Texto: DARÍO MANRIQUE NÚÑEZ.
Ariel Rot, Alejo Stivel y el bajista Felipe Lipe se vuelven a juntar este verano, 30 años después de su primer disco y 25 desde la separación del grupo. Será una serie de conciertos de los que únicamente está definido por ahora el de debut, el 6 de julio en el festival Bilbao BBK Live. Además, se editará un recopilatorio con una única novedad: la versión 2008 de “Que el tiempo no te cambie”.
Estuvimos hablando con Rot y Stivel, los dos supervivientes de Tequila que han seguido en activo profesionalmente en el mundo de la música: Ariel en solitario y con Los Rodríguez; Alejo fuera de la vista del público, como productor de éxito de Joaquín Sabina, M Clan, La Oreja de Van Gogh. Sustituyendo a los fallecidos Julián Infante (guitarrista) y Manolo Iglesias (batería) han entrado Josu García, de La Tercera República, y Daniel Griffin, además de un teclista como sexto Tequila.
La primera pregunta es la obvia: ¿Por qué habéis vuelto justo ahora?
Alejo Stivel: ¿Por qué no? Nos apetecía, era el momento. Nos lo decía algo interno, porque antes siempre fue alguien de fuera, hubo incitaciones que nos proponían juntarnos, pero siempre a uno o a otro no nos apetecía, generalmente a mí.
Ariel Rot: Alejo siempre estuvo reacio y yo siempre estoy dispuesto a tocar, pero no sólo con Tequila, con cualquiera que me lo pida. Bueno, yo tenía mi agenda planificada, pero cuando me llamó Alejo, que era la primera vez que tomaba la iniciativa, la idea me fue seduciendo y decidí aparcar lo mío. Esto es muy poderoso en todos los sentidos, en lo personal, en lo que implica para la gente, y en lo musical, volver a coger un repertorio tan básico, tan rock’n’roll, volver a coger la telecaster.
¿Resulta más emotivo para ti esta vuelta a Tequila que la reunión con Calamaro con las canciones de Los Rodríguez?
AR: Sinceramente, no lo sé. Lo de Andrés fue muy poderoso y también tocamos en Argentina, donde la emoción se multiplica siempre. Imagino que cuando veamos la reacción del público empezaré a tomar nota, pero éste es un repertorio menos emocional, más físico.
¿Cuál va a ser el repertorio?
AS: Los éxitos y nuestras canciones favoritas que no fueron favoritas, como “Que el tiempo no te cambie”, que espero que se convierta en un éxito.
Esa es la canción que usó el PSOE en la campaña electoral, ¿verdad? ¿Os pidieron permiso?
AR: Sí, pidieron permiso y que pasáramos un presupuesto, y el presupuesto fue cero. Eso es una pequeña cosa que nos hizo pensar en Tequila, uno de los detonantes, el volver a escuchar a Tequila en los telediarios.
¿Sabéis si Zapatero es fan? Por edad podría serlo.
AR: No, no es fan. En la Ser le entrevistaron y le preguntaron por su grupo favorito y dijo que ¡Supertramp!
AS: Yo me comprometo ahora mismo a que le llevamos a un concierto y le damos una clase de lo que es el rock and roll.
AR: Pero, ¿cómo puede ser Supertramp el grupo favorito de alguien? Es música que se escucha en ascensores.
AS: Probablemente José Luis pase mucho tiempo en ascensores [risas]. El que sí es muy fan de Tequila, y lo deja plasmado con unas palabras en el disco, es Rubalcaba. Cuenta que le daba un poco de corte decir que era fan, porque estaba ya en un partido de izquierdas y Tequila era un poco de cachondeo, no era lo más políticamente correcto. Pero en la oscuridad de su salón ponía los discos de Tequila.
¿Creéis que ya se han perdido los prejuicios respecto a Tequila que había en la época, tanto de los más progres y como de los rockeros “auténticos”?
AR: La gente estaba muy preocupada en defender lo auténtico. Es decir, “esto es auténtico” o “esto no es auténtico”, en vez de esto es bueno o es malo.
AS: Eso pasó con los Beatles. Yo me acuerdo de una época en la que incluso ellos tenían imagen de grupo comercial.
En cuanto al repertorio, ¿ha habido alguna canción que hayáis dicho “no podemos tocar esto, esta canción ya no tiene nada que ver con nosotros”?
AR: Absolutamente. La elección del repertorio fue más por descarte. Agarramos disco por disco, son 43 canciones, y era “ésta no, ésta sí”. Siempre había tres o cuatro temas por cada disco que nunca ensayábamos y tampoco tocábamos, entre otras cosas porque los shows de la época eran más cortos.
AS: Tampoco pudimos tocar nunca temas lentos, ni baladas.
AR: Y eran tiempos en los que no teníamos la infraestructura que hay ahora. Era todo tan tremendamente familiar que nosotros éramos los dueños del equipo. Tuvimos que comprar las luces, el equipo de sonido y la furgoneta, porque no existían empresas de alquiler de estas cosas, en ese momento. Ahora estamos mirando entre varios diseños de producción, es la primera vez que Tequila va a ir a lo grande.
AS: Entonces todo era muy local. Tú veías un concierto de una banda internacional y era radicalmente diferente. Ahora se ha equilibrado todo.
¿Erais conscientes en su momento de lo que estabais haciendo, de que era algo que no existía en España?
AR: Absolutamente. Y éramos muy conscientes deque éramos diferentes. Cuando íbamos por la calle la gente nos miraba. Era un mundo muy marrón y muy gris, y nosotros llegábamos con nuestros aires de Plaza Francia [Buenos Aires].
AS: Ésa era la España del loden.
AR: Yo me acuerdo de una vez que fuimos a tocar a Bilbao y llevábamos el equipo en el tren. Bueno, pues fuimos arrastrando los amplis Marshall desde la estación al hotel, con nuestros pelos y nuestras pintas, y unos flacos empezaron a decir “mira, los Rolling Stones”.
Pues si llamabais la atención en ciudades como Bilbao, en los pueblos tenía que ser tremendo.
AS: Flipaban bastante. No sólo con las pintas, también con los sonidos, porque sonaba todo muy redondo y creían que llevábamos playback. Además éramos muy jóvenes, pero parecíamos más jóvenes aún.
AR: Tequila despertaba algo especial cuando llegábamos de gira a algún sitio, sobre todo en el público femenino, pero también en el masculino, con una mezcla de admiración y envidia que a veces se traducía en agresividad.
AS: Sobre todo con alguna de las chicas le decía a su novio “esta noche no me vas a ver”. Aparecieron novios cabreados a la mañana siguiente muchas veces.
En casi todos los discos de Tequila hay una canción argentina. ¿Cuál era la reacción de la parte española del grupo cuando proponíais una versión de rock argentino?
AR: Estaban muy integrados. Sobre todo Julián: recuerdo ir a tu casa [la de Alejo] a escuchar discos argentinos. Julián estaba muy fascinado con todo ese mundo.
AS: Además nosotros hacía muy poco tiempo que habíamos llegado y teníamos muchas expresiones de allá, y eso produjo una especie de vocabulario interno que sólo entendíamos nosotros, que era una mezcla de cheli y lunfardo. Podíamos hablar delante de gente sin que se enteraran de nada.
Hablando de Julián, creo que se argentinizó mucho tras Tequila, ¿no?
AR: Sí, Julián iba a Buenos Aires y le hacía creer a la gente que era argentino. Aparte tenía tanta facilidad para la imitación que podía hablar con todos los diferentes matices argentinos.
Alejo, ¿cuántos años llevas sin subirte a un escenario a cantar?
AS: Ahora se cumplen los 500 años. Justo en la llegada de Colón, en una fiesta de rock que hicieron en la carabela Santa María con los indios… No, desde Tequila.
¿Por qué te has resistido tanto tiempo?
AS: Tampoco fue una resistencia activa. Estaba en otra frecuencia, alejado. Era como un entrenador de fútbol al que si le proponen que salga a jugar dice que no, pues está en otro ciclo.
¿Pero le llegaste a coger miedo a salir a un escenario?
AS: No es exactamente miedo. Yo ahora siento una inquietud y nervios, pero si no lo hacía es porque estaba en otro ciclo vital.
En tus producciones te habrán pedido que cantes mil veces.
AS: Sí, canté mil veces en discos y me subí alguna vez con M Clan. Pero subir a cantar en un proyecto personal no se dio, simplemente, o yo no hice para que se diera…
En el caso de Felipe, ¿Sabéis si ha seguido tocando regularmente?
AS: Sí, a veces más cerca de la profesionalidad, a veces más en plan de colegueo.
AR: Yo sé que queda todos los viernes con amigos a tocar versiones y tomarse sus cervecitas. Felipe tiene mucho amor al bajo.
Ariel, en los últimos años has estado rescatando temas de Tequila en tus conciertos. Casi como si te estuvieras preparando para este regreso.
AR: Sí, a cuentagotas pero sí, lo he estado haciendo. Me costaba incorporarlos en la temática de mis shows, por el contexto, pero sí encontraba la manera de incorporar algunas. Hago una versión bluesera del “Rock and roll en la plaza del pueblo”, dándole un giro adulto, hago el popurrí de “Mr. Jones” y “Necesito un trago”, al principio hacía “El barco”…
LOS NUEVOS TEQUILA
¿Podéis contarme por qué habéis elegido a los músicos nuevos?
AS: Josu [García, guitarra] porque está muy cerca, está al lado mío desde hace 15 años, personal y profesionalmente, es colega íntimo. Pero sobre todo cuadra: por la actitud, por su manera de tocar, por su look, podría haber sido un Tequila. De hecho era muy fan de Tequila y para él es un honor. De niño se ponía delante de un espejo y hacía de Ariel mientras otro amigo suyo hacía de Alejo. No es como el caso de Mauro, el teclista, que tiene toda la onda, pero no sabe quién es Tequila.
AR: Es un especialista en rock and roll, un argentino de 29 años que toca entre Dr. John y Jerry Lee Lewis.
AS: Le hace mucha ilusión porque le cuentan dónde se va a meter, pero no sabía quiénes éramos. Luego está Daniel Griffin, un batería que propuso Ariel, un americano adorable y que cuadra perfectamente con el estilo.
AR: Griffin grabó en los dúos y en “Ahora piden tu cabeza”. Tiene la tensión necesaria para tocar Tequila.
Hablabais de que el teclista no conocía a Tequila. ¿Qué imagen hay del grupo en Argentina? ¿Se llegó a editar algún disco, en vida del grupo o después?
AR: No, Tequila es ahora, entre determinadas bandas de rock, un referente, pero sólo eso.
AS: Es un fenómeno español. Allí sólo gente que tenía contactos en España lo conoció.
AR: En primer lugar es que editar en varios mercados era muy difícil, y nosotros no estábamos en una multinacional. Aparte, no coincidieron los tiempos: nosotros estábamos aquí tocando rock & roll básico y allí estaba muy fuerte la música sinfónica y la fusión.
AS: Llenaban estadios Chick Corea, Pat Metheny y Weather Report. Además influía que nosotros habíamos salido de exiliados políticos. No por nuestra actividad, sino por la de nuestros mayores, pero nuestros apellidos no eran bien recibidos. Eso influía.
AR: Habíamos salido bastante resentidos con la Argentina. Lo del Mundial nos dio mucho repelús.
AS: A mí, que me encanta el fútbol, no vi ningún partido del Mundial, como rechazo activo.
AR: Y las Malvinas… Todo nos parecía delirante, pero luego ya nos reconciliamos.
AS: Además nos lo habían hecho pasar mal. Tener que irte de tu país es algo que te duele. Te quedas jodido. Yo además vengo de una familia con militancia política, con varios desaparecidos, y eso te traumatiza. Para mí la Argentina era un trauma.
Tequila se separó en 1983, cuando ya habíais preparado maquetas para un quinto disco. ¿Llegasteis a ver factible ese álbum?
AS: Era ya el momento del bajón después de la gran subida. Quizá nos faltó un elemento unificador, tal vez externo, para seguir.
AR: Felipe ya no estaba, le había sustituido Álex de la Nuez; y Manolo nunca se sabía cuándo iba a venir. En algunos temas de la maqueta tocó la batería Julián, e incluso Toti [Árboles, luego en Parálisis Permanente y Dinarama]. También yo empecé a escribir, y cantaba algunos textos que a Alejo no le gustaban.
AS: Había una separación de gustos, Ariel estaba investigando otras cosas. Yo creo que es normal cuando hay una evolución. Y entre eso, las drogas, el desgaste y las Yokos que nos distraían, todo se difuminó.
¿Cuál fue el cierre de Tequila?
AS: Ariel dijo que se iba y yo nunca pensé en continuar si él se iba. Esa fue la válvula para que se acabara.
AR: Pasaron cosas feas. Nos robaron en el local de Arturo Soria donde habíamos ensayado siempre y eso nos dejó mal. Nos mudamos a un local del centro pero no fue lo mismo.
AS: También pasó lo del contrato [por un estúpido despiste, su draconiano contrato con Hispavox se renovó automáticamente por otros cinco años]. Igual el estímulo hubiera sido haber tenido una nueva compañía, la posibilidad de la proyección internacional…
¿Cómo van a ser los conciertos de 2008? ¿Repertorio 100% Tequila?
AR: Sí, aunque va a haber un pequeño homenaje a Moris cantando “Sábado a la noche”.
AS: Es Tequila “aggiornado” al día de hoy.
¿Habéis notado mucha diferencia de sonido al tocar las canciones en los ensayos de ahora comparado con su momento?
AS: En realidad no empezamos a ensayar, sólo hicimos un par de jams. Pero es más o menos lo mismo, aunque actualizado.
AR: Y tocamos mejor, creo… Pero hay que respetar la esencia.
¿Qué tipo de público esperáis?
AS: Yo tengo mucha curiosidad. Creo que vendrá una parte importante de público original de Tequila, de una edad madura, y que en algunos casos traerán a sus hijos, sobrinos y descendientes. En el concierto de Police en Barcelona había un 80% de gente madura y un 20% de jóvenes. No sé si será algo así.
AR: Después de Tequila, tanto el público de Los Rodríguez como el mío ha sido gente de nuestra edad, pero también con gente muy joven en las primeras filas.
AS: Además con el condicionante de que en nuestro caso habrá gente mayor que nosotros, los fans que tenían 25 o 30 cuando nosotros teníamos 20.
AR: No sé si habrá gente mayor que nosotros, pero que lo parezca seguro.
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DISCO A DISCO
MATRÍCULA DE HONOR
(1978)
La portada de este disco… es una locura.
AS: Yo creo que la idea de la portada era cachonda, pero en vez de producirla –como las otras– un equipo de diseño de primer nivel, la hicieron los cutres de la compañía.
AR: Pero ahora hay gente muy moderna que esa portada les parece espectacular. Hay que estar muy de vuelta, eso sí…
Aquí está la esencia del rock tequilero, pero también hay dos instrumentales, “Vacaciones en Copacabana” e “Israel”, que no pegan mucho.
AR: Manolo impuso la tropical, la de “Vacaciones…”, dijo que había que hacerlo.
AS: En este disco no tenemos el control total que sí teníamos a partir del segundo, de “queremos la portada así, y grabar en este sitio”.
AR: Yo creo que es un disco con cosas muy buenas, pero está desenfocado.
AS: Está grabado y mezclado en diez días, sólo. Aunque el que más se tardó fueron 16 días, el cuarto, no es que echáramos mucho tiempo.
¿Hubo falta de entendimiento con Mariscal Romero, el productor?
AR: Al principio más, luego nos dejó hacer.
AS: Pero fue al final, en la mezcla. En la grabación estaba más encima y había cosas que no nos gustaban.
AR: De hecho, el disco se grabó en dos tandas. Primero se hicieron los singles y luego el resto. Así que en “Buscando problemas”, por ejemplo, era la primera vez que entrábamos en un estudio y él tuvo el control. Suena muy diferente esa canción que por ejemplo “Desabrochando”, en la que tuvimos más control nosotros. Él quería un sonido heavy, con guitarras dobladas, nosotros teníamos muy claro que queríamos la guitarra Keith Richards.
ROCK AND ROLL
(1979)
AS: Aquí ya pedimos a Juan Gatti [ilustre diseñador argentino, habitual creador de carteles para Almodóvar] para la portada.
AR: Creo que musicalmente es un disco muy inspirado, estábamos en muy buen momento. Fue el disco más poderoso de Tequila.
AS: Yo creo que “Me vuelvo loco” arrasó, fue un “megahit”, una especie de declaración de principios y a mucha gente le ayudó a liberar energías.
Ha quedado como el álbum canónico de Tequila. ¿Estáis de acuerdo?
AR: Tiene muy buenas canciones, pero a mí me gusta más el sonido de Viva Tequila.
AS: Fíjate en el título: Rock and roll, eso era un mensaje en España en ese momento, otra declaración de principios.
VIVA! TEQUILA!
(1980)
En Viva! Tequila! ya pensáis ir a Londres a grabar. ¿Por qué?
AR: Queríamos un disco de productor, y al final curiosamente, nos quedamos con Peter McNamee, que era más un ingeniero. Quizá fuera mejor.
AS: Sí, nosotros teníamos mucha personalidad y no hubiera sido fácil que vinieran a cambiarnos.
AR: Lo grabamos en un sitio histórico en Denmark Street, donde habían grabado los Stones y Elton John.
AS: Además era un momento de euforia británica, con la nueva ola.
AR: Yo había estado con hepatitis en la preproducción, fue muy raro. Componía en casa y ellos se lo llevaban al local, pero hubo poco de ensayo de todos juntos. Creo que es una continuación del Rock and roll, tal vez menos inspirado. Tiene “Mira esa chica”, una de mis favoritas, “Las cosas que pasan hoy”, que es espectacular… Pero tal vez sea menos regular que el anterior.
CONFIDENCIAL
(1981)
Aquí ya metéis elementos nuevos como las trompetas mexicanas de “Estoy en la luna” o las cuerdas Beatles de “Ya soy mayor”.
AR: Sí, es un poquito más pretencioso. Incluso lo grabamos en un estudio más caro, en Marcus Studios. Estaban grabando arriba Ian Dury & the Blockheads.
AS: Y allí conocimos a Mick Gallagher, el teclista [que también tocó con The Clash], que toca el órgano en “Salta”.
AR: Ya es un disco con más influencias del momento.
¿Es el más nuevaolero, quizá?
AS: Sí, salió el “Salta”, por ejemplo, que era yo creo el primer ska en español, estábamos muy metidos en el rollo 2 Tone.
AR: Es un disco con más “reverbs”, más misterio, no tiene tanta pegada como Viva! Tequila!. También es un disco en el que Tequila estaba más desmembrado: Felipe se fue a los dos días, no hubo una convivencia grupal tan grande.
AS: También había algunas Yokos que nos distraían.