Diego A. Manrique, en su blog de “El País”, reseña el libro “Discos españoles, portadas únicas”, “empeño de un coleccionista gallego, que usa el nombre de Manuel de Magalhâes, en censar los discos exclusivos para el mercado español, editados entre los sesenta y los setenta”.
El libro de Magalhâes “complementa el abrumador estudio de Xavier Valiño sobre la censura musical durante el franquismo tardío (‘Veneno en dosis camufladas’, Milenio). Se repiten algunos títulos pero Magalhâes suma otros filones: las ediciones de clubs tipo Discolibro, los -generalmente feos- discos promocionales, las raras grabaciones foráneas sólo publicadas en España y, lo principal, las portadas alteradas voluntariamente por las propias editoras”.
“Aparquen sus suspicacias: muchas de las portadas made in Spain eran más atractivas que las lanzadas en los países de origen”, sentencia Manrique. En la época, “las discográficas contaban con eficaces departamentos de diseño. Lo requería el hábito de traducir los títulos de las canciones”.
“¡Tiempos extraños!. El mercado español era tomado en cuenta: cuando el Ministerio de Información y Turismo prohibió la portada original de ‘Sticky fingers’, la del pantalón vaquero con cremallera auténtica, la central londinense de Rolling Stones Records encargó a Phil Jude una foto que reflejara literalmente el título, ‘Dedos pegajosos’. Otro ‘collector’s item’”.
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Desde aquí puedes acceder al artículo de Diego A. Manrique “Spain is different: los discos”.