Sly Stone, de 68 años, se encuentra en estos momentos viviendo en una furgoneta, aparcada en el barrio Crenshaw, de Los Ángeles. El líder de Sly & the Family Stone desapareció durante veinte años de la escena musical por problemas con las drogas y la justicia. Reapareció en un homenaje de los Grammy en 2006 y el pasado agosto publico su primer disco desde 1982, “I’m back! Family & Friends”. A principios de este año, fue detenido por posesión de cocaína. También fue noticia porque demandó por 50 millones de dólares a su manager, Jerry Goldstein, por el robo continuado de sus regalías.
Los muchos problemas con las drogas (con secuelas psíquicas) y malas decisiones económicas (en los ochenta le vendió a Michael Jackson sus derechos de edición por un millón de dólares) de Stone lo han llevado a convertirse en un indigente. Actualmente sobrevive gracias a un pareja de jubilados, ante cuya puerta aparca su furgoneta, que le dan de comer y le permiten ducharse en su casa. Stone, en declaraciones al “New York Post”, dice que está grabando en su furgoneta con la ayuda de un ordenador.
“Mi música es de un formato que te anima a tener una canción que no olvidas. Es por eso que tengo tanto dinero, que hay tanta gente alrededor, y es por eso que estoy en los tribunales. ¡Millones de dólares!”, dice Stone, “Pero ahora, por favor, decidle a todo el mundo, por favor, que me dé un puesto de trabajo, que ponga mi música. Estoy cansado de toda esta mierda, tío”. El pop, en ocasiones, no es muy agradecido.
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