Señor Mostaza
Somos poco prácticos
HALL OF FAME/EVERLASTING
Sin duda, puede considerarse el tercer trabajo de los valencianos Señor Mostaza (segundo álbum, tras el Pianoforte EP de debut) como el más completo que han facturado hasta la fecha. Y no es un tópico. Sin un ápice de materia grasa, las diez canciones que integran Somos poco prácticos (toda una declaración de principios) constituyen una nueva llamada de atención, un rotundo grito en el desierto de una industria discográfica nacional incapaz de ver el potencial comercial de la propuesta de Luis Prado y los suyos (el guitarrista Paco Tamarit, actualmente en Serpentina; el bajista Alejandro “Boli” Climent, también en M Clan; y el batería Luis Olmedo), articulada en su irónica –ahora incluso ácida– visión de la realidad, su versatilidad al mando de un piano que siempre marca el sentido de las canciones y su habilidad para clavar melodías elegantes, plenas de recovecos, respetuosas con la tradición pop (Beatles, ELO, Randy Newman) sin dejar de apelar al más rabioso presente: no por casualidad se ha dicho de ellos muchas veces que podrían ser nuestros Ben Folds Five.
¿Puntos álgidos? La soberbia inmediatez del estribillo de “Somos poco prácticos”, el intimismo de “Todo me recuerda a ti”, la chanza minioperetista de “Mini tragedia de Arconada (en tres segundos)” o la rabiosa y exultante “Mi ídolo de la democracia”. O cualquier otra de las seis canciones que integran sus efervescentes y talentosos 36 minutos. No sobra ni una. Y eso no es algo que se pueda precisamente decir del 80% de la producción discográfica actual, ya sea estatal o foránea.
CARLOS PÉREZ DE ZIRIZA.
Steve Winwood
Nine lives
COLUMBIA/SONY/BMG
Cuando acaba de cumplir 60 años, el niño prodigio de Spencer Davis Group está viviendo un renacimiento muy especial que pasa por su vuelta a los escenarios y un flamante álbum nuevo –debuta en el sello Columbia– que aniquila la tibieza y mediocridad de cierta parte de su producción de los 90. Ya se salvaba, por supuesto, About time (2003), punto de inflexión hacia estructuras narrativas más abiertas y la recuperación del espíritu de banda y del órgano Hammond B3 –una de sus grandes bazas–, amén de esa maravillosa voz a lo Sam & Dave que aún retiene (de hecho, siempre lo hizo).
En Nine lives traspira de forma colosal un ambiente cálido y orgánico propio de las producciones acústicas de los años 70, sensación que conecta directamente con su extraordinario álbum homónimo de 1977 y, por supuesto, con Traffic. Arranca con “I’m not drowning”, cadencioso y bluesy, con ese riff a lo John Lee Hooker que anticipa las aristas afiladas de “Dirty city”. Ya en ésta, brilla con autoridad la guitarra de Eric Clapton, probablemente la primera ocasión en que los dos tocan juntos en un disco desde los tiempos de Blind Faith. Merece la pena y mucho esa trilogía interior formada por las consecutivas “We’re all looking”, “Hungry man” y “Secrets”, que contienen un riquísimo entrelazado de influencias latin-soul-jazz, textos reflexivos y una emocionante interpretación vocal (el viejo Carlos Santana hubiera accedido gustoso a esta fiesta). Pero Steve Winwood tampoco se desentiende del todo del más accesible toque de “uptempo” que tenían sus grandes “hits” de los 80 (“Dirty city”, “Other shore”).
De justicia es reconocer la extraordinaria banda que conserva y que ya se agenció para su anterior trabajo, con la guitarra del brasileño José Pires de Almeida, las fabulosas percusiones de Karl Vanden Bossche, la batería de Richard Bailey y los metales y flautas de Paul Booth.
Una obra extraordinaria que revela que Steve Winwood no es un superviviente arrastrado por su propia inercia, sino capaz de generar nuevos y buenos recursos como el de este acertadísimo retorno.
GERNOT DUDDA.
Martha Wainwright
I know you’re married but I’ve got feelings too
COOPERATIVE MUSIC/NUEVOS MEDIOS
Árboles genealógicos aparte, lo primero que llama la atención del segundo disco de Martha Wainwright es su título, que traducido al castellano sería algo así como “Sé que estás casado pero también tengo sentimientos”. ¡Uf! No se anda con chiquitas la hermana del idolatrado Rufus (por si alguien todavía no lo sabía). Advierte con sarcasmo al oyente de que se va enfrentar a unas canciones que hablan del amor y el desamor, de querer y sufrir, de desaliento personal… de emociones, en definitiva. Pero lo mejor del CD es la manera en que lo hace la Wainwright. La voz de Martha es poderosa, envuelve, hipnotiza y cautiva sin remedio.
Musicalmente I know… es un disco ecléctico en el que se exploran la multitud de combinaciones que pueden ofrecer el pop y el folk. Además, Marta Wainwright se ha sabido rodear de colaboradores de lujo: Pete Townshend (The Who) en “You cheated me”, Garth Hudson (The Band) hace su cameo en “I wish you were here”, Donald Fagen (Steely Dan) en “So many friends”, su hermano Rufus en la joya folk “In the middle of the night”, mientras que el elenco familiar formado por su madre, la cantante folk Kate MacGarrigle, su tía Anna y su prima hermana Lily se suman a la fiesta en la versión de “See Emily play”, una de las primeras composiciones de Pink Floyd. La inclusión de esta joya demuestra que Martha Wainwright es una artista con inquietudes, capaz de explorar nuevos territorios y a la que habrá que seguir con mucha, mucha atención.
ÀLEX ORÓ.
Trilok Gurtu/Arke String Quartet
Arkeology
EGEA MUSIC/KARONTE
Da igual con qué músicos toque en cada ocasión, Trilok Gurtu es un batería y percusionista que nunca defrauda porque siempre despliega una fértil polirritmia en todas sus realizaciones. También suele mantener en cada proyecto un sano y equilibrado intercambio musical con sus interlocutores y sus respectivos entornos. Y vuelve a pasarle ahora, que se ha asociado a una formación teóricamente en las antípodas de su ejercicio musical: los italianos Arkè String Quartet, que también hunden sus raíces en una sonoridad milenaria. Se puede decir que las grabaciones con cuartetos de cuerda se han vuelto a poner de moda, pero desde luego no todas suenan como en este trabajo, en el que brilla intensamente la sabiduría del batería indio y esto le quita muchas polillas y polvo a la solemnidad de la cuerda. Arkeology es una obra intensa, con muchos recovecos mágicos, planteada como un viaje en diez capítulos por la soleada Mediterránea, tal y como la percibe este viajero cuya existencia se ve siempre recompensada cuanto más se acerca a mundos de probada riqueza rítmico-melódica.
GERNOT DUDDA.
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REEDICIONES
Amy Winehouse
Frank. Deluxe edition
ISLAND/UNIVERSAL
“[…] Nos remontaremos a Escocia, este último verano. Por la tele pasaban un resumen de los festivales de rock. Un tema de cada artista. De pronto apareció una desconocida, Amy Winehouse, poderosa y encantadora, con una voz de aquí-estoy-yo, navegando entre el jazz, el soul y el pop con aires de diva. Mejor dicho: como jugando a ser diva pero sin creérselo. Entró en mi vida de inmediato.
Días después vimos un anuncio a página en la prensa británica anunciando su primer álbum, Frank. A pesar de este lanzamiento estelar, el disco no se ha editado en España. Curiosamente, tampoco en EEUU, de donde intenté importarlo a través del portal Amazon. Un amigo viajó a París y se lo encargué: no estaba a la venta. Finalmente, mi ex mujer viajó a Londres y me lo trajo. Por fin pude escuchar algo más de ella, además de aquella única canción del festival. Acierto total: es tan buena como supuse que sería y más. Acordaos de su nombre: Amy Winehouse.”
Quien esto escribía en EFE EME, allá por 2003, era Sergio Makaroff, uno de esos extraños músicos que disfrutan descubriendo cada día, o por lo menos cada semana, un nuevo disco, a ser posible de un artista emergente.
Y no se equivocó Sergio al quedarse fascinado por el debut de Amy Winehouse. Aunque nada hacía presagiar el brutal despegue con su segundo trabajo, Back to black, en el que se tornaría más brutal y le buscaría más posibilidades a su descomunal garganta. Garganta que en este estreno tiende más a la seda, al soul teñido con tonos jazzísticos de pequeño club en el que bailar con contención mientras se toma un trago largo.
Ahora Frank se viste de “Deluxe edition”, recuperando en un primer CD el disco original, con esos temas tan atractivos-adictivos como “What it is about men”, “Stronger than me”, “Take the box” o “Help yourself”. Canciones, hasta llegar a quince (los dos “bonus” escondidos en la edición original han adquirido merecido protagonismo) que conforman uno de los más meritorios y seductores debuts de los últimos tiempos.
La reedición se completa con un segundo CD ineludible para completistas: maquetas, caras B y directos, además de algunas remezclas. Más allá de sus actuales devaneos por la cuerda floja, de su patético protagonismo mediático transformada en el último juguete roto del pop –con los periódicos de medio mundo guardando en la “nevera” su necrológica para ser publicada en cualquier momento–, Amy Winehouse tiene tamaños poderío, fuerza y entidad vocal, musical y personal que hacen de ella algo muy especial. Una artista de verdad, quizás, a tenor de lo que leemos y vemos todos los días, hasta demasiado auténtica.
JUAN PUCHADES.
Para consultar el Rockola de la semana pasada, pincha aquí.