Same sun / Different light, de The Animen

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DISCOS

«Pop de guitarras con mucha melodía, a veces hasta llegar a los tempos lentos llenos de corazoncito»

 

The Animen
Same sun / Different light
Two Gentlemen, 2020

 

Texto: CÉSAR PRIETO.

 

Es incierto que Suiza solo haya dado a la civilización occidental el chocolate y el reloj de cuco. Primero porque ninguno de esas dos dulzuras es invento suizo, y después porque existe The Animen. Bien es verdad que el grupo es de Ginebra, la ciudad más occidental entre las occidentales, y que beben de influencias anglosajonas, pero son otra dulzura de Suiza.

Su tercer elepé y el grupo entran dentro de la categoría indie, pero como indie no quiere decir ya nada, enfoquémoslos desde otra perspectiva. The Animen hacen pop de guitarras con mucha melodía, a veces hasta llegar a los tempos lentos llenos de corazoncito. Sus referentes son todos los que han ido pasando por este camino desde que se inició en las calles de Liverpool, pasando por los setenta en que el sonido se llamó power pop o new wave, llegado a esos sonidos más oscuros que vinieron tras el punk y parando en Teenage Fanclub y cualquier otro que, hasta la actualidad, asocie guitarrazos efectivos y claridad.

Empecemos por los Beatles. Si las filigranas en las guitarras de “City of no bird” son puro Lennon-Harrison, hay un corte que pasaría por una inédita de Revolver: “Two-armed river”, con esa punta de acidez en las guitarras. Sigamos con las tranquilas. “Dr Jekyll and Mr I” es tan plácida y calmada como medida en su estructura, pero sobre todo “Mourning sun” tiene ese aire clásico de las canciones que perviven y está cantada con convicción, como si fuera de Bowie en sus momentos de baladas más sentimentales.

Pero igual que el personaje de Stevenson que da nombre a la canción anterior, The Animen tienen en su personalidad una parte llena de aristas. La parte en que con “Kill your darlings” o “Greetings from El Matador” se acercan a Echo and The Bunnymen, llenas de paisajes abruptos con focos de luminosidad especial. Y, para concluir, la sección power pop con el pildorazo espectacular que es “The girl from New Haven” y el riff magnético de sintetizador en “Modern nostalgia”. Como anuncia su título, el disco está lleno de luces coloristas, leves detalles en sombra y, como indica su título, una agradable y acariciadora calidez.

Anterior crítica de discos: Nashville tears, de Rumer.

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