OPERACIÓN RESCATE
«El tejano combina excelsos temas propios con sorprendentes versiones que hace totalmente suyas»
Se cumplen cincuenta años de Second Winter, el tercer disco del músico de blues Johnny Winter. Un trabajo integrado por tres caras que Eduardo Izquierdo considera imprescindible.
Johnny Winter
Second Winter
COLUMBIA, 1969
Texto: EDUARDO IZQUIERDO.
Podríamos haber dedicado esta sección este año, si se nos hubiera ocurrido antes, a discos que en 2019 cumplen cinco décadas. Y es que 1969 fue un año jugoso en cuanto a novedades y, sobre todo, en cuanto a discos esenciales para el desarrollo de la música rock en la segunda mitad del siglo XX. Uno de ellos, por supuesto, este Second Winter del tejano Johnny Winter. El bluesman albino, al que muchos han obviado al considerar que simplemente era alguien que llamaba la atención por su particularidad epidérmica, fue por derecho propio uno de los grandes de la guitarra blues. Hablamos, no en vano, de un músico que fue el primer guitarrista no afroamericano en ser incluido en el Blues Hall of Fame (1988), además de producir los tres últimos discos de una leyenda como Muddy Waters o de protagonizar una de las actuaciones más recordadas del mítico festival de Woodstock.
Integrado por tres caras —la edición en vinilo aparecía con su cuarta cara en blanco— Second Winter es el tercer trabajo de Johnny en estudio tras The progressive blues experiment (1968) y el homónimo Johnny Winter, publicado también en 1969. El tejano combina excelsos temas propios, básicamente colocados en la tercera cara, con sorprendentes versiones que hace totalmente suyas. Entre los propios destacan ese dúo que son el blues rock de “I love everybody” y “I hate everybody”, cargada de swing, y la tormenta de una rotunda “Hustled down in Texas”.
Entre las versiones cabe centrarse en “Memory pain” de Percy Mayfield, con la que arranca el disco, la eterna “Johnny B. Goode” de Chuck Berry y, sobre todo, “Highway 61 revisited” de Bob Dylan. Porque el guitarrista le roba directamente y metafóricamente la canción al de Duluth, igual que sucediera con “All along the watchtower” y Jimi Hendrix el año anterior. De hecho, probablemente me inclinaría por estas dos revisiones si alguien me preguntara por la versión ajena de canciones de Dylan de entre todas las realizadas. Incendiaria y corrosiva, Winter juega con la canción para convertirla en uno de los grandes momentos, si no el que más, de su carrera discográfica, algo que desembocará, por supuesto, en la conversión de la canción en eje central también de sus conciertos. La versión de Dylan en el disco del mismo título es buena, muy buena. La de Winter es directamente insuperable.
Second Winter fue reeditado en 2004, incluyendo dos temas inéditos. Sendas versiones de Louis Jordan (“Early in the morning”) y Lowman Pauling (“Tell the truth”) mostrando que podía haber ocupado las cuatro caras de su edición original, a las que acompaña un lujoso directo en el Royal Albert Hall grabado en abril de 1970. Eso sí, cuidado si son aficionados al vinilo. Porque en un extraño movimiento, Columbia editó también el disco en formato simple, prescindiendo de la tercera cara por completo. Que no les den gato por liebre. Second Winter es de esos álbumes que hay que tener completos y disfrutar hasta el último de sus surcos.
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Anterior entrega de Operación rescate: The House of Love (1990), de The House of Love.