«Revolver no contiene las canciones más populares de los Beatles. Desde luego, la mayoría de ellas son piedras preciosas. Pero este álbum es especialmente importante por cómo fue grabado y por cómo suena»
Hace unas semanas, a manos de Apple Cords Ltd./Capitol/UMe, veía la luz la reedición de Revolver, el séptimo e histórico álbum que los Beatles publicaron en 1966. Así que este es un buen momento para volver tras su estela, comprender por qué este trabajo sembró precedente en la escena mundial y comparar su versión original con la de este 2022. Tito Lesende, autor del libro Revolver. El disco de los Beatles que revolucionó el rock (Efe Eme, 2016) y experto en la materia, es la persona indicada para hacerlo. Así es Revolver: Special edition.
Texto: TITO LESENDE.
Fotos: APPLE CORPS LTD. y UNIVERSAL.
La vida es cambio. Hemos acuñado cientos de frasecillas en este sentido: renovarse o morir, y así. La adaptación a los tiempos ha definido nuestra propia evolución. El arte debe mutar, también, para no estancarse en los museos. Pero, ¿qué pasa si ya eres una pieza de referencia histórica? Hoy hemos venido a hablar de Revolver, el disco de los Beatles que revolucionó el rock en 1966.
La Navidad no llega con el alumbrado de El Corte Inglés, ni con los turrones en los pasillos del supermercado, ni con los inventos del viernes negro. Desde hace un tiempo, sacamos el abeto de plástico cuando vemos anunciar una nueva campaña de los Beatles. Más material inédito, grabaciones rescatadas o restauradas. Cofres exclusivos para la estantería de tu cuñado. La música pop siempre ha respondido al estímulo principal del consumo, pero los Beatles son un argumento universal. Y en este contexto debemos considerar no solamente la publicación de Revolver remozado, sino el propio trabajo de remezcla de este clásico.
¿Hasta qué punto puede el técnico intervenir una obra? Cuando el Thyssen terminó su restauración de El joven caballero, de Carpaccio, nos permitió ver más claro el rostro del protagonista y más limpio el pelaje del armiño. Nos devolvió los tonos originales. Por el contrario, la campaña navideña de los Beatles nos ofrece un Revolver cambiado. En varios momentos altera sutilmente la intención artística para darle un barniz más contemporáneo y popular, como ya se había hecho con otras obras del famoso cuarteto.
Dejadme recordar algo: Revolver no contiene las canciones más populares de los Beatles. Desde luego, la mayoría de ellas son piedras preciosas. Pero este álbum es especialmente importante por cómo fue grabado y por cómo suena. En el prólogo de Revolver: el disco de los Beatles que revolucionó el rock (Efe Eme, 2016), el productor Juan de Dios Martín explicaba: «Es la obra que redefine la manera de entender el proceso de producción musical (…), la que aprovechó las posibilidades del estudio de grabación y lo puso a funcionar como un instrumento de creación más». Resumiendo: en Revolver, las decisiones técnicas (entre ellas, la mezcla) son parte de la intención artística y todo cambio en este aspecto es relevante.
¿Nos parece bien la nueva mezcla de Revolver?
Vamos a señalar algunos pormenores del recién publicado Revolver: Special edition. Si te apetece seguir leyendo, te recomiendo chutarte ahora mismo el disco en tu equipo de HiFi o en tu plataforma digital favorita, pero con un buen par de auriculares. Si lo dejas sonar en tu móvil, en tu portátil o en tu altavoz con bluetooth, probablemente no podrás distinguir el estéreo, ni la mezcla, y acabarás aburriéndote con este texto. Eso es fatal para la cabeza y acorta la vida.
«La nueva mezcla de Revolver no debe ser interpretada como una restauración, sino como una injerencia. A veces abre perspectivas inéditas y nos pone una sonrisa. Otras veces hubieses preferido que el ingeniero dejase las cosas como estaban»
Vamos al lío. Aquí, el interventor jefe es Giles Martin, hijo del productor original. Y, seamos honestos, su trabajo se basa en parámetros racionales. En el Revolver que conocíamos, la batería de Ringo Starr se nos ofrecía a menudo desplazada a un solo canal (en general, por la razón que sea, el izquierdo). Esta fórmula marca estéticamente una época. Pero, en su propuesta para 2022, Giles lleva el ritmo al centro y abre las melodías. A veces, con el cambio se pierde carácter (como en “Good day sunshine”). Pero otras veces, es verdad, este nuevo plan urbanístico nos ofrece hallazgos felices: recolocada la batería, “She said she said” gana espacio y saca la guitarra a ambos extremos, permitiéndonos oír matices hasta ahora inéditos (y ciertamente gozosos) de una realidad difusa, como nos pasa con la lectura cuando nos limpiamos las gafas. Del mismo modo, “Got to get you into my life” centra a Ringo y abre los arreglos de metales, antes solo audibles en el canal derecho.
Hay más sorpresas positivas. Formalmente, “Eleanor Rigby” se caracteriza por la base instrumental de un octeto de cuerda que ejecuta un estacato. En la versión estéreo de 1966, escuchamos toda esa música en el centro, con la voz solista de McCartney recitando en nuestro oído derecho. Cuando llega el estribillo, los coros ensanchan el campo y brotan por todas partes, como una bóveda de placer dramático que nos dice: «Mira a toda esa gente solitaria». Por supuesto, la nueva mezcla mantiene esto último, pero opta por una solución más lógica y ordenada para el grueso de la canción, situando la voz al centro y panoramizando los arreglos de cuerda. Esto da amplitud y relieve al tema, y genera la misma sensación de alivio que cuando das con la forma adecuada de organizar los muebles del salón. Bien hecho, Giles.
Otras grabaciones se han reformado de este modo racional. Es el caso también de “Yellow submarine”, que antes presentaba un estéreo un poco radical (música a la izquierda, voces a la derecha) y ahora se ha compensado al centro, estallando los coros del estribillo un poco desde todas partes, como una bomba de racimo.
Ahora, las malas noticias
La injerencia de Giles Martin no siempre funciona y a veces hubiésemos preferido que no tocase el trabajo de su santo padre. La versión de “Taxman” que todos tenemos en nuestras cabezas se presentaba intencionadamente descompensada, fruto de un tiempo muy dado a trastear con las posibilidades del estéreo, pero con limitaciones todavía muy serias. En general, la música caía en nuestro lado izquierdo y la voz al centro. En nuestro oído derecho no había casi nada, acaso una percusión que entraba después del primer estribillo hasta que, de repente, irrumpía el solo distorsionado de guitarra de Paul McCartney. Como ese canal estaba vacío, la guitarra entraba como taladro en gelatina y atrapaba la atención del oyente más inerte. Esto era bastante guay. La nueva mezcla de “Taxman” apuesta por la ortodoxia, equilibrando todo al centro.
El desencanto regresa con “Tomorrow never knows”, grabación clave del álbum. Aquí se ha decidido suavizar la presencia de los efectos, incluyendo el solo de guitarra reproducido en sentido inverso, antes abrasivo en su canal derecho y ahora oscilante y ambiental, levemente más opaco. La idea es cuestionable. Tratamos con la pieza que da su carácter al disco y, a la vez, un documento artístico de su tiempo. Se entiende que neutralizar los rasgos más psicodélicos es como limar los extremos y ampliar clientela, pero, ¿es esto pertinente? ¿Debe uno enjaular al león para poder mostrarlo?
Algo similar ocurre con la nueva mezcla de “Rain”, uno de esos temas que no están en el repertorio de Revolver pero que forman parte de su mismo momento creativo (aquí aparece en las versiones expandidas del cedé y el elepé). La mezcla original ofrecía la voz de John Lennon aislada en nuestro oído izquierdo. El ingeniero ha decidido ahora ponerla en el centro. Esto la hace más mundial, más para todos los públicos, precisamente porque neutraliza su acidez característica. Pero, ¿es esto una buena noticia? ¿No estamos cargándonos la naturaleza de un hito del pop psicodélico, que inspiró a un huevo de bandas, desde Oasis a Sidonie, para hacerlo más universal (todavía)?
«La nueva mezcla de Revolver no debe ser interpretada como una restauración, sino como una injerencia. A veces abre perspectivas inéditas y nos pone una sonrisa. Otras veces hubieses preferido que el ingeniero dejase las cosas como estaban»
La revisión de Giles Martin resulta menos invasiva en grabaciones como “I’m only sleeping” (acaso es más audible el bostezo del minuto dos), “Here, there and everywhere” (que sube la presencia del bajo), “For no one”, “And your bird can sing”, “Doctor Robert”, “I want to tell you” (aunque desplaza el piano a los extremos para darle relieve en las partes dramáticas). También en “Love you to”.
Entonces, ¿sí o no? ¿O qué?
La nueva mezcla de Revolver no debe ser interpretada como una restauración, sino como una injerencia. A veces abre perspectivas inéditas y nos pone una sonrisa. Otras veces hubieses preferido que el ingeniero se preparase un gin fizz y dejase las cosas como estaban. Sin duda, la revisión de Giles Martin funcionará mejor para las personas que escuchan música en el móvil o en un altavoz portátil, es decir, la inmensa mayoría de la población. Para la minoría restante, la nueva mezcla resultará intervencionista porque altera la intención artística original: como las versiones coloreadas de Casablanca (1942) o ¡Qué bello es vivir! (1946), para hacernos una idea. Sin embargo, el regusto final es positivo: uno puede elegir cuál de las dos mezclas le apetece, según el día, y no discutir es rejuvenecer.
Lo mejor de las versiones expandidas
La reedición de Revolver llega en varias versiones: desde la sencilla (que incluye solamente el disco remezclado), hasta la Super Deluxe (varios volúmenes de material adicional para coleccionistas e inversores). Estos son los cinco momentos recomendados de la nueva cubeta de hallazgos. Si no puedes gastarte 200 euros en la caja tocha con los vinilos, siempre puedes escucharlo en digital.
1. “Eleanor Rigby”, toma 2: Maravillosa interpretación del arreglo de cuerda, sin voz. Lo mejor es que incluso puedes cantar encima. Lo peor también es eso.
2. “I’m only sleeping”, toma 2: Maquetera, con la voz de Lennon frágil, impura, apenas procesada. Nos permite casi tocarlo.
3. “Here, there and everywhere”, toma 6: Versión sencilla, sin coros, con la voz principal de Paul arriba. Nos permite recordar por qué este tipo merecería un lugar de honor en cualquier academia, cofradía o asamblea de vecinos.
4. “And your bird can sing”, primera versión, toma 2: Menos rockera, con mucho más sabor a los Byrds, con mayor presencia de las armonías de voces y la guitarra de doce cuerdas.
5. “Got to get you into my life”, versión 2, sin numerar: Todavía sin metales, sugiere las ideas para los vientos con guitarra muy distorsionada.