CINE
“Una pregunta emborrona casi cualquier conclusión que queramos sacar del mismo: ¿es “Searching” un mero truco visual vacío?”
“Searching”
Aneesh Chaganty, 2018
Texto: ELISA HERNÁNDEZ.
La historia que cuenta la película “Searching” no resulta del todo original: cuando Margot (Michelle La), la única hija del viudo David Kim (John Cho), desaparece de manera repentina, David tratará de averiguar qué puede haber sucedido. Para ello, rebuscará en la vida online de Margot para encontrar información que pueda ser útil a la investigación policial, dirigida por la detective Rosemary Vick (Debra Messing), lo que le llevará a darse cuenta de que no conocía realmente a su hija. Llena de giros repentinos, pistas que no van a ninguna parte y sorpresas que quizás no lo son tanto, “Searching” podría pasar por un thriller como otro cualquiera si no fuera porque el total de la acción se desarrolla exclusivamente a través de pantallas. Así, la ansiedad de David aparece en sus nerviosas búsquedas en diferentes redes sociales, y los principales avances y giros tienen lugar a través de vídeos de noticias reproducidos en páginas webs.
No es este un truco totalmente novedoso, sino una estrategia con la que el género de suspense (y el terror) ya lleva algunos años experimentando con más o menos éxito, desde el terror de la inmediatez y el directo de una llamada de Skype en “Unfriended” (Levan Gabriadze, 2014) hasta la enormemente ambiciosa “Open Windows” (Nacho Vigalondo, 2014). En “Searching” se juega quizás un poco más sobre seguro y se explotan cuidadosamente todos los recursos al alcance del formato elegido, permitiéndose un activo uso del montaje y de zooms que, si bien aceleran la acción y crean una mayor tensión, rompen la integridad del paralelismo entre la pantalla del cine y la pantalla del ordenador en que se desarrolla la mayor parte de la narrativa. En última instancia, estos movimientos de cámara (por denominarlos de alguna manera) reproducen la angustia de David, siguiendo su mirada atenta a cualquier detalle que pueda permitirle recuperar a su hija. Al fin y al cabo, sería injusto no señalar que la interpretación de John Cho funciona como uno de los principales puntos de anclaje en una película que, aunque nos ofrezca una respuesta al misterio planteado, en realidad nos deja muchas dudas sin resolver.
Hay algo fundamentalmente incoherente y demencial en ver una pantalla de ordenador en una enorme pantalla de cine, considerando que es la primera donde cada vez más se consume el contenido destinado a la segunda. Si a esta incomodidad le sumamos la claridad y simplicidad moral que se confirman con el limpio cierre del filme, una pregunta emborrona casi cualquier conclusión que queramos sacar del mismo: ¿es “Searching” un mero truco visual vacío?
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Anterior crítica de cine: “The rider”, de Chloé Zhao.