OPERACIÓN RESCATE
“Es un disco de rock norteamericano de toda la vida. Podía haber sido firmado por Springsteen, John Mellencamp o el primerizo Bryan Adams”
Aprovechando la inminente visita de Willie Nile a nuestros escenarios (toca en España a mediados de mayo), Eduardo Izquierdo revisa su discografía y se detiene en el recomendable disco de versiones de temas de Bob Dylan que el músico neoyorquino publicó en 2006.
Willie Nile
“Streets of New York”
EVANGELINE RECORDS, 2006
Texto: EDUARDO IZQUIERDO.
Este mes de mayo, Willie Nile nos visitará para presentar su último trabajo, “Positively Bob: Willie Nile sings Bob Dylan”. Un álbum que, como su propio nombre indica, presenta la reinterpretación a cargo de Nile de algunos de los éxitos de uno de sus principales referentes. Tendremos a este pequeño tipo de Buffalo (New York) en Valladolid, León, Bilbao, Barcelona, Zaragoza, Valencia, Madrid, Vigo, A Coruña, Avilés y Santander. Su gira recala en nuestro país como es habitual, algo que agradecen los amantes del mejor rock norteamericano.
A muchos sorprenderá, pero el amigo Nile es Doctor en Filosofía y Literatura Inglesa. Vamos, que de escribir sabe un rato y lleva demostrándolo desde que a finales de los setenta fue descubierto por un redactor de “Rolling Stone” que, como era común en aquella época, lo catalogó como el nuevo Bob Dylan. A pesar de las connotaciones negativas que siempre ha tenido para cualquiera ser comparado con el genio de Duluth, esto permitió a Nile grabar su homónimo debut en 1980, al que siguió un año después “Golden down”. Este disco permitió que muchos descubrieran a aquel menudo guitarrista de voz rugosa gracias a la gira que hizo como telonero de The Who en su periplo estadounidense.
Salto en el tiempo. Después de ser invitado en 2003 a compañar en algunos conciertos a Bruce Springsteen & The S Street Band, y tras siete años de silencio discográfico, Willie Nile graba el que hasta ahora es su obra maestra, “Streets of New York”. Jay Cook, redactor de “Time”, escribió que era el mejor disco que había escuchado desde las grabaciones de Dion, y no es de extrañar, porque las catorce canciones que integran el álbum son directamente insuperables. En la composición de la mayoría de las piezas estuvo acompañado por Frankie Lee, y el disco cuenta con la aparición estelar de Jakob Dylan, que deja sus coros en la espléndida canción que es ‘The day I saw Bo Diddley in Washington Square’ (por cierto, el nombre del mítico músico, y como curiosidad aparece mal escrito en la carpeta del disco).
Pero hay más. Entre ellas, una absolutamente dylaniana ‘Back home’ que te hace incluso dudar si no es el mismísimo Bob quien está cantando, o la muy Del Amitri ‘Best friends money can buy’. Esa ‘Game of fools’ que debe mucho a Southside Johnny o la excelente versión del ‘Police on my back’ de The Clash son también una buena muestra. Pero son ejemplos cogidos al azar, porque ni una sola de las catorce canciones del álbum baja el nivel.
Aquí no hay originalidad. Ni rastro. Esto es un disco de rock norteamericano de toda la vida. Podía haber sido firmado por Springsteen, John Mellencamp o el primerizo Bryan Adams. Pero es ese tipo de álbum que toma rehenes porque, cada vez que vuelves a él no puedes evitar pensar lo mismo: “Joder, qué bueno es este disco”.
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Anterior Operación rescate: “Arena en los bolsillos” (1998), de Manolo García.