“Queremos dedicaros cada acorde, cada redoble y cada palabra de todas las canciones que tocaremos”
“El peor grupo del mundo”, Sidonie, aterrizó este jueves en la sala Ochoymedio de Madrid para desparramar en directo, disfrutar del show y hasta besar a su público. Allí acudió Eva Rodríguez.
Sidonie
Ochoymedio, Madrid
15 de diciembre de 2016
Texto y fotos: EVA RODRÍGUEZ.
Un festival de amor, empatía y cero complejos montaron Sidonie en la sala Ochoymedio de Madrid. Se han autoproclamado como “El peor grupo del mundo” en su último disco, y se les nota: lo pasan realmente mal tocando juntos sobre el escenario y les gusta muy poco provocar. El público está con ellos en este camino hacia el desastre, agotaron todas las entradas desde hace meses para los dos días de concierto y les plantan cara (y besos) en las distancias cortas.
El trío catalán saltó al escenario anunciando que “lo estamos petando con este nuevo disco”, y no dejaron ese tono socarrón y canalla hasta el final del concierto. Si en el álbum “El incendio” se les quedó ‘En mi garganta’ un “te quiero”, en este último disco no dejan ni uno sin dedicar a la música.
“¡Os queremos!”, dijeron al irrumpir en el escenario, pasadas las 9 de la noche, Marc Ros, Axel Pi y Jes Senra, acompañados por Víctor Valiente y el teclista Eduardo Martínez, dos músicos que han tenido a bien incorporarse a esta nueva etapa de grupo “infame” de los Sidonie. ¿Y quién no va a querer a un público así? Tras veinte años de carrera musical, entre la psicodelia, la electrónica y el pop, no pierden fuelle y se dejan los pulmones si Marc y los suyos se lo piden. Su declaración de intenciones para estos dos días la dejaron patente en redes sociales días antes: “Queremos dedicaros cada acorde, cada redoble y cada palabra de todas las canciones que tocaremos”.
Aunque venían a presentar su último elepé, no dejaron de tocar temas de discos anteriores. Sonaron ‘Nuestro baile del viernes’ (“Costa Azul, 2007), ‘En mi garganta’ y ‘Por ti’ (El Incendio, 2009), ‘Yo soy la crema’ (“Sierra y Canadá”, 2014) y del mismo disco ‘Un día de mierda’ y ‘Sierra y Canadá (Historia de amor asincrónico)’ con un “que no, que no” muy Deluxe.
Los guiños a sus compañeros de profesión fueron continuos y no dejaron de acordarse de clásicos como Gabinete Caligari, o de algunos de sus contemporáneos como Supersubmarina. En este último disco parece que se toman sus propias bromas muy en serio, cantan a los cuatro vientos su amor por la música, pero sin dejar de reírse de sí mismos ni vacilar en escribir sobre las injusticias de la etiqueta indie que les acompaña. También cumplieron lo que prometido desde el principio, repartir mucho amor. Tanto que Marc no tuvo problema en perderse entre la gente y besarse con el público.
En esa dicotomía en la que se mueven, de ser la “crema” y lo “peor”, crearon un sentimiento de empatía con el público que les llevó a estar en la cima del mundo en una sala repleta hasta la bandera tocando temas como “Carreteras infinitas”, pero sin dejar de mirar de reojo cualquier catástrofe que pueda estar por llegar, a modo de catarsis, mientras sonaban los acordes de ‘Fundido a negro’. “¿Si se acabara el mundo que haríais?”, dijo Marc antes de interpretar esta canción.
Para acompañar a «No sé dibujar un perro”, uno de los puntos álgidos del concierto, fueron pasando la letra de la partitura sobre cartulinas. Así fue imposible que quedara un alma dentro del recinto que no gritara: “puedo contar con los dedos, a las personas que me han dicho te quiero”.
También hubo tiempo para presentarse uno a uno ante el auditorio, con solo de batería de Axel incluido. Para introducir al vocalista del grupo, Jes cogió la batuta y le soltó toda una declaración de amor: “Gracias Marc por tu música”. Para rematar, después de los bises y de cerca de dos horas de concierto, acabaron la fiesta con la sala al completo dando saltos a ritmo del tema ‘Estáis aquí’, y se despidieron entre aplausos con ‘Maquíllate’ de Mecano de fondo.
El directo de Sidonie de su último disco nos deja una oportunidad única: poder espiar, por la mirilla de las canciones, sus primeros pasos musicales y el mundo artístico que los rodea.