«Como compositor y como cantante tenía ganas de que la gente entendiera lo que digo y de verme capaz de escribir en mi idioma, mi lengua materna»
Tras el fin de Sexy Sadie, Jaime García es Sr. nadie. Tras un primer EP, el mallorquín debuta con el álbum “En la ciudad del aire”, y cantando en castellano. En ese idioma conversa con Charly Hernández.
Texto: CHARLY HERNÁNDEZ.
Jaime García Soriano, quien fuera vocalista del grupo noise rock Sexy Sadie durante más de catorce años, se presenta en solitario bajo el nombre de Sr. Nadie y con el álbum “En la ciudad del aire”, fraguado durante bastante tiempo en viajes por América y en moteles a base de grabadora y guitarra. Durante estos años de silencio, Jaime no sólo se ha dedicado a trabajar en su disco pues también ha producido a grupos como Maryland, Amarillo o The Bankers, ha compuesto la música para alguna que otra película y se ha encargado de ordenar su propio pentagrama y componer de nuevo la melodía de su nueva etapa.
Partimos de la disolución de Sexy Sadie, que según has contado, fue como romper una relación con tu pareja para volver a empezar de cero.
Fue una decisión que tomamos un poco sobre la marcha. Antes de grabar “Translate”, el último disco, no teníamos esa idea por la cabeza. Tampoco, por lo menos yo, lo pienso a largo plazo en plan: “dentro de un año lo dejamos”, entonces, entre todos vimos que ya era el momento. Además fue a media gira y, bueno, ya fue un poco raro en los últimos conciertos porque en tu mente veías que era la última vez que tocabas en Vigo, la última vez que tocabas en tal sitio… y ya cuando llegó el último aquí, en Madrid, un conciertazo muy bonito, muy guay, muy emocionante y muy divertido. Yo creo que fue muy importante que acabase la cosa divirtiéndonos en el escenario. Es verdad que luego te quedas como de resaca gorda y sin ganas de juntarte con otra gente. Yo sabía que la música iba a estar ahí y que la guitarra la iba a seguir tocando aunque fuera para mí, porque la música es algo que siempre quiero hacer y quiero seguir tocando siempre, eso es seguro, no lo dejaré nunca aún cuando sea un abuelo, siempre que pueda. Eso por un lado estaba claro, pero por otro tenía claro que no quería un local y ver otras caras. Era lo último que me apetecía después de haber estado tanto tiempo con la misma gente. Fue un poco triste, en el sentido de ser consciente de que a lo mejor no me volvía a subir más a un escenario, o sea, lo veía que era como una posibilidad aunque tampoco sabía por dónde iba a tirar y si iba a tener ganas de hacer un disco. Durante el primer año no tenía ningún objetivo ni tampoco ganas de ponerme ahí a maquinar mi siguiente paso. En plan frío no sé pensar, me tengo que dejar llevar un poco. Fue un proceso natural y tranquilo el volver a empezar a crear canciones y así, sin darme cuenta, para juntarme con un buen número de canciones y entonces ya te van viniendo la cosas, te entran ganas de grabarlas bien. Una vez grabas una maqueta que suena bien dices: “¡hostia! Esto tengo ganas de enseñárselo a alguien más”. Han sido tres años los que he tardado [risas]
Antes de sacar este disco, salió el EP “Nu”. ¿Qué es lo que te impulsa a editar, finalmente un trabajo y publicarlo dadas las circunstancias que acabas de comentar?
Realmente, ya te digo, me junté con una maqueta que tendría unas seis canciones que tenía ya ganas de enseñarlas, pensar: “¿Y esto lo he hecho yo solo?” además me gustaban a mí y eso siempre me anima mucho, estar convencido de cuando lo quieres enseñar, porque yo soy de los típicos que dicen, “No, no. Esto no lo escuches porque…” Aunque a lo mejor un fan dice que le encanta, pero si a mí no me gusta, no se lo enseño [risas]. Así de claro. Cuando tuve eso me dio por abrir el Myspace para ver un poco qué pasaba, y ya me llamó Mikel Sagüés, de DFX Records, al cual ya conocía de antes porque estuvo en Subterfuge mucho tiempo y nos llevamos muy bien. Me llamó diciendo que le había encantado lo que había escuchado en el Myspace y me propuso sacar un EP. De las seis canciones que tenía elegí cuatro con una versión, también me pareció como una manera de decir que aquí estoy, que mi intención es seguir. Por lo menos esa era un poco la idea… no era un “ya estoy aquí” sino “por aquí voy”, supongo que una manera de levantar la mano [risas].
Además una novedad es que cantas en castellano, cuando en Sexy Sadie lo hacías en inglés. ¿Cómo de cómodo te sientes cantando en tu lengua materna?
Ha sido una de las razones por las que supongo que he ido más lento de lo normal con el proceso creativo de las canciones, el escribir en castellano tiene su miga. No me ha sido fácil, por la sonoridad, las palabras, que les doy mucha importancia también a la hora de cantar, las rimas, en el castellano es más difícil de cuadrar la métrica, de que los acentos caigan igual y el cómo suena lo que dices. Hay palabras que, directamente, no las puedes ni rimar y quedan feas, fonéticamente hablando. Entonces cuesta mucho llegar. En inglés tienes la facilidad de que puedes decir la frase más bonita del mundo y a la hora de cantarla va a tener su fonética bonita y musical. Es más fácil para eso, supongo, pero, por ejemplo, el mallorquín también es más fácil que el castellano, o sea, es un idioma que tiene muchas vocales medio abiertas y medio cerradas y es agradable también a la hora de cantarlo. Pero, bueno, ha sido un proceso, y tenía muchas ganas de demostrar, a mí mismo primero, que me pongo primero no por egoísmo, sino porque un artista tiene que decir lo que a él le gusta hacer, y como compositor y como cantante tenía ganas de que la gente entendiera lo que digo y de verme capaz de escribir en mi idioma, mi lengua materna.
Para tratar de pasar este momento de transición, cruzaste el Atlántico y te perdiste un buen tiempo por allí. ¿Buscabas quedarte en blanco?
Fue una manera de aislarme más todavía y de tener la guitarra a mi lado todo el rato, en el sentido de ir de hotel en motel con grabadora y guitarra, y no tener el estudio que tengo en casa, que siempre que compones algo ya lo quieres grabar bien y empiezas a colocar tres micros y tal, reverb… Te rallas con cosas y al final lo que tienes que hacer es grabar la idea básicamente. Fue una manera de escaparme, de estar en un entorno tan diferente y tan interesante a nivel de inspiración. Era buscar ese tipo de sensaciones, y creo que me ayudó mucho. De ese viaje me vine con un buen número de canciones.
¿Qué fue lo que te inspiró allí?
Me inspiró y me dio muy buen rollo la gente, la gente de los pueblos y la diferencia que hay entre la gente de los pueblos y la gente de las ciudades. Allí viajé mucho, a lo mejor estabas en Seattle y después en Acapulco, que como ciudades que son tienen sus pros y sus contras, que son muchos los contras. Pero luego, entre esos caminos, pasaba por muchos pueblos en los que me paraba también para hacer noche y me resultó muy agradable hablar con todo el mundo; el que entres en un bar y como no suele entrar gente, y menos extranjeros, pues en seguida te preguntaban de dónde eras, te daban conversación… y el hablar con gente así es algo que a la gente que vivimos en una ciudad pues no estamos acostumbrados. Me gusta y me sorprende, es como si en el metro hablaras con el que tienes al lado [risas].
La calidez de la gente y la cercanía, ¿no?
Sí, esa hospitalidad y calidez… también lo que te ayudan y lo que se ofrecen sin conocerte de nada. Detalles muy guays, como decir que te vas de viaje y te dicen: “pues toma, llévate fruta”, y el tipo tenía un huerto y cogías las frutas del árbol con él y te las llevabas [risas]. Cosas de ese tipo me pasaron muchas y diferentes. Luego también está el contraste de lo que es el mundo, el primer mundo, como sería Estados Unidos y el segundo mundo, como sería México, que ves cómo cambia todo. Pero yo creo que son casi igual de felices en un sitio con menos dinero y con menos posibilidades y menos recursos. Como somos los humanos, nos acostumbramos a lo que tenemos y hay que ser feliz con lo que se tiene, ¿no? Ese tipo de enseñanzas, o sea, si eres un millonario de Hollywood pues, bueno… tampoco debe ser fácil ser feliz. Si eres un granjero con tres gallinas en México pues también tienes que intentar ser feliz con lo que tienes.
Si mal no recuerdo, con Sexy Sadie empezaste cantando con los ojos cerrados debido a tu timidez. Ahora que sacas un trabajo en solitario y te enfrentas tú solo al público, ¿cómo llevas lo de la timidez?
[Risas] Ya, bueno, la verdad es que empecé con Sexy Sadie sin saber tocar la guitarra y con ellos he aprendido, porque nos gustaba, nos reíamos, lo pasábamos bien, me encantaba tocar canciones aunque tocáramos fatal. Era lo más divertido que había hecho nunca, más que jugar al fútbol o al tenis. Entonces, eso era lo que me gustaba hacer pero luego el hacer conciertos y tal pues, bueno, tocábamos borrachos y nos lo pasábamos bien, pero luego resulta que sacas un disco y que la gente lo demanda, tienes que subirte a un escenario todavía más alto, ya con un equipo de sonido más profesional, con gente que ha pagado una entrada para verlo… y está esa responsabilidad que de repente se te creaba y que te hacía pensar: “joder, si a mi esto me gusta, pero…”. Vamos, que no le terminaba de encontrar la gracia al escenario, no he tenido esa actitud de querer estar en la música precisamente para acabar subiéndome a un escenario, sino todo lo contrario. Me costó bastante asimilarlo, dejar primero el alcohol [risas], y luego dejar la timidez… Pero sí, el abrir los ojos, mirar a la gente a la cara… digamos que a media vida de estar con Sexy Sadie fue cuando empecé a disfrutarlo. Creo que aunque ahora he estado tres años alejado, volveré con cierta timidez pero creo que me acuerdo de cómo se hacía disfrutar. Supongo que es eso, ponerte en lugar del público. Yo cuando voy a ver a un grupo me mola ver que están contigo, que te miran a la cara y tú estás ahí flipando con su música, por lo que te pones en su lugar e incluso eres capaz de disfrutarlo como lo estás haciendo tú.
¿Te sorprendió la respuesta del público cuando sacaste el EP?
Sí, a pesar de que todavía hay muchos fans de Sexy Sadie que ni se han enterado de que yo he hecho un disco, porque creo que ha sido un EP que ha salido sin hacer demasiado ruido, con medios más limitados económicamente, y dándose a conocer con un nombre nuevo. Creo que todavía estoy en ello, en que me conozca la gente del mundo independiente y sepan quién soy, quién es Sr. Nadie. Pero me sorprendió mucho tener en seis meses cincuenta mil escuchas en Myspace. En esas cosas sí que he notado a gente que me echaba de menos, aunque habrá quien eche de menos a Sexy Sadie y la distorsión, y por otro lado gente que agradezca que haya menos distorsión.
Incluso por el nombre de ahora, Sr. Nadie, los fans de Sexy Sadie te pueden reconocer porque dentro de vuestro disco “Onion soup” aparecía la canción ‘Mr. Nobody’.
Claro, sí, sí. Los muy fans desde luego se pueden dar cuenta rápido [risas].
En el primer single, colabora Eva Amaral, a la que conociste en un concierto de Sexy Sadie en Londres, ¿cómo la convenciste para que apareciera en el disco?
Ella también era fan de Sexy Sadie y artísticamente hay admiración, además de una buena relación. Cada vez que vienen a Mallorca nos vemos y cuando yo vengo a Madrid también nos vemos. El caso es que me invitaron ellos a cantar en el escenario un par de veces, una en Madrid y otra en Mallorca, y después de cantar con Eva al lado, la verdad es que su voz ya me hipnotizó [risas]. Y las dos veces, en el camerino, hablando, me empujó mucho a lo de cantar en castellano. Fue una de esas personas que te da la palmada en la espalda cuando te hace falta, y me quedé con la idea, y se lo dije a ella cuando no tenía ni canciones todavía: “Si algún día hago algún disco en castellano, me molaría que cantaras conmigo”. Eva dijo que por supuesto, que cuando llegara el momento, tres o cuatro años después la llamé cuando compuse la canción porque me di cuenta que esa era perfecta para su voz, incluso el tono y todo. Se la mandé y, nada, tardó una semana en cogerse el avión [risas]. Le encantó la canción y fue ago súper natural. Yo sabía que le iba a gustar porque nos gustan los mismos grupos, el mismo tipo de pop, aunque Amaral tenga su manera de hacerlo y yo la mía pero conectamos en muchas cosas. Fue muy sencillo con las tomas, la primera, probó y la segunda es la que hay en el disco. Eso demuestra lo grande que es como cantante y lo interiorizada que traía ya la canción.
Finalmente, como hemos comentado al principio, ¿pretendes que tu música perdure?
He intentado hacer un disco sincero en el sentido de cómo me han salido las canciones, sin querer maquillarlo con sonidos actuales y modas. Soy consciente porque también estoy produciendo discos de otros grupos y podría dirigir mi disco de manera que lleve electro pop o un estilo concreto que ahora se lleve para intentar salir y apuntarme al carro de algo. Creo que he hecho un disco que se podrá oír dentro de diez años, porque es un pop-rock más o menos clásico pero que tiene mi personalidad en la voz, en las letras, en la composición, la melodía, en la manera de estructurar una canción. O sea, las canciones, humildemente, tienen suficiente poder como para que no haga falta vestirlas de nada ni disfrazarlas de nada porque cada estrofa o cada pequeña melodía que hay, a mí me parece ya de por sí que tiene que llegar.
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Desde aquí puedes acceder a la web de Sr. Nadie.