«Este disco es muy fiel a lo que hacemos en vivo, muchas de las canciones ya sonaban en los escenarios antes de grabarlas en estudio y eso se nota»
Con una dilatada trayectoria a sus espaldas, Roger de Flor apuesta por el sonido de banda en su nuevo disco, acompañado de los Silvestres. Otro ilustre desconocido al que hay que conocer ya mismo.
Texto: XAVIER VALIÑO.
Hace casi una década que sabemos de Roger de Flor, aunque su puesta de largo fue en enero de 2007. Estas Navidades cumplirá siete años sobre los escenarios y, según él, se tomará unas cañas para celebrarlo. En este tiempo ha dado a luz una maqueta, cuatro discos, doce videoclips, un documental y un buen montón de conciertos. “En cuanto a resultados, ha habido de todo; malos tragos, grandes alegrías, mucho aprendizaje, desengaños, agradables sorpresas, juergas, amoríos…”, asegura Rogelio Arias, el hombre detrás del personaje con nombre de caballero templario y caudillo mercenario al servicio de la Corona de Aragón. “En fin, la vida misma, pero como diría Frank, “I did it my way” (y lo que queda, espero)”.
Empezaste cantando versiones de Bowie, Dylan, Bacharach, luego tuviste un grupo de versiones de The Kinks y has estado en orquestas de verbena, grupos de power pop, dúos de bossa… ¿Cuándo surge la idea de Os Silvestres?
Os Silvestres se fragua durante la presentación de un documental musical realizado por Alberto Alonso que se llamaba como el disco que acababa de presentar recientemente, «Naturalidad silvestre», en el que se abordaba, entre otras cosas, el día a día de los pequeños creadores en Galicia a través de mi figura y otros compañeros del gremio como son Magín Blanco, O Neno Elliot… Hasta ese momento, como Roger de Flor solo había actuado acompañado de un percusionista, pero entonces me respaldaba una banda a la que había que poner nombre. Se me ocurrió que Os Silvestres podría estar bien.
¿Cómo se entiende esta aventura? ¿Roger de Flor acompañado de otros tres músicos? ¿Una banda nueva? ¿Algo que se me escapa?
Digamos que lo que empezó siendo una banda acompañante se convirtió en algo mucho mejor. Ten en cuenta que estos tres músicos que mencionas no son simples mercenarios, son tipos con una personalidad muy marcada; por un lado, Cabe García, uno de los guitarristas más singulares de Galicia, con un swing insuperable y con una sensibilidad que le lleva a hacer canciones instrumentales deliciosas como ‘Sesta sampestre’, incluida también en nuestro reciente disco; por otro lado, O Marqués das Vinhas y su charango, genio y figura, aporta la parte de más retranca y exótica del grupo, y, aunque proviene del mundo del folk, encaja como anillo al dedo. La verdad es que causa sensación allá por donde vamos. Por último, Sergio Galego, batería superclase con una amplísima cultura y sabiduría en la música pop y un gran talento para hacer canciones. Recientemente se ha unido Oscar Painceiras al contrabajo, que completa el puzzle. Por lo tanto, esto ya no es Roger de Flor, son Os Silvestres.
¿Se puede decir que en este caso se conjuga un poco toda la música que has tocado hasta ahora?
No, digamos que la parte más íntima, personal y experimental la dejo para mi carrera en solitario. El sonido en este caso se fue construyendo poco a poco y a fuego lento, como los buenos platos. En este proyecto «asilvestrado» los parámetros van del pop al country, pasando por el swing y una pequeña dosis de folk. Todo esto unido a unas letras divertidas, irónicas y humanas que hacen un estilo muy especial y original que está funcionando de maravilla. Lástima que la industria esté tan mal, si es que hay industria.
Del disco parece desprenderse que realmente disfrutasteis grabándolo y que el cuarteto se lo pasa bien por encima de cualquier cosa. ¿Es así?
Sí, y además queríamos reflejar eso precisamente, que es lo que ocurre cuando actuamos juntos; nos divertimos y la gente lo percibe y se contagia. Este disco es muy fiel a lo que hacemos en vivo, muchas de las canciones ya sonaban en los escenarios antes de grabarlas en estudio y eso se nota.
El disco está formado, además de por algunos temas recuperados de discos anteriores, por varias canciones nuevas. ¿Surgieron con Os Silvestres en mente o eran temas que ibas teniendo por ahí de cara a un nuevo disco de Roger de Flor?
No, eran canciones que tenía por ahí y encajaban perfectamente con el espíritu del disco. También hay aportaciones de los demás Silvestres, lo cual enriquece sustancialmente el resultado. Además, hemos recuperado temas antiguos, muy coherentes con este disco y que fueron un poco el germen de esta historia, y los hemos mejorado, como ‘Non penso volver ver a televisión’ y ‘Os dous amigos’.
Incluyes versiones de The Kinks, Donovan y Magín Blanco. ¿Cuál es el motivo de que hayas escogido estas? Tengo entendido que hay otras en vuestro repertorio, ¿no?
Sí, nos encanta hacer adaptaciones a nuestro idioma de canciones que nos gustan y que de alguna manera no conoce el gran público. Hemos elegido esas concretamente porque llevaban tiempo con nosotros en directo y sabíamos que funcionan y conectan con la gente; está bien que se pueda acceder a ellas también a través del disco. Además de las que mencionas también tenemos de Pete Dello, The Pogues, el gran Malcolm Scarpa, etc.
Para mí, la cima del disco está en ‘Hai un lugar no norte’, a la altura de grandes clásicos del pop gallego como ‘O tren’. ¿Teníais claro que era un tema especial al componerlo?
Hombre, pues muchas gracias. Esta canción surgió en colaboración con Os Azeitonas, un grupo portugués que causa sensación en nuestro país vecino. En su momento se pusieron en contacto conmigo a través de Myspace, nos hicimos amigos y surgió la posibilidad de hacer una canción juntos; me enviaron un boceto de una canción, yo le puse una letra, hice algunos arreglos y lo demás es historia. Y nunca creí que estuviese haciendo algo especial, tampoco ahora.
El tren del videoclip supongo que será una referencia obvia, ¿no?
Supongo que te refieres al vídeo de Andrés Dobarro con Los Sprinters en un tren en los años sesenta. Lo cierto es que no queríamos hacer ningún guiño ni nada de eso. Respetamos y admiramos mucho a Dobarro, pero simplemente la canción pedía a gritos un videoclip de estas características: alegre, desenfadado, vitalista, dinámico y en un medio de locomoción tan estético como el tren.
¿Hay intención de seguir adelante con Os Silvestres o cuál es tu próximo proyecto?
Estoy grabando canciones para un hacer un vinilo de Roger de Flor. Estoy ilusionado; incluirá algunas de las mejores canciones que he hecho nunca, lo cual no es mucho decir. Y con Os Silvestres seguiremos, por supuesto, si la salud lo permite.
En su día fuiste el protagonista del documental Roger de Flor: «Naturalidade silvestre». ¿Qué te enseñó aquella experiencia?
En realidad yo era una excusa para hablar de algunas cuestiones candentes en el panorama musical: el compromiso del artista, la honestidad, el papel institucional en todo esto, etc., pero también salen otros compañeros del gremio en la película, como te decía antes, de los cuales aprendí un montón. También lo hice del director del mismo, claro: estar delante de una cámara, saber lo que consiste un rodaje desde dentro… Supongo que con el tiempo podré valorar mejor aquella experiencia.
¿Algo que te haya cambiado la visión de la música últimamente o siguen siendo los sonidos, los artistas que descubriste como adolescente los que te siguen marcando?
Últimamente he entablado amistad con un músico callejero que se recorre todo el país todos los años que me ha marcado bastante, me pareció lo más auténtico que he escuchado en mucho tiempo. Su nombre es Freddy. Tiene algunas maquetas que no tienen demasiada calidad, así que lo llevé a grabar a mi estudio casero, con un excelente resultado. También me ha influenciado enormemente el gran Charlie Misterio, con quien he entablado una entrañable amistad últimamente.