Nick Lowe
At my age
PROPER/DOCK
Nick Lowe, el hombre que mejor resumió las virtudes del pub rock, glorioso superviviente de una de las épocas más felices del pop británico, cuando sus discos y los de sus amigos y compinches (Dave Edmunds, Graham Parker, Martin Belmont y todos los ex-Brinsley Schwarz, el propio Costello) provocaban risas y sonrisas de pura felicidad en los buenos aficionados. Nick Lowe, el músico destajista que emparentó con el mismísimo Johnny Cash y grabó deliciosos álbumes de country hillbilly, tan difíciles de apreciar por los puristas a una y otra orilla de Nashville.
Nick Lowe, hermano mayor de la cofradía de los diletantes, que rima con elegantes, del pop con mayúsculas, siempre agazapado detrás de muchas falsas minúsculas: ya sabes, lo pequeño es hermoso. ¡Ah!, pues ese maravilloso Nick Lowe reaparece (o no, claro, nunca se fue) con otro hermoso artefacto de pop arrebatador, sembrado de canciones de amor sincero, el hombre tranquilo que casi susurra al oído dulces melodías de western crepuscular (“A better man”, “Long limbed girl”) mientras reparte aquí y allá pinceladas de ese pop que él inventó, puro para la gente de ahora, secundado por amigos ilustres (Chris Barber, Bill Kirchen, Chrissie Hynde). Nick Lowe, un amigo.
LUIS LAPUENTE.
Bruce Springsteen with The Sessions Band
Live in Dublín
SONY BMG
Dada la racha de lanzamientos que lleva “el Jefe”, estaba claro que su discográfica no iba a dejar pasar la oportunidad de rentabilizar aún más la excelente gira con la que ha vuelto a recorrer medio mundo. Dos discos de audio y uno de vídeo dejan buena crónica de este excitante tour con un Spingsteen pletórico acompañado por una fabulosa banda. Juntos han repasado todo el subsuelo de la cultura musical americana en busca de las raíces más auténticas, desde el folk y el gospel al jazz de Nueva Orleáns. Tanto su audición como sobre todo su visión suponen un verdadero deleite para los sentidos, con un repertorio que, junto a las piezas del disco dedicado a Seeger, incluye algunos clásicos del rockero junto a temas tradicionales.
JAVIER MÁRQUEZ.
Astrud
Tú no existes
SINNAMON
Cada vez que me enfrento a un nuevo disco de Astrud, sé que escucharé las letras más ingeniosas, inquietantes y desconcertantes del pop español. Sus canciones construidas sobre una sólida base electrónica no pueden dejar indiferente a nadie. En Tú no existes, su nuevo trabajo, se pueden escuchar afirmaciones como “me dio más pena el último episodio de Friends que lo nuestro”, perteneciente al tema “Minusvalía”; la fóbica sentencia “El miedo que tengo no lo quieras saber. Es peor si pienso, no me hagas pensar otra vez” o la sugerente historia de un grupo de amigos que, desesperados porque su bar favorito ha sido sustituido por un Starbucks y deciden rescatar ese espacio de ocio a través de la memoria.
Son pequeñas historias de cotidianeidad, de las cosas simples que nos rodean pero a las que Astrud consiguen dar una capa de barniz, ni demasiado fina ni demasiado gruesa, para que se transformen en algo realmente poético. Musicalmente deudor de Performance, su anterior disco, y pese a que no contenga un hit tan claro como “Todo nos parece una mierda”, Tú no existes es un paso adelante en la carrera de Manolo Martínez y Genís Segarra. No obstante, esta no es su obra definitiva, ese disco que les tiene que consagrar como una de las mejores propuestas del pop español de los últimos años aunque están muy cerca de conseguirlo.
ÁLEX ORÓ.
Fernando Alfaro y Los Alienistas
Carnevisión
LOS ENANOS GIGANTES
Haciendo de su capa un sayo, el que fuera líder de Surfin’ Bichos y Chucho se ha lanzado al mundo de la autoedición, propagando además de forma gratuita su nueva entrega a través de su propia web. Y lo que pudiera parecer una suerte de “aquí te pillo, aquí te mato”, lejos de suponer un retorno a la crudeza de sus primeros álbumes (para eso ya estuvo Koniec en 2004), se perfila, producción de Kaki Arkarazo mediante, como su álbum más versátil y completo desde los tiempos de Tejido de felicidad (99). No sólo porque la instrumentación sea más rica que nunca (cuerdas, vientos y ojo al coro de “La Mancha en el interior”), sino porque Carnevisión alberga algunos de sus mejores temas en años, alumbrados desde distintas ópticas: el apocalipsis de “Expulsado de la especie humana”, la radiación pop de “Problemas de sueño”, la ternura explícita de “Luz de gas” o la ferocidad de “Silverio el tenor de la comarca”. Música surgida, una vez más, de las entrañas, orquestada por ese taimado prestidigitador del lenguaje –con la religión, la muerte y el deseo como obsesiones recurrentes– que es Alfaro. Sin perder comba.
CARLOS PÉREZ DE ZIRIZA.
Fountains of Wayne
Traffic and weather
VIRGIN/EMI
Adam Schlesinger está de vuelta, y con él, la sensación de que el pop es algo tan sencillo como enhebrar agujas un día de suerte. Después de un paréntesis plurianual durante el que no han dejado de escribir canciones, Fountains of Wayne editan su cuarto álbum. Traffic and weather despierta su impulso eléctrico y evidencia que sus opciones de publicar temas capaces de alegrar una jornada entera siguen intactas. Éste es un álbum abundante en curvas, que esconde a la vuelta de presuntos cortes anodinos –como “Yolanda Hayes”– una épica combinación de trompetas y guitarras. Al igual que pasaba en Welcome interstate managers, el horizonte viaja en quinta posición, y “Fire in the Canyon” quiebra cualquier acusación a FOW por limitarse a piezas aptas para ser bailadas, al enseñar su versión folkie, resucitada en “Michael and Heather at the baggage claim”. Traffic and weather no es sólo un disco; es un kit completo. Nadie que busque la melodía debe ignorarlo, ni presentir que algunas de sus canciones pueden cambiarlo todo.
MÓNICA PLAZA.
Lucky Soul
The great unwanted
RUFFA LANE/ELEFANT
El esperado primer trabajo largo de Lucky Soul, el británico sexteto de Grenwich, ha cumplido plenamente las expectativas creadas entorno a ellos tras su debut y escarceos iniciales a principios del año pasado. Recuperando unas pocas canciones conocidas incluidas en sus primeros singles y junto a composiciones de más reciente cuño, el menú musical de ambiente sesentero sobre el que se sustentan constituye una variada ensalada con ingredientes provenientes a dosis variables del sonido Motown de las Supremes, del sunshine pop, de los arreglos a lo Burt Bacharach o de angulares voces femeninas tipo Dusty Springfield, Petula Clark o Sandy Shaw. Producido por el prestigioso George Shilling (Blur, Primal Scream, etc.) y con un cristalino sonido pegadizo nada estomacante, el disco aúna de forma modélica el equilibrio necesario entre la voz sensual y embriagadora de Ali Howard y las variadas y efectivistas instrumentaciones y armonizaciones por parte del quinteto masculino que completa el combo. Un álbum, en suma, de aquellos que a gritos te pide sin descanso una escucha tras otra pero sin peligro de aburrir.
JAVIER DE CASTRO.
The National
Boxer
BEGGARS BANQUET/POPSTOCK!
Siguen en sus trece, confirmando ese camino de madurez que ya habían comenzado a transitar hace dos años con Alligator. Quien ande en la búsqueda de una banda elegante, nocturna, epidérmica y, sobre todo, cada vez más creíble, tiene aquí a uno de sus posibles nuevos objetos de deseo. Matt Berninger macera ese grave timbre vocal al que muchos han encontrado similitudes con Stuart A. Staples (Tindersticks), Nick Cave o Leonard Cohen. Y la precisa y discreta orquestación a cargo de Padma Newsome se encarga de echar el resto. Pero mientras se suceden las cartas de presentación obvias –algo necesario, de cualquier forma, para contextualizar a bandas de escaso dominio público–, los de Ohio vuelven a mostrar ese tacto nervudo y denso que les emparenta con revisionistas del otro lado del charco (“Mistaken for strangers” o “Guest Room” no andan lejos de Interpol o Editors) al tiempo que corrobora sus lazos con la mejor tradición independiente americana de los últimos tiempos, desde Throneberry hasta The Walkabouts. El hiperactivo Sufjan Stevens toca el piano en la preciosa “Racing like a pro” y sería estupendo que en próximas entregas los nombres ilustres ya no volvieran a servir como socorridas muletillas para propagar su brillante discurso.
CARLOS PÉREZ DE ZIRIZA.
Rodrigo Leao
O mundo (1993-2006)
SONY BMG
Con siete trabajos publicados –sin contar Setima Legiao y Madredeus–, Rodrigo Leao es ya, sin dudarlo, el maestro de maestros de la música portuguesa. Haciendo honor al verdadero mito de la “saudade”, este hombre tímido pero afable no ha dejado de personalizar con el tiempo la propuesta musical atlántica. Con Cinema (2004) se propuso unir de forma indeleble Cinecittá, los barrios bohemios de París y las siete colinas lisboetas y lo consiguió con creces. Ahora –y coincidiendo con la gira que en mayo le trajo por España en compañía del pianista Ludovico Einaudi– llega O mundo, una retrospectiva en doble CD. Aporta cinco títulos nuevos en la línea de esas melodías circulares a lo Nino Rota presentadas en Cinema, concepto al que dedica el primer CD. El segundo disco es igualmente maravilloso por reservarse a su faceta más lírica, operística e instrumental, con su muy personal homenaje a Phillip Glass, en regrabaciones de clásicos como “Carpe diem”, “Ave mundi” o “Alma mater”.
GERNOT DUDDA.
The Orchids
Good to be stranger
SIESTA
A finales de los 80, Sarah Records aportó a la variada oferta estética de aquellos años una lección de humildad y elegancia. Con una actitud independiente en sus objetivos y no sólo en su génesis y sin grupos que hayan tenido posteriormente renombre –aunque sí resonancia en una cierta forma de entender el pop–, su importancia estriba en conquistar un tono menor, un aire campestre y melancólico, un territorio de canciones sin más pretensión que las emociones y la inocencia.
The Orchids, uno de sus emblemas, ha regresado. Casi quince años después y lejos de afanarse en el revival –imposible sin éxito anterior– sus canciones no difieren de los logros conseguidos. Si acaso el mejor sonido redunda en mayor pureza. Pero los conceptos, la idea de grupo como unidad primordial o el llegar a construir grandes canciones sin que se noten los medios, siguen ahí. Y de ahí extraen melodías sin aristas como la de “Good to be a stranger”, trompetas a lo Orange Juice en “I need to believe in me” o delicias bucólicas a lo elegante como en “The last thing”. Canciones que suenan tan retro como actuales. En gran parte porque ellos crearon esta actualidad.
CÉSAR PRIETO.
The Pretenders
Learning to crawl
Get Close
RHINO/WARNER
Estas dos reediciones presentan a la banda de Chrissie Hynde en uno de los momentos más comprometidos de su carrera: a mediados de los años 80, con bajas en las filas del grupo y habiendo dado el salto a los grandes escenarios. Justo cuando debían abordar el tercer LP, Learning to crawl (1984), allí sólo quedaban ella y el batería Martin Chambers, pues el guitarrista y el bajista habían fallecido por sus adicciones a las drogas. Pero Hynde es una mujer corajuda y firmó un gran álbum con toda la pegada habitual de la banda, combinando con ingenio los rocks y las baladas. Para algunos su mejor disco tras aquel mítico estreno de 1980. Canciones como “Middle of the road”, “Back on the chain gang”, “Watching the clothes” y “2.000 miles” llevan el sello inconfundible de su autora. A las que se une la aplicada versión de “Thin line between love and hate”, tema de los Persuaders.
Dos años después, y con el grupo completamente renovado (más bien desecho) por voluntad de Hynde –hasta Martin Chambers se quedó fuera–, los Pretenders van (Chrissie Hynde, en realidad), a por su cuarto disco, Get close (1986). Producido por Jimmy Lovine y Bob Clearmountain, con un sonido más ampuloso y artificial de lo habitual (¿tendría algo que ver el hecho de que Hynde fuera la compañera sentimental de Jim Kerr, líder de Simple Minds?) y orientado ligeramente hacia el funk, Get close es un disco irregular, con mucho menos gancho compositivo (esta vez hay hasta tres versiones ajenas) que en entregas anteriores pero, eso sí, con una canción gloriosa, en su día lanzada como single, “Don’t get me wrong”.
Estos dos discos, en su nueva reedición se presentan en elegante cartoncillo, simulando las carpetas de los LPs, y se les ha añadido tomas extra (versiones en directo, descartes y maquetas) para placer de fans.
JUAN PUCHADES.