“Si mi padre no hubiese creado ‘Omega’ no hubiese hecho ‘Tendrá que haber un camino’, no hubiese conocido a todos sus amigos rockeros, y toda esa vertiente; o quizás sí, pero creo que ha sido imprescindible y necesario
Ya se había dejado descubrir en su “Encuentro” con Los Evangelistas, pero por primera vez, la hija mediana de Enrique Morente toma las riendas en solitario y lo hace con un disco muy a tener en cuenta: “Tendrá que haber un camino”. Con ella habla Chema Domínguez.
Texto: CHEMA DOMÍNGUEZ.
Transcripción y fotos: NOEMÍ SÁNCHEZ.
Hay un camino. Ese que inicia el rock progresivo, enraizado y psicodélico del rock andaluz desde Gualberto o Triana hasta Los Planetas de «La leyenda del espacio» y Los Evangelistas del «Homenaje a Enrique Morente». Y es precisamente este último quien alumbró «Omega» para marcar una corriente inédita. Su hija mediana, Soleá Morente, recoge con decisión el testigo para sincronizar todo el talento contenido en su ADN flamenco con un tiempo eléctrico. Acompañada por sus hermanos Estrella y José Enrique, fascinante cantaor, y la plana mayor granadina con Jota a la cabeza, Soleá brilla en la búsqueda de su propia identidad con «Tendrá que haber un camino», su primer disco en solitario después de protagonizar «Encuentro» (2013) con Los Evangelistas. Aún con la sorpresa y la ilusión en la mirada al encontrarse por primera vez con el disco entre sus manos, vamos grabando el “cómo se hizo” del estreno más atractivo del año.
¿Ya te has repuesto del impacto?
Sí, sí, ya lo estoy asimilando (sonríe).
¿Habías seguido de cerca el diseño, la fotografía…?
Me habían ido pasando pruebas y eso, pero no lo había tenido así, físicamente. Jolín, ya lo tengo conmigo…
¿Ya has pasado la primera escucha?
Eso me cuesta más, me cuesta mucho escucharme.
Además de los nervios del lanzamiento, ¿ha sido muy laborioso el camino de la grabación?
El proceso de grabación ha sido, no ha sido… A ver, he puesto todo lo que había dentro de mí para hacerlo lo mejor posible y dar lo mejor de mí en cada momento. Y sí que te metes de lleno en la historia y hay un desgaste, pero es maravilloso porque estaba haciendo lo que me apetecía y estaba feliz.
Es un disco muy entrelazado con protagonistas que llegan por caminos distintos. ¿Hasta qué punto son encuentros casuales, y hasta qué punto son buscados?
Nos hemos ido encontrando por el camino, yo había dado así unas cuantas vueltas y me costaba mucho encontrar un concepto, una etiqueta, un nombre. Hasta que descubrí que no tenía porqué hacerlo, no tenía porqué hacer algo concreto. Cuando me relajé, empecé a hablar con mis amigos. Todos los que participan son colegas míos, compañeros, y me permití la libertad de elegir lo que me apetecía hacer en ese momento. Por ejemplo, empecé a coger la guitarra, empecé a componer algo y se lo enseñaba a Jota (Los Planetas), de ahí salía una canción; con Ana (La Bien Querida) igual. Admiro muchísimo a Ana, me gusta mucho, y un día le dije: “Pues mira, Ana, si tienes alguna canción por ahí me gustaría cantar algo tuyo algún día”. Y así he acudido a mis referentes y a mis raíces, y al final ha ido surgiendo «Tendrá que haber un camino» de una forma natural. En principio no pensaba ni que iba a ser un disco, hasta que empecé a encontrarme con mucho material que había ido surgiendo de forma espontánea y hablé con un par de amigos que me dijeron: «Tía, si tienes este trabajo compártelo con la gente».
Entiendo, porque desde Los Evangelistas tu voz ya se podía entender por separado, pero… ¿Hasta que no has tenido un repertorio extenso y has podido elegir, no has querido lanzarte?
Sí, podían aparecer, podía buscarlas… Pero cuando me relajé un poco empezaron a llegarme canciones y bueno, aquí estamos.
Me interesa esa conexión con Los Planetas y La Bien Querida. En «Una ópera egipcia» (2010) ella colabora…
Sí, en ‘No sé cómo te atreves’.
¿Ese es el hilo que más viste «Tendrá que haber un camino»?
Es curioso, hay como una conexión entre Planetas, La Bien Querida, Morente, Lagartija Nick… No sé, ahí nos vamos buscando los unos a los otros, sin saber exactamente por qué pero compartimos un espacio, creo. Me interesa mucho la afición por el flamenco de Jota, Antonio Arias o de Ana (La Bien Querida), tienen puntos muy flamencos. Cuando lo descubrí, me dije: “Esta gente coge el flamenco y se lo llevan a otro sitio”, a un camino que también mi padre había dejado un poco abierto con «Omega» (1996), al bajar el flamenco del Olimpo para que lo podamos disfrutar todos, entenderlo e incluso ejecutarlo. Empecé a sentirme muy identificada con toda esta gente y descubrí que yo también podía hacerlo. Para mí cantar y tocar es difícil porque vengo de un sitio donde se canta muy bien, una casa de genios, y es difícil decir: “Venga, voy ahora yo también, voy a cantar o voy a bailar o tocar”.
Y acercarte a una estructura pop, como ocurre en algunos casos, puede sonar hasta bastante atrevido.
Sí, pero este camino, el de empezar a confluir con toda esta gente y adentrarme en otro tipo de música, ha sido lo que me ha permitido poder expresarme y poder contar lo que me pasa.
Además de los nombres conocidos como Jota, me llama la atención que hayas contado con David Rodríguez, alma máter de La Estrella de David, y que también trabaja con La Bien Querida.
Admiro mucho a David y le sigo. No sé por dónde me vino… bueno, primero conocí a La Bien Querida y luego ya fui investigando, hilando… y conocí a David. Veía lo que hacía, me llama muchísmo la atención esa forma tan inteligente de construir una canción y ese menos es más que te llega y te transmite muchísimo. Empezó a apasionarme y lo he llevado a mi terreno, a mi forma de cantar, que es flamenca.
Ese sentir flamenco te lleva a los textos de sabor popular en temas como ‘Eso nunca lo diré’, de Lorca en ‘La ciudad de los gitanos’ o de Antonio Machado en ‘Yo escucho los cantos’.
Claro, el texto es muy muy importante, yo lo he aprendido en mi casa. El texto de una canción es tan importante como la composición de la música. Estudié filología hispánica porque me apasiona la literatura, la poesía, también la parte de la gramática, de la lengua, de la historia de nuestra lengua, y mi padre me animó a estudiar hispánicas porque creo que él, de alguna manera, también era como un literato, ha cantado a la Generación del 27… En el disco he cuidado los textos bastante, he ido seleccionando con mucho cuidado lo que estaba diciendo, qué le estaba contando a la gente.
Y has envuelto las palabras de rock, melodía, arreglos andalusíes… Aunque has contado en la producción con la ayuda de Jota o Antonio Arias entre otros, tú apareces como productora. ¿Cómo ha sido llevar las riendas sonoras?
Sí, lo he producido yo. Antes de adentrarme en “Tendrá que haber un camino”, había dado muchas vueltas con diferentes productores, había acudido a gente maravillosa buscando ayuda para hacer el disco… Pero todo empezó a fluir en el momento en el que empecé yo a coger el volante, y a decir: «Quiero cantar esta canción, quiero que este arreglo lo haga esta persona, me gustaría cantar una canción de La Bien Querida o encargarle un texto a David Rodríguez». He ido creando mi propio universo y lo he producido. Luego, con la ayuda y con la coproducción en diferentes canciones de Jota o de Antonio, o de Jaime de Pájaro Jack… Mi hermana Estrella, por supuesto, ha estado opinando, ayudando y aconsejándome en muchos momentos. Ha sido una aventura increíble porque es mucha responsabilidad. Había veces que no sabía lo que estaba haciendo, si me estaba equivocando o si estaba loca directamente».
Un poco de todo, seguro.
Un poco de todo, y luego había momentos superpotentes al decir: «Bueno, ¿por qué uno no puede hacer lo que le salga del alma?».
Tendrá que haber un camino, ¿no?
Puede ser, jajaja.
Por ejemplo, estamos citando bastante a La Bien Querida y no parece que sea en vano. ‘Nochecita Sanjuanera’ es su gran aportación, ¿ella y concretamente esta canción puede ser un referente para tus siguientes pasos?
Sí. El día que Ana me mandó ‘Nochecita Sanjuanera’ me dijo: «Mira, tengo esta canción, a ver qué te parece». Me encantó. Le aporta un punto así como muy dulce, alegre y la canción, no sé, esa canción fue una de las primeras que grabé y me gusta mucho el camino que lleva, hacia dónde se dirige y el mensaje: “Si yo volviera a nacer (…) aún sabiendo lo que sé iba a quererte lo mismo».
Luego está el atrevimiento de ‘Tonto’, compuesta por David Rodríguez, girando al buen humor y rompiendo con los aires litúrgicos y más emocionalmente hondos del disco.
Sí: “Que eres muy tonto lo sabía toda Graná, más tonta soy yo que me acabo de enterar». Ojo, que cierra con «Que eras muy malo lo sabía toda Graná, más mala soy yo que te voy a hacer llorar». Es un punto muy desenfadado que me flipa de David, el disco tiene textos muy serios. El orden me lo he currado también para contar la historia: empieza con Machado y «Yo escucho los cantos de viejas cadencias que cantan los niños»; luego con ‘Oración’, una llamada a la libertad de expression, todos tenemos oportunidad para equivocarnos y celebremos cada mañana. También pasa por momentos como tangos en ‘Solos tú y yo’, que es un poco el amor imposible el que se me escapa. Y termino con ‘Todavía’ que es, todavía estoy aquí, mientras estemos vivos y tengamos inquietudes e ilusiones qué mas da la edad, el nombre, el momento, la ciudad donde vivas… Creo que tenemos que ser libres y hacer lo que nos apetezca, siempre con respeto, con honestidad, claro.
Otro de los puntos de equilibrio del disco es ‘Vampiro’ y volvemos a La Bien Querida. ¿Has trabajado las letras con ella codo con codo o las has recibido y has seleccionado?
He recibido las letras, le he dicho algunas cosas… pocas, cuestión de una palabra: «Oye, Ana, ¿puedo cambiar esto por esto, qué te parece?», y ella me decía que genial. Lo cierto es que me sentía muy identificada, el disco son todo chicos menos cuando llega el punto de las canciones de Ana, ha sido como agua de mayo porque me sentía muy reconocida con esa forma de sentir. También está mi hermana en algunos momentos, y son mis dos referentes femeninos actuales: La Bien Querida y Estrella Morente, y también Lole (Lole y Manuel). El ‘Vampiro’ dice: «Quiero saber si eres un vampiro o eres un mortal, si debo amarte o darte muerte con este puñal». Sí, me siento identificada en ese momento.
Quiero preguntarte por tu padre y por Leonard Cohen, presente en la adaptación que haces en ‘Dama errante’ de ‘Winter Lady’ y en ‘Esta no es manera de decir adiós’ de ‘Hey, that’s no way to say goodbye’. Ambos unieron su arte en «Omega», sumándose las guitarras de Lagartija Nick y la poesía de Lorca. Ya lo citaste antes como referencia, pero ¿es más que eso, es tu punto de partida realmente?
Sí, claro. Si mi padre no hubiese creado “Omega” no hubiese hecho «Tendrá que haber un camino», no hubiese conocido a todos sus amigos rockeros, y toda esa vertiente; o quizás sí, pero creo que ha sido imprescindible y necesario. «Omega» es una obra que nos ha abierto muchas puertas a nuevos mundos.
Y tirando del hilo histórico, el antecedente son nombres como Gualberto o Triana en esa conexión flamenca y eléctrica. ¿También te han influido?
Sí, por supuesto, he escuchado mucho a Triana, soy muy fan. En mi casa siempre nos ha gustado muchísimo, reconozco que ahora en la música que hago me suena un poco a este grupo mítico que tantas puertas ha abierto y tantos caminos nos ha dejado señalados.
Aunque es complicado, supongo que te gustaría poner a todos los agentes activos de «Tendrá que haber un camino» sobre el escenario.
Sí, sí, me gustaría. Tengo un poco de dilema, porque ha colaborado mucha gente y toda esta gente está muy ocupada porque tiene muchos grupos, dan conciertos… Por ejemplo, Jota tiene Expertos Solynieve, Planetas y Evangelistas; Florent, Los Pilotos y Planetas, y seguro que habrá alguno más (risas).
Claro, la clave es lo que no nos cuentan (risas).
Exactamente. Miguel Martín y J J Machuca, que van a venir conmigo en la gira, están con Lori Meyers y… Y cada vez que tengo que quedar con ellos para ensayar, tengo que liar una por el grupo de Whatsapp que es bastante complicado. Me encantaría llevarme a todos, porque si son buenos artistas, son mejores personas y me han dado la vida, pero tengo que hacer una selección también en función de cuando ellos puedan.
Ojalá se pueda al menos una vez ver a todos los implicados sobre el escenario.
Sí, me encantaría, seguro que habrá una presentación en Granada y como la mayoría de los músicos son de allí, le diré a todo el que quiera venir.
Granada siempre es la mejor opción.
Sí, porque como tenga que traerme a todos para Madrid…