«En este disco hay mucho amor a mi país, con todas sus riquezas, sus diferencias, su unión y su pluralidad»
Para celebrar sus prolíficos diez años en la música, Rozalén publica su quinto disco, Matriz, un trabajo íntegramente dedicado a la música tradicional y el folclore en el que recupera perlas como “Te quiero porque te quiero” y actualiza temas como “Pichi”, y en el que colaboran artistas como Tanxugueiras, Fetén Fetén o Rodrigo Cuevas. Un trabajo que solo presentará en cinco ciudades: A Coruña, Albacete, Madrid, Barcelona y Málaga. En todas ha agotado el aforo incluso antes de publicar el disco. Sobre estas nuevas canciones habla con nuestro compañero Javier Escorzo.
Texto: JAVIER ESCORZO.
Fotos: ANA BECERRA.
Rozalén lleva toda su vida vinculada a la música y una década dedicándose a ella de manera profesional. Para celebrarlo, acaba de publicar Matriz (Sony Music), un disco en el que se pasea por los folclores y las músicas tradicionales de diferentes rincones de España. El álbum le sirve también para dar las gracias a su público, ese que lleva diez años apoyándola en cada nuevo proyecto. A pesar del éxito, la albaceteña sigue con los pies en el suelo, cuidando y aprendiendo de sus raíces.
La primera pregunta creo que es obvia: eres una artista con una trayectoria de diez años, con muchos éxitos y mucho reconocimiento dentro del mundo del pop. ¿Cómo surge la idea de grabar un disco dedicado íntegramente a las distintas músicas tradicionales que existen en España?
Bueno, yo he estado unida al folclore desde siempre. Con siete años tocaba la bandurria en una rondalla y tenía muchas ganas de hacer algo así. La excusa perfecta ha sido el décimo aniversario. Este disco es mi forma de dar las gracias a toda la gente que me ha dado su cariño durante este tiempo, por eso hay tantos guiños a tantos rincones. Hay también canciones que tienen que ver con mi historia familiar, que tienen una carga personal superfuerte, hay canciones nuevas, hay colaboraciones que han sido un regalo para mí… Al final ha pasado de todo, pero la idea era esa: celebrar el décimo aniversario dando las gracias y haciéndolo a través de nuestros ancestros, de la tradición y del folclore. De nuestra raíz.
Entiendo que, dentro de ese afán de agradecimiento, querías cantar canciones de diferentes lugares y en los distintos idiomas que tenemos.
Sí. Ya había cantado muchas veces en gallego, en euskera y en catalán. En asturiano ha sido la primera vez. Sé lo que significa que alguien quiera cuidar lo tuyo. Cuando alguien viene a mi tierra, me gusta que conozca nuestras costumbres, que sepa lo que nos gusta hacer, lo que nos gusta comer, de dónde vienen nuestros abuelos… Aparte de que para mí es supermotivador cantar en otro idioma, y me parece la manera más bonita de decir «te quiero». Me meto con mucho cariño y mucho respeto en tu cultura y te la canto. Además, lo he hecho de la mano de artistas de la tierra que también están relacionados con el folclore. En euskera es la cuarta vez que canto, pero esta es la primera vez lo hago sola, me he atrevido [risas]; es una canción muy popular allí, una canción de duelo, “Xalbadorren heriotzean”.
Creo que la descubriste viendo la película Maixabel, ¿no?
Sí, eso es. La cantan al final, en un momento muy emotivo.
¿Y cómo has llegado al resto de las canciones? Ya has comentado que empezaste tocando la guitarra en una rondalla, pero no sé si las has ido conociendo a lo largo de los años, o si has hecho un trabajo de investigación específico para encontrar el repertorio del disco.
Hay de todo: algunas las conocía, otras vienen de una labor de investigación… Hemos mezclado canciones populares. La de “Te quiero porque te quiero” es una de las primeras melodías que aprendí, parte de una canción que se llama “Fandangos de Liétor”, Liétor es un pueblo de Albacete. En esa metimos letras diferentes, una en asturiano, otras canciones del norte… La que comparto con Tanxugueiras, “A virxe do Portovello”, es una canción de 1930 que cantaban las mujeres a los marineros cuando se iban al mar, pero la mezclamos con otras dos melodías de allí. Yendo a Galicia con la Tanxu [risas], nos tiramos un día entero viendo vídeos de mujeres cantando canciones antiguas. “Si me quieres escribir” la ha cantado siempre La Ronda de Motilleja y es la canción que a mi padre y a mí nos recordaba al abuelo Francisco, que fue camillero en la Guerra Civil con el bando republicano. Cada canción tiene su historia y su porqué. La de “Arrión” es popular también, me la pidió Eliseo Parra y estará en su disco, pero con otra versión. En “Inés, Inesita” hemos cogido también trozos populares… Ha habido mucha investigación, muchas canciones que conocía, y otras nuevas. “Es Albacete” es una jota que escribí para el pregón de la feria. Y también “Pichi”, que yo quería grabarlo, pero me di cuenta de lo que decía la letra y vi que era imposible, así que hicimos esta versión 2.0.
El título del disco, Matriz, remite inmediatamente a la figura de la madre, pero he leído que para ti tiene también otros dos significados: matria y raiz.
Sí, eso es. Madre, matria y raíz. Bueno, matria y patria. En este disco hay mucho amor a mi país, con todas sus riquezas, sus diferencias, su unión y su pluralidad. Es que encima, cuando te metes ahí, descubres una riqueza que engancha. Hay ritmos impresionantes, hay colores brutales, instrumentos, melodías… Es una pasada y hay que valorarlo.
No sé cómo lo ves tú, pero creo que en España, que siempre hemos escuchado músicas de otros países y en otros idiomas, hemos tenido un cierto complejo a la hora de escuchar nuestro propio folclore. Quizás ahora esté desapareciendo, está tu disco y, por ejemplo, el trabajo que están realizando muchos de los invitados de este trabajo.
Sí. Es que las anteriores veces que he cantado en catalán, por ejemplo, he sentido que me unía más a esa tierra y creo que ellos me acogían mejor. Son simplemente muestras de cariño. Es una apertura mental, de estructura cerebral y de alma. Hay conceptos que existen en otras lenguas y no en la nuestra. Hay consonantes que no me salen porque hay que trabajarlas de otra manera… Para mí es un reto y me motiva muchísimo.
«El duelo también tiene su importancia en este disco»
Es evidente que has actualizado el sonido, pero creo que has querido ser respetuosa con ese sonido tradicional; no te has llevado las canciones hacia el pop, sino que has respetado la instrumentación y el sonido de la música tradicional.
Sí, casi todo es muy orgánico y muy tradicional, pero también hay electrónica en casi todo el disco. Está muy camuflada, pero sí que hay cosas muy modernas y sonidos que igual pueden acercarse más a la gente joven.
Ese respeto, de todas formas, no está reñido con el humor y la ironía, como se puede apreciar en “Pichi 2.0”, cuya letra has actualizado con Benjamín Prado, y ahora habla de viajes a Turquía para ponerse pelo y demás.
[Risas] Hombre, es que la otra decía barbaridades muy fuertes, entonces, claro, yo creo que Benjamín ha estado a la altura. Incluso se ha quedado corto [risas].
Lo de las letras me parece importante. “Pichi”, evidentemente, tenía un determinado mensaje, pero refleja bien cómo eran las cosas en una época. Este disco, al incluir canciones populares españolas de las últimas décadas, nos dice mucho sobre sobre cómo era la historia del país; o la intrahistoria, si quieres: la vida rural, la guerra, la emigración forzosa, la situación de la mujer, que se quedaban en tierra esperando a los marineros o vivían buscando un marido.
Claro, por eso también lo del respeto al folclore, porque es el que narra nuestra historia más reciente. Hemos tocado todos estos temas que mencionas casi sin quererlo, pero en cuanto empiezas a sacar canciones, te das cuenta de cómo se cantaba a la tierra, a la agricultura, a la ganadería… Las maneras de ligar que tenían, como el “Te quiero porque te quiero”, que era todo como muy poético, muy respetuoso. La situación de la mujer también, hay letras que hoy sería imposible cantar, como bien dices, la emigración, las canciones de la guerra… Es muy importante no perderlo, es como un lugar donde tenemos un legado brutal de la historia de nuestros abuelos.
La raíz a la que te refieres con el título.
Eso es, nuestra raíz.
Además de todo lo que hemos comentado, en el disco hay mucho duelo también, y ahí está la habanera que te ha compuesto Silvia Pérez Cruz, que es un homenaje a tu padre y también al suyo, que escribía habaneras. De hecho, su primer disco, 11 de noviembre, estaba dedicado a la memoria de su padre, que cumplía los años en esa fecha.
Exacto. Y fíjate que el mío también sale el 11 de noviembre, es muy fuerte la coincidencia. Cuando se lo conté a Silvia no se lo podía creer. Está esa canción, y la gallega también es una canción de duelo, igual que la que está en euskera… Los interludios que aparecen los he cantado en la tumba de mi abuelo y de mi padre, y todos tienen un sentido, los he cantado por algo; simbolizan a mis antepasados y todos han sido importantes en algún momento de mi vida. Así que sí, el duelo también tiene su importancia en este disco.
«He hecho este disco porque creía que tenía que hacerlo, y me ha llenado muchísimo»
Las colaboraciones quedan muy naturales, los artistas aparecen donde les toca, en una canción relacionada con lo que hace cada uno de ellos, y eso les va a dar visibilidad, tanto a ellos como a los estilos que trabajan.
Ojalá sea así. La Ronda de Boltaña, por ejemplo, es muy conocida en Aragón, pero en el resto de España quizás no lo sea tanto. Lo mismo le pasa a La Ronda de Motilleja en Albacete. Al que le guste la música sabrá que Eliseo Parra es uno de los reyes del folclore, o los Fetén Fetén, con los que ya había colaborado antes varias veces. Yo también creo que hay mucha naturalidad en las colaboraciones, porque hay una base de amistad, incluso de valores compartidos con todos los artistas con los que he cantado.
Eso también entraña un riesgo, porque al final son sonidos a los que el público que te sigue, el gran público en general, no está tan acostumbrado. Pienso también en el público de otros países, donde también tienes muchos seguidores. ¿Cómo crees que va a ser la recepción de este disco?
Ahora he estado en América y me ha llamado mucho la atención, porque todo lo que tiene que ver con raíz y honestidad tiene algo que llama siempre la atención, y llega a la gente. Yo he hecho este disco porque creía que tenía que hacerlo y me ha llenado muchísimo. Ojalá que a la gente le llegue, claro, pero si no le llega, he hecho lo que sentía que tenía que hacer.
Hace unos días llegaste de tu gira por Iberoamérica, lo acabas de decir, y recién aterrizada ya te metes con la promoción de este disco. ¿Cuándo descansas?
[Risas] Con este disco no vamos a hacer una gira larga, solo cinco conciertos en diciembre. Nada más. Luego descansaré un poquito y ya me pondré a componer para el nuevo disco. Esto ha sido como una celebración por el décimo aniversario. Sé que es un poco raro lo de hacer un disco y no hacer gira… Además, hoy me han dicho que ya está todo agotado y todavía no ha salido ni el disco, así que imagínate. Esto era algo que quería hacer pequeñito y que se ha hecho más grande al final, pero luego toca un poco de reposo, naturalmente [risas].