DISCOS
«Rayden habría llamado la atención en cualquier otro contexto precisamente porque es distinto a los demás raperos»
Rayden
Sinónimo
WARNER, 2019
Texto: Juanjo Ordás.
Esto va a sonar redundante, pero lo que hace de Rayden alguien diferente, es que es diferente. Las circunstancias son propicias para que brille en un momento en el que el urban se ha vuelto la nueva corriente popular mientras que el indie mainstream empieza a venirse abajo, pero eso no es todo. Rayden habría llamado la atención en cualquier otro contexto precisamente porque es distinto a los demás raperos. Tanto que la palabra rap se le queda corta. Por hacer una comparación más o menos útil, le pasa como a Residente (ex Calle 13, ahora en solitario), que posee recursos dramáticos amplios y es capaz de articular y subrayar su mensaje de forma muy original. Rayden igual puede ametrallarte con palabras que entonan un estribillo y, por supuesto, cuida la música de sus composiciones para que no parezcan grabadas en un gueto de EEUU en los ochenta, sino en una ciudad actual de un mundo ya absolutamente interconectado. El término hip hop también se le ha empezado a quedar corto. El tío está ya a la altura de un Kase O o Tote King (otros que están en estado de gracia) y no parece tener límite. ¿Cómo no va a tenerle respeto el mundo del rock? Si entre él y otros (vuelvo a citar a Kase O y Tote King) están aportando a la cultura popular española la excitación que el rock español parece cada vez menos interesado en aportar con la cabeza metida día sí día no en su propio culo. Jesús, qué bien viene que haya gente con cosas que decir a aquellos a los que les dan igual los Stones y los Beatles, o por lo menos no se les cuelan sin parar en las canciones.
Sinónimo (2019) es la continuación de Antónimo (2017) y parece ser que en un tiempo le seguirá una tercera parte final. Centrándonos en el presente trabajo, sus catorce temas se extienden a lo largo de una duración muy generosa que, magia, no se hace pesada. Si en anteriores ocasiones Rayden no ha tenido problemas en colaborar con gente de todo tipo de corrientes, desde Marwan a Leiva pasando por Rozalén, en esta ocasión se dejan caer Bely Basarte (con quien ya había trabajado antes), los siempre imparable —y adorables— Iván y Amaro Ferreiro, Andrés Suárez, Rufus T. Firefly y Pablo López (sí, el de Operación Triunfo). Todos contribuyen al guion, no son aportes fortuitos. Es la obra de su autor y no hay que entrar a juzgar por qué unos sí y otros no. El caso es que todos son actores en esta película, tienen su lugar y todos suman dentro del contexto.
Al final del día, uno tiene que pensar que, en el fondo, muchas veces no sabe nada de nadie. Sería fácil cargar contra Pablo López (es cierto que colaborar con alguien salido de un programa tan deplorable como Operación Triunfo entraña su peligro) y poner por las nubes a los Ferreiro o Rufus T Firefly ante el aplauso del respetable, pero, ¿qué coño sabemos de lo que Rayden ha visto en López y de la relación que tienen? Lo cierto es que el de Operación Triunfo hace lo que tiene que hacer en “Abrazos impares” (lo siento, hoy no va a haber linchamiento) y que los Ferreiro y Rufus T. Firefly se salen.
Sin duda, Sinónimo va a ser un disco muy celebrado a lo largo de todo este año que no ha hecho más que arrancar y seguramente mucho más allá, porque los temas que Rayden trata van de lo de dentro y de lo de fuera, y lo de dentro es tuyo y lo conoces bien, y lo de fuera está en las cabeceras de los periódicos todos y cada uno de los días del año. Y podéis tener claro que Rayden se corta muy poquito a la hora de hablar claro. Muy, muy poquito.
—
Anterior crítica de discos: Trece días de bruma, de Clyde.