Diego A. Manrique nos recuerda en su blog de “El País”, lo difícil que resulta entrevistar a las superestrellas, especialmente a las expertas en la seducción : “Sales encantado pero, cuando escuchas la cinta, solo hay pompas de jabón. Prefiero mil veces al entrevistado hostil, que sin querer te da un buen texto. Por ejemplo, Lou Reed o, más cerca, Miguel Bosé”. Y nos habla de encuentros, y curiosos reecuentros, con Bosé.
También explica las diferencias a ambos lados del Atlántico: “los artistas estadounidenses parecen conscientes de que deben dar chicha, aunque las historias sean similares en todas las entrevistas. Por el contrario, los grupos ingleses suelen lucir cansados, resacosos, indiferentes, como si el proceso de hablar ante un micrófono estuviera por debajo de su dignidad”.
Incluso nos relata cómo fue la única vez que entrevistó a Britney Spears. Ante la locuacidad de la chica, Manrique decidió dar por concluida la entrevista a la mitad del tiempo que se le había concedido. Error. Saltan las alarmas, cunde el pánico, acude raudo el guardaespaldas… “La publicista está histérica, ‘¡nadie corta una entrevista con Britney, todos quieren más tiempo!’. Mis disculpas, explico, pero ya volveremos a vernos cuando aprenda a hablar”.
Desde aquí puedes acceder a “El País” para leer completo el artículo de Diego A. Manrique “Superestrellas de pesadilla”.