DISCOS
“No es que su música sea muy experimental o evolutiva, sino que suena tremendamente actual a pesar de estar enraizada en las tradiciones estadounidenses de hace sesenta o setenta años”
Wayne Hancock
“Slingin’ rhythm”
BLOODSHOT RECORDS / BERTUS
Texto: EDUARDO IZQUIERDO.
El inmovilismo es uno de los grandes defectos que, a menudo y de manera injusta, se ha atribuido al country y al hillbilly. La falta de investigación es la que ha hecho que muchos acusaran al género de quedarse estancado, idea que discos de gente como Wayne Hancock pueden borrar de cualquier cabeza de un plumazo. Y no es que la música de “The Train”, su eterno apodo, sea muy experimental o evolutiva –para eso ya están otros–, sino que suena tremendamente actual a pesar de estar enraizada en las tradiciones estadounidenses de hace sesenta o setenta años.
Bajo la producción de su mano derecha y amigo Lloyd Meines, Hancock entrega un nuevo disco, el que hace once de su carrera, en el que vuelve a demostrar su maestría para combinar hillbilly, honk tonk, western swing y country tradicional. Se muestra acertado al escoger las versiones: ‘Divorce me C.O.D.’ de Merle Travis y Cliffie Stone, y ‘Thy burdens are greater than mine’ de Pee Wee King y Redd Stewart, aunque popularizada por Hank Williams le sientan fantásticas, aunque es en los temas propios donde pone toda la carne en el asador. Eso sí, en contra de lo que pueda parecer a priori, el disco es tremendamente oscuro en cuanto a letras y podríamos calificarlo hasta de depresivo a ratos. ‘Killed them both’, por ejemplo, que no hubiera desencajado tampoco en el repertorio de Hank Williams, es tan cruda que casi asusta detrás de su ritmo saltarín y ‘King of juke joint swing’ te plantea si realmente puede ser verdad todo lo que está sucediendo en el mundo durante estos días. Ese es el aroma que embriaga un disco, como siempre, corto, de apenas media hora de duración, pero que nos muestra a un artista que sigue tocado por esa magia que solo se otorga a los grandes. Por ello, cuando declara en la canción que da título al trabajo “amo la carretera y mi plan es no retirarme nunca, y quien diga que lo haré es un mentiroso”, no podemos sino considerarlo una grandísima noticia.
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Anterior crítica de discos: “Out of time”, de R.E.M.