Juanjo Ordás a situar el momento que atravesaba la banda en cada uno de esas etapas. Una buena manera de ir calentando motores para su próxima gira, que pasará por España el 27 de septiembre (Barcelona, Estadio Olímpico Lluís Companys).
Texto: JUANJO ORDÁS.
Triple lanzamiento en directo de los Stones a cargo de la discográfica Universal. No se trata de material inédito, los tres discos son la banda sonora de deuvedés ya reeditados, pero no por ello tienen menos valor. Muy al contrario, se trata de productos que merecen su vida al margen del soporte audiovisual, que añaden peso a las estanterías donde reposan las discografías de los Stones en millones de hogares. Estos tres discos son la vela en la tarta. Soplad y pedidlos como deseos. Nosotros te los desmenuzamos para que decidas de antemano cuál va a ser tu favorito, porque los tres muestran a los Stones en momentos muy diferentes de su carrera.
Los discos
El primero de los tres directos editados por Universal es “Ladies & gentlemen: The Rolling Stones”, la banda sonora de la mítica película del mismo nombre estrenada en 1972. En ella escuchamos a los Stones presentando en directo ni más ni menos que “Exile on Main St.” (1972), el que para muchos es el mejor álbum de los Stones (algo difícil de discutir, la verdad). Grabado en distintas noches en Texas, los Stones generaban energía y calor como si no hubiera un mañana. Se aprecia la espontaneidad en el inicio de ‘Dead flowers’, fuerza desmedida en los redobles de Charlie Watts empujando ‘Gimme shelther’ y ese caos ordenado del cual son amos y señores a lo largo de las quince canciones. ¿Cómo no recalcar la solidez del bajo de Bill Wymann? De porte poco rockera, pero infalible a la hora de envolver cada composición de un Mick Jagger y Keith Richards en estado de gracia. O mejor dicho, en uno de sus múltiples estados de gracia.
Por entonces, a Mick Taylor solo le quedaban un par de álbumes más como miembro del grupo, pero aquí le tenemos sobrevolando las canciones. Lo cierto es que nunca estuvo tan integrado como en su día Brian Jones (miembro fundador, no lo olvidemos) o el futuro Ron Wood, lo suyo era un virtuosismo implementado en la música de los Stones, que parecía negarse involuntariamente a fundirse con Richards al completo. Pero es un lujo escucharle, como lo es escuchar los temas de “Exile on Main St.” en directo, presentándolos ante una audiencia muy, muy caliente. Qué fuerza la de Jagger en ‘Tumbling dice’, bárbaro lo de Richards en ‘Happy’. El audio conseguido es bastante bueno, es muy difícil mezclar la cantidad de instrumentación que rodea al quinteto (trompeta, piano y ¡el saxo de Bobby Keys!) pero, hay que volver a decirlo, esto es el caos musical de los Stones, ¡su orden dentro del caos!
Muy distinto es “Some girls – Live in Texas ‘78”, grabado seis años después. En su momento ya fue editado en cedé como parte del combo que incluía la película del mismo nombre pero, de nuevo, esta vez conoce vida autónoma. Estos Stones han grabado “Some girls” (1978), uno de sus álbumes clásicos, han adquirido a Ron Wood y entre él y Richards empiezan a tejer una maraña guitarrera única en el mundo. Quien descoloca es Jagger, muy influido por el punk neoyorquino y británico, tratando de reinventarse como frontman. Vocalmente está impecable pero visualmente resulta extraño. No obstante, poco importa cuando haces sonar este cedé. Abren con ‘Let it rock’ de Chuck Berry y para qué queremos más. Después llega ‘All down the line’ y porque frenan un poco con ‘Honky tonk women’, si no ‘Star star’ (¡‘Starfucker’!) y ‘When the whip comes down’ habrían reventado a la audiencia. Esa cadena explicaba que lo de los Stones dando tralla venía de lejos, no de “Some girls”. Las canciones fluyen como en las mejores giras de los Stones, hacia el final están otras duplas mortales como ‘Farway eyes’ y ‘Love in vain’ o ‘Brown sugar’ y ‘Jumpin’ Jack Flash’.
Como aperitivo queda “Live at the Checkerboard Lounge, Chicago 1981”, el último de la tríada recopilada. Richards, Wood y Jagger se acercan a un concierto de Muddy Waters para improvisar con él y el resultado son estas once canciones históricas que incluyen gemas del repertorio del bluesman, como ‘Manish boy’ y ‘Champagne and reefer’, a día de hoy ya insertadas en el repertorio de los Stones. Sus Satánicas Majestades, por entonces, se encontraban pisando escenarios gigantes presentando “Tattoo you” (1981). Lo hermoso de esta grabación es encontrarse a unos Stones en versión fan, encantados de que Muddy Waters les deje tocar con ellos. Y un blanco jamás podrá cantar como un negro, pero Jagger es mucho Jagger y la idea era pasárselo bien.