El domingo pasado, los Rolling Stones ofrecieron en Londres el último concierto de la gira A bigger bang tour, en medio de un rumor insistente que había surgido la misma semana: Esa podía ser la última oportunidad en la que el grupo tocase en vivo, ya que dada la edad de sus componentes –quienes viajan acompañados de un geriatra– quizás echasen la toalla y pusieran punto final a la trayectoria del grupo.
Sin embargo, el domingo y desde el escenario, el propio Mick Jagger comentó: «Este es el último concierto de la gira. Hemos sobrevivido a tormentas, árboles… Pero seguimos ahí», a lo que Keith Richards añadió, levantando los brazos: «Yo también sigo bien». En una cena-fiesta previa al concierto, Ronnnie Wood confirmó que «el grupo muy probablemente siga tocando hasta caer muertos». «Necesitamos un descanso –añadió el guitarrista–, pero desde luego que vamos a seguir girando. Nunca vamos a parar”. Por su lado, Keith Richards, comentó con su típico humor que «Mick no sabe adónde ir sin mí. Además, le tengo que ayudar a descubrir su otro 50% de talento. Aún nos queda algo que contar».
A la fiesta, sorprendentemente, también asistió el ex bajista del grupo Bill Wyman, acompañado de su mujer y sus tres hijas, quien comentó: «Yo sigo vivo tras haber estado en esta banda».
Los Rolling Stones también confirmaron que van a movilizarse para promocionar Shine a light, la película que sobre el grupo ha rodado Martin Scorsese. Así, los Stones se desplazarán en febrero a Asía para saltar posteriormente a Estados Unidos, para ayudar en el lanzamiento del film.