La saga de los Beach Boys, a un tiempo trágica y feliz, gloriosa y miserable, genial y vulgar, es la más grande jamás contada en el pop. También, la más incomprendida y, desde luego, una de las más fecundas y longevas de un género que aún hoy continúa, como Brian Wilson, resistiéndose a crecer. La edición del recopilatorio The warmth of the sun, nos sirve para volver a ellos y recuperar el Archivo que Luis Lapuente publicó en EFE EME 32 (octubre de 2001).
Texto: LUIS LAPUENTE.
La historia de los Beach Boys y, sobre todo la de su líder carismático Brian Wilson, es, en más de un aspecto, la de una monumental fantasía infantil llevada hasta el límite. Una historia sembrada de sórdidos maltratos familiares, increíbles paranoias, millonarias demandas judiciales endogámicas, delirios de grandeza, genialidades incomprendidas, muertes a destiempo, gélidos paisajes playeros y hermosas armonías vocales. La historia de una supuesta banda de surf music cuyos integrantes (excepto Dennis Wilson) jamás pisaron una tabla de surf. Una formidable saga familiar y artística que ha sabido convivir casi desde el principio demediada en dos personalidades opuestas e inevitablemente complementarias: la del visionario, perfeccionista y genial Brian Wilson, autor en solitario de los mejores trabajos del grupo, y la del resto de sus compañeros, simplemente un buen grupo de pop que aprendió a envejecer con cierta dignidad.
A lo largo de cuatro décadas, Brian, el mayor de los hermanos, el tímido e inseguro, el frágil Brian, ha enterrado a sus padres y sus hermanos, ha sobrevivido a devastadoras dolencias psiquiátricas y a psiquiatras no menos devastadores, ha aprendido a domesticar su ego y ha encontrado por fin ese punto de equilibrio que necesitaba para desterrar tantos miedos infantiles y llevar una vida adulta sin necesidad de muletas. Mientras, Dennis y Carl desaparecidos, Mike Love ha grabado su imagen en la retina de miles de fans de los Beach Boys como el villano de la película, el desaprensivo que logró arrebatar a Brian parte de sus derechos sobre canciones que no le pertenecían, el falso timonel que dirigió hacia la mediocridad los destinos de una banda que un día fue la más grande del pop. Él, pérfido causante de la deplorable imagen ofrecida tantas veces por los Beach Boys como paladines de un pop artificial y pseudo fantástico más típico de Disneylandia que del mundo real.
LA VIDA DE BRIAN
Brian Wilson nació el 20 de junio de 1942 en el seno de una modesta familia de Los Ángeles, muy cerca de las soleadas costas del Pacífico. Su padre, Murry Wilson, perdió un ojo en un accidente laboral tres años después, lo que precipitó su decisión de dedicarse profesionalmente a la música e inculcar esa inquietud en sus hijos. Brian, sordo del oído derecho por un defecto congénito, fue el primer bendecido y damnificado por la situación. Su infancia se convirtió en un maravilloso concierto casi permanente, pero también en una terrible pesadilla de imposiciones, castigos crueles y abusos emocionales. De aquella época aún conserva la costumbre de refugiarse para calmar a sus demonios en la escucha del clásico de George Gerswhin “Rhapsody in blue”: “Aún sigo tocándola al piano. Me encanta. Cuando me encuentro mejor, toco ‘Be my baby’, de Spector, para inspirarme. Y siempre termino interpretando algo de boogie woogie”.
Aún en el instituto, Brian y sus hermanos pequeños empezaron a materializar los sueños de su padre, influidos también por las armonías vocales de los Four Freshmen y por el pegajoso pop playero en boga entonces en California. Así, en 1961 formaron un quinteto llamado Carl and The Passions con su primo Mike Love y su íntimo amigo Al Jardine. Grabaron un oscuro single bajo el nombre de Kenny & The Cadets y algunas maquetas (editadas en el sello local Candix), ya como The Pendletones en el estudio de Hite Morgan, amigo de Murry Wilson. Por fin, en 1962 ficharon por Capitol y editaron su primer álbum como The Beach Boys: Surfin’ safari.
Entre 1962 y 1965 Los Beach Boys desarrollaron una actividad frenética, tomando el testigo del rock & roll blanco abandonado por Elvis Presley y (trágicamente) Buddy Holly. Ellos representaron más que ningún otro grupo o solista los sueños y las miserias de la vida adolescente en la sociedad occidental de los primeros años sesenta. No en vano, uno de sus mayores éxitos fue “Surfin’ U.S.A.”, recreación acelerada del clásico de Chuck Berry “Sweet little sixteen”: de un fabuloso inventor de fábulas adolescentes a otro eterno niño mayor, crecido artísticamente a velocidad de vértigo. Eran los mejores y lo sabían, sobre todo lo sabía Brian. Tan sólo le faltaba el disco definitivo, ése capaz de superar a Phil Spector y asombrar al mundo con su talento: “Spector es mi héroe. Él supo darle al rock & roll lo que necesitaba en aquel momento y obviamente influyó muchísimo en nuestra música. Sus producciones son grandiosas y llenas de sensibilidad. Su disco de Navidad es todavía uno de mis favoritos. Me acuerdo que en los años sesenta sólo pensaba que tenía que ser capaz de superar a Spector a cualquier precio”.
EL POP SINFÓNICO
Agobiado por los problemas de intendencia de las interminables giras, cansado de las actuaciones y obsesionado por la idea de emular a Phil Spector, a principios del año 1965 Brian Wilson comunicó a sus compañeros su decisión de abandonar los escenarios y concentrarse en el trabajo de estudio. Le sustituyó temporalmente el oscuro Glen Campbell, más tarde discreta estrella del country-pop. A los pocos meses, Campbell sería apartado de los Beach Boys y su puesto lo ocupó el que habría de convertirse en el sexto miembro con derecho propio del grupo, el ex vocalista del dúo de surf music Bruce & Terry, Bruce Johnston.
Entonces llegaron los años gloriosos y también las interminables sesiones de grabación propiciadas por Brian para desesperación de los demás miembros de la banda, que cada vez entendían menos sus delirios musicales. Y también llegaron las famosas paranoias y manías de Brian, agravadas por el constante consumo de marihuana y otras sustancias alucinógenas: su obsesión por tocar el piano en medio de una habitación llena de arena (que no renovaba), su fijación enfermiza con las peceras (le gustaba meter la cabeza dentro) y la comida vegetariana…
Y, por supuesto, llegó Pet sounds, un álbum asombroso y devastador, que combinaba la devoción por las difíciles armonías del pop inmaculado de los Four Seasons y los Four Freshmen con los arreglos ampulosos de Phil Spector, la psicodelia y la profundidad melódica. Obra maestra absoluta, que obligó al habitualmente sarcástico Nick Cohn a confesar su devoción: “Ya no más surf ni coches usados, ya no más un creador de mitos amateur. En lugar de esto, Brian Wilson ha surgido como un solemne romántico, publicando una larga serie de poemas musicales, frágiles estanques de sonido muy límpidos. Pequeños coros juguetones y laberínticas voces soprano. Tristes canciones acerca de la soledad y el dolor de corazón. Tristes canciones incluso sobre la felicidad”.
Después de Pet sounds ya nada fue igual en el pop. Tampoco lo fue en la vida de Brian Wilson, que enseguida acometió el segundo gran reto de su carrera: la grabación de una secuela aún más grandilocuente (en el mejor sentido del término). Hoy sabemos que Smile nunca llegó a terminarse por múltiples factores que precisarían de mucho más espacio para analizar. Probablemente, Brian nunca se sienta con ganas de completar la tarea inconclusa, así que habrá que conformarse con las versiones pirateadas de las cintas originales que circulan por el mercado del coleccionismo discográfico (muy bien representadas en el cofre Good vibrations: 30 years of The Beach Boys) y con las versiones de lo que pudo haber sido y no fue desperdigadas a lo largo de los inmediatos álbumes del grupo, desde Smiley smile hasta 20/20. [Nota 2007: Contra todo pronóstico, en 2004 un recuperado Brian Wilson decidió ajustar cuentas con los fantasmas del pasado y puso en pie el disco Smile, grabando todo de nuevo. Además salió a presentarlo en directo por medio mundo.]
MITOS, RITOS Y DELITOS
A fines de los años sesenta, los Beach Boys cedieron a la tentación orientalista vigente en el rock de la época y coquetearon con las enseñanzas del Maharishi Mahesh Yogi, cuyas técnicas de meditación trascendental calaron profundamente en la vida de Dennis, Carl y Mike Love. Dennis Wilson también pisó aquellos días terrenos más resbaladizos: de su amistad con algunos miembros del siniestro clan de Charles Manson tan sólo quedaron un montón de pesadillas y una espléndida canción (“Never learn not to love”) publicada en el álbum 20/20, en la que Manson había desaparecido de los créditos.
En los años setenta, ya fuera de Capitol, la música de los Beach Boys se hizo adulta. Brian aún conservaba algún gramo de lucidez y Carl, Dennis y Mike Love apuntaban cada día mejores maneras como compositores y músicos. De aquella insólita conjunción de talentos combinados, y de la valiosa aportación de Ricky Fataar y Blondie Chaplin, ex miembros de la banda de soul Flame, nacieron álbumes maravillosos e infravalorados como Sunflower, Surf’s up y Holland.
Luego, las cosas empezaron a ir mal. La cosecha se secó: apenas un doble LP en directo majestuoso (The Beach Boys in concert) y un par de buenos álbumes con Brian a los mandos (15 big ones y The Beach Boys love you) recordaban los días de gloria del grupo. Gordo y apático, Brian Wilson empeoraba de sus delirios a pasos de gigante y el remedio que encontró pudo haber sido aún peor: por fortuna, años después los tribunales prohibieron ejercer la profesión y acercarse siquiera a Brian al Dr. Eugene Landy, un psiquiatra desaprensivo que pretendió hacer de segundo padre tiránico en la vida de Brian, aprovechándose de paso de su talento y sus ganancias.
Luego, Dennis Wilson murió en trágicas circunstancias, Carl se consumió poco a poco víctima del cáncer, unos y otros se enredaron en larguísimas batallas judiciales por impago de royalties y Mike Love tomó las riendas del grupo conduciéndolo a sus momentos más bajos de creatividad.
Los Beach Boys ya eran –y lo serán para siempre– sólo una bonita leyenda, pero Brian Wilson, su alma mater, aún continúa facturando discos maravillosos, probablemente un punto por debajo del genio de Pet sounds y Smile, aunque siempre a años luz de distancia de los de la mayoría de sus coetáneos.
BEACH BOYS. CRONOLOGíA.
1961.
Brian Wilson (1942), Dennis Wilson (1944), Carl Wilson (1946), Mike Love (1944) y Alan Jardine (1942) forman The Beach Boys en el distrito de Hawthorne (Los Ángeles, California). Entonces aún se presentan en público como The Pendletones o Carl & The Passions.
El 8 de diciembre, el grupo debuta en el sello Candix como The Beach Boys, con el single “Surfin’”, coescrito por Brian Wilson y su primo Mike Love.
1962.
Al Jardine deja el grupo para estudiar Odontología, siendo sustituido temporalmente por David Marks.
The Beach Boys fichan por Capitol, donde publican el single “Surfin’ safari” y el álbum de igual título.
1963.
Vuelve Al Jardine. Brian Wilson adapta el clásico de Chuck Berry “Sweet little sixteen” con el título “Surfin’ USA”. Aparecen tres LPs consecutivos: Surfin’ USA, Surfer girl y Little deuce coupe.
1964.
Cuatro nuevos álbumes, producidos –como el anterior– por Brian Wilson: Shut down vol. 2, All summer long, Beach Boys concert y The Beach Boys christmas album.
Brian Wilson decide dejar de actuar en directo con la banda después de sufrir una aguda crisis nerviosa en un vuelo de Los Ángeles a Houston. Le sustituye Glen Campbell.
1965.
Bruce Johnston (1944) entra a formar parte del grupo y Campbell desaparece. Brian Wilson destapa su genio en tres fantásticos álbumes: The Beach Boys today!, Summer days (and summer nights!!) y Beach Boys party.
1966.
Mientras sus compañeros actúan en Japón, Brian Wilson prepara la que será su indiscutible obra maestra, el álbum Pet sounds, con canciones memorables como “God only knows”, “Wouldn’t it be nice” o “Good vibrations”. El mes de abril, Brian debuta en solitario con el single “Caroline no”.
1967.
Cautivado por el resultado final de Pet sounds, Brian Wilson empieza a trabajar en la que suponía su definitiva obra maestra, el inédito Smile.
Llamado a filas por el ejército norteamericano, Carl Wilson alega objeción de conciencia y resulta procesado.
En agosto, el grupo funda su propio sello, Brother Records, y firma un contrato de distribución con Capitol. Aparecen los álbumes Smiley smile y Wild honey.
A última hora, deciden no presentarse en el Festival Pop de Monterrey, siendo sustituidos por Otis Redding.
En diciembre entran en contacto con el Maharishi Mahesh Yogi, que los inicia en la meditación trascendental.
1968.
Se publican los LPs Friends y Stack-o-tracks, este último instrumental.
1969.
Los Beach Boys rompen con Capitol, que publica un último álbum del grupo, titulado 20/20.
Carl Wilson negocia en los tribunales una salida a su negativa a incorporarse al ejército: los Beach Boys darán algunos conciertos gratuitos en hospitales, prisiones y otras instituciones estatales.
1970.
Debutan en Brother Records/Reprise con el álbum Sunflower. Dennis Wilson debuta en solitario con el single “Sound of free”.
1971.
Continúa la buena racha en Brother Records con el LP Surf’s up.
Dennis Wilson sufre heridas de consideración en su mano derecha en un accidente con el cristal de una ventana. Es sustituido temporalmente en la batería por el sudafricano Ricky Fataar, ex miembro de Flame.
1972.
Bruce Johnston abandona el grupo y le reemplaza Blondie Chaplin, ex compinche de Fataar en Flame.
Se publica el álbum Carl and The Passions/So tough.
1973.
Después de pasar tres meses en Holanda, los Beach Boys reaparecen con el luminoso Holland, que incluye un EP de regalo titulado Mount Vernon and fairway, producido en solitario por Brian Wilson.
El 4 de junio muere Murry Wilson, padre de Brian, Dennis y Carl.
1974.
The Beach Boys in concert se convierte en el primer álbum doble de su historia.
1975.
Continúan su triunfal racha de conciertos con una masiva actuación en el estadio de Wembley, ante setenta y dos mil espectadores.
1976.
Brian Wilson reaparece al frente del grupo en el álbum 15 Big ones, que conmemora los quince años de vida de los Beach Boys.
1977.
Nuevo álbum con Brian, esta vez en Caribou Records: The Beach Boys love you. Al mismo tiempo, Capitol publica un viejo concierto londinense con el título Beach Boys ‘69: Live in London.
Dennis Wilson graba el maravilloso Pacific ocean blue.
1978.
Aparece en disco la banda sonora de la película Almost summer, cuya pieza homónima es una contribución de Mike Love, Al Jardine y Brian Wilson.
Los Beach Boys se despiden de Reprise con el LP M.I.U. album (las siglas corresponden a Maharishi International University).
1979.
Bruce Johnston regresa para producir el LP L.A. (Light album).
Brian y Marilyn Wilson se divorcian después de quince años de matrimonio.
1980.
Nuevo disco: Keepin’ the summer alive. Los Beach Boys languidecen artísticamente, aunque se dispara su éxito comercial en Estados Unidos.
1981.
Carl Wilson debuta en solitario con un álbum titulado sólo con su nombre. Mike Love hace lo propio con Looking back with love.
1983.
El 28 de diciembre muere ahogado Dennis Wilson en un lago de la localidad californiana Marina del Rey.
Carl Wilson publica su segundo LP, Youngblood.
1984.
Los Beach Boys y los Four Seasons graban el single “East meets west”, escrito por los miembros de la banda neoyorquina Bob Crewe y Bob Gaudio.
1985.
Aparece el LP The Beach Boys.
1988.
Brian Wilson por fin graba su primer álbum en solitario, el impresionante Brian Wilson, editado por Sire y coproducido por su psiquiatra, el Dr. Eugene Landy. También graba en solitario el tradicional “Goodnight Irene” para el álbum de tributo a Woody Guthrie y Leadbelly Folkways: a vision shared.
Mientras, el resto de los Beach Boys entran en las listas con el single “Kokomo”, uno de sus últimos grandes éxitos.
1989.
Eugene Landy pierde la licencia para practicar la Psiquiatría en California. Brian Wilson restablece relaciones con su familia y con el grupo.
Se publica el LP Still cruisin’.
1990.
Varios ilustres admiradores de Brian Wilson (de Sonic Youth a Original Sins) publican el álbum Smiles, vibes and harmony: A tribute to Brian Wilson.
Las hijas de Brian Wendy y Carnie debutan con una hija del ex The Mamas and The Papas John Phillips en un trío de nombre poco imaginativo: Wilson Phillips.
1991.
Aparecen las primeras históricas grabaciones de los Beach Boys para Candix Records en el CD Lost and found: 1961-1962 (DCC Records).
1992.
Mike Love reclama judicialmente a Brian Wilson derechos por más de veinte canciones que coescribió con su primo durante años y por las que nunca se le reconoció ni (sobre todo) se le pagó. En el pleito, que ganará debido en parte al lamentable estado anímico y al desinterés de Brian, se le atribuye la coautoría de, entre otras, “California girls” y “Good vibrations”.
Los Beach Boys reaparecen con su primer LP en estudio en siete años: Summer in paradise.
1993.
Capitol publica el extraordinario cofre Good vibrations: 30 years of The Beach Boys. Brian colabora en distintos proyectos de numerosos artistas amigos (desde Van Dyke Parks hasta su propia hija Carnie).
1995.
Brian y Carl participan en el álbum de homenaje a Harry Nilsson For the love of Harry (everybody sings Nilsson).
La vida y el legado de Brian Wilson protagonizan un documental y un álbum de título devastadoramente autobiográfico: I just wasn’t made for these times (Yo no fui hecho para esta época).
Brian y su viejo amigo Van Dyke Parks firman un delicioso trabajo titulado Orange crate art.
1996.
Capitol publica otro maravilloso estuche antológico: The Pet sounds sessions (produced by Brian Wilson).
Mike Love produce uno de los peores trabajos del grupo, el infumable Stars and stripes.
1997.
Brian colabora con sus dos hijas en el primer álbum del dúo, llamado (lo adivinaste) The Wilsons.
En diciembre, muere la madre de los hermanos Wilson, Audree Korthof, a quien Brian nunca perdonó su actitud pasiva ante el trato cruel de su padre, Murry.
1998.
Nuevos temas inéditos en la banda sonora del documental televisivo Endless harmony.
Brian publica el álbum Imagination.
El 8 de febrero muere Carl Wilson.
2000.
Brian Wilson regresa con un doble CD en directo (Live at the Roxy Theatre), inicialmente comercializado sólo en Internet.
Se publica el emocionado testamento musical de Carl Wilson en el álbum Like a brother, firmado con dos viejos amigos, Gerry Beckley y Robert Lamm.
2001.
Y más inéditos de la primera época en el doble CD Hawthorne Ca-Birthplace of a musical legacy.
2004.
Un renacido Brian Wilson edita Smile, el gran disco inacabado. Lo publica a su nombre y lo graba partiendo de cero, renunciando a las viejas grabaciones.