The mighty several, de Paul Heaton

Autor:

DISCOS

«Muestra a un Heaton con el don incorrupto de facturar perfectas canciones pop, la mayoría centradas en pequeños dramas domésticos»

 

Paul Heaton
The mighty several

UNIVERSAL, 2024

 

Texto: XAVIER VALIÑO.

 

Pasa largas temporadas en la isla de Gran Canaria, en uno de los complejos hoteleros del sur frecuentados por sus compatriotas británicos. Probablemente disfrute también de ese sol eterno, pero lo que se conoce de su estancia en la isla es lo que él mismo ha confesado varias veces: que es su retiro preferido para componer. Estamos hablando de Paul Heaton, toda una institución británica, el principal compositor de The Housemartins y The Beautiful South, y con una también larga trayectoria en solitario con cinco discos, que además recibió hace dos años el prestigioso premio Ivor Novello en su país, esa distinción que solo pueden ostentar con orgullo los mejores escritores de canciones de allí.

Su nuevo álbum lo ha escrito en parte en los Países Bajos, mientras hacía una ruta en bicicleta con su mujer, y se abre, apropiadamente, con un título que bien lo podría definir, teniendo en cuenta esos antecedentes: “National treasure” (“Tesoro nacional”). Al igual que los once restantes muestra a un Heaton con el don incorrupto de facturar perfectas canciones pop, la mayoría centradas en pequeños dramas domésticos. Es el caso, por ejemplo, de la redonda “Fish ‘n’ chip supper”, que recuerda en su estribillo a “Happy together”, de The Turtles, y que cuenta la historia de un marido de Manchester que intenta conseguir que la idea de cena con su mujer en casa, a base de pescado y patatas fritas, no sea arruinada cuando se para en el pub con sus amigos.

Con su habitual bonhomía por bandera, Heaton comparte protagonismo en las voces con otros tres vocalistas, con los que aparece retratado en la portada como si fueran forajidos del lejano Oeste: el habitual de la escena blues Danny Muldoon, aquí en un papel bien distinto, la siempre maravillosa Yvonne Shelton y la escocesa Rianne Downey, reclutada tras haberla descubierto en su canal de Youtube. Entre los cuarto dan lustre a estupendas canciones pop de la vieja escuela, de personajes bienintencionados pero desventurados, como las ya citadas o, también, “Quicksand”, “The blues came in” y “Walk on, slow down”, y que muestran cariño con guiños a otros artistas como Neil Young en la titulada “After the sugar rush”.

Anterior crítica de discos: Ritual sonoro, de Amparo Sánchez.

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