Rockola, Discos. 5 de junio de 2009

Autor:

Rockola, Discos. 5 de junio de 2009Roberto Fonseca
Akokan

ENJA/MONTUNO

Ser pianista en la patria de Rubén González, Ramón Valle, los Valdés, Omar Sosa o Gonzalo Rubalcaba puede que no sea un buen negocio para un cubano. Pero lo es, y mucho, para Roberto Fonseca, que es consciente de que nada a favor de una corriente de un valor incalculable. Ser músico y cubano a la vez es sinónimo de una exigente educación clásica, puesta una vez más a disposición de la música popular (dos cosas que en La Juana son de por sí indisolubles).
Aquí en España le conocimos como pianista de las giras de Ibrahím Ferrer y Omara Portuondo, pero ha venido ya por su cuenta. Akokan, que significa “corazón” en lengua yoruba, es su segundo trabajo, grabado –en directo y sin recordings, con todos los músicos tocando juntos– en los estudios Egrem de La Habana, lo que garantiza de por sí ese suntuoso acabado colonial, “ese sonido”.
Roberto es una personalidad tremendamente espiritual y muy generoso en la carga emocional que transmite con sus melodías, algo que subraya en los momentos concretos de introducción y desenlace del álbum. Todas las canciones son propias, a excepción de “Siete potencias”, con voz y letra de la caboverdiana Mayra Andrade, y “Everyone deserves a second chance”, escrita por el norteamericano Raúl Midón, una pieza de lujo, cantada por éste mismo como si Nat King Cole, Chet Baker y Dean Martin fueran una sola voz. Y una versión para quitarse también el sombrero: un magistral “Drume negrita” para inscribirlo, ya mismo, junto a otros gloriosos, como los de Paquito D’Rivera o el de Ry Cooder con Manuel Galbán.
GERNOT DUDDA.

Iggy Pop
Preliminaires

VIRGIN/EMI

¿Un disco de jazz? ¡En absoluto! ¿Chanson francésa? ¡Tampoco! No sé cual es el objetivo de la discográfica, pero Preliminaires es pura experimentación, nada que ver con lo que las notas promocionales auguraban. Claro, hay alguna que otra atmósfera jazzie y el gran Iggy nos regala alguna canción muy afrancesada (muy buenas “Les feullies mortes” de Prevért y “Je sais que tu sais”, ¡con voces femeninas a lo Gainsbourg!), pero gran parte del disco juega con la libertad creativa, con lo que a su autor le sugería el libro de Houellebeq The possibility of an island, sin encasillarse en géneros, llegando a versionar a Jobim.
Obra intelectual, en Preliminaires caben los citados estilos pero también vientos y percusiones de New Orleans (“King of dogs”), jugando una vez más a la música de autor con “Spanish coast” y retomando el rock para “Nice to be dead”. Incluso “Party time” nos trae de vuelta al Iggy más atrevido de The idiot. Y entre todo ello aún hay espacio para arranques de folk low-fi y spoken-word.
No pasará a la historia como el mejor disco de su autor pero sí quedará para la posteridad como una pequeña joya para “connaisseurs”, para aquellos que saben que no es la primera vez que Iggy disfruta del intimismo, como ya hizo en Avenue B o incluso en algunas canciones de su aclamado American caesar. Con todo, se trata de un disco valiente, variado, con momentos realmente hermosos, que exige profundizar en él. La edición de lujo es “arty”, en consonancia con el contenido musical, con ilustraciones de Marjane Satrapi (autora de la novela gráfica Persépolis) y un single en vinilo cuya portada es mítica.
JUANJO ORDÁS.

Conchita
4.000 palabras

EMI

Siempre he pensado que hay una estantería vacía en el pop femenino de nuestro país, la estantería de la simplicidad. Aquella a la que pueden acceder los que no están por experimentos vanguardistas ni por arreglos despersonalizados y que buscan emoción clara, letras sin figuraciones y cercanía vital. En los sesenta algo hubo, pero poco a poco se ha ido diluyendo. Y ya van años.
Por eso es tan precioso que aparezca el segundo disco de Conchita, y que esta cite entre los recuerdos de su infancia a Françoise Hardy y entre sus admiraciones a Jorge Drexler. No alcanza esas cotas, desde luego, pero entre su presencia y los inicios en locales de aficionados ha sabido entender la cercanía con el público y la manera de llevar arriba las canciones. No es lo común entre las cantantes de su estilo.
Quizás sea que ella es quien las compone, quizás que su productor –Juan Luis Jiménez, de Presuntos Implicados– las ha vestido de lujo, pero el caso es que esa simplicidad de la que hablaba –unas canciones de típica degustación adolescente– está plagada de detalles luminosos. Esos toques cariocas de “Tanto tiempo”, el compás de bolero de “Dicen” y sobre todo “Tan despacio”, esa voz con gusto de desolación, esos soplos de saxo y esa melodía que puede dar sopas con honda a la legión de cantautoras modernos.
De igual manera, “Dónde lo guardo” no desmerece en nada a pongamos Russian Red o La Bien Querida, por poner iconos de modernidad. Y en un esfuerzo de imaginación, si la recreas cantada por Los Planetas, te da quizás una de las mejores canciones de estos años. Conexión de fantasía, claro, porque si acaso la van a entender mejor los degustadores de Nena Daconte. Pero, ay, se van a perder lo que hace diferente a este disco, agradablemente adolescente, sexy, tierno y fuerte, levemente consistente, sensual. Esas voces que parecen cantar en nuestra misma habitación.
CÉSAR PRIETO.

Idealipsticks
Radio days

ROCK ON!/POP STOCK

Suenan modernos y retro a la vez. Sus referencias sonoras pueden ser The Kinks, The Who, Velvet Underground, The Troggs, Patti Smith, T Rex, Blondie y Pretenders pero lo más fácil es asociarlos a propuestas contemporáneas como PJ Harvey o Yeah, Yeah, Yeahs. Son Idealipsticks, un dúo de Guadalajara integrado por Eva y Jave Ryjlen, que en pocos meses ha obtenido dos importantes reconocimientos. Su maqueta fue elegida como la segunda mejor del año por los oyentes de Disco Grande, el programa de Radio 3 que dirige Julio Ruiz, y hace pocas semanas ganaron la 31 edición del concurso de rock Villa de Madrid. Más reciente es la edición de Radio days, su primer disco y una demostración de poderío rockero que pocas veces se ve en un álbum de debut. Las guitarras de Jave no suenan, rugen. Hay momentos que son tan ásperas y rugosas que te pueden lijar el cerebro. El estilo vocal de Eva denota cierta admiración hacia Chrissie Hynde, que sumada a las influencias guitarreras de Ray Davies en temas como “Don’t you love me anymore”, nos devuelven a esa época en la que la solista de Pretenders y el líder de The Kinks eran pareja.
El disco, editado en vinilo rojo transparente y en CD, contiene once temas, once hirientes zarpazos guitarreros que no dejaran indiferente a nadie. Recomendamos encarecidamente “The king has died”, “U talk”, “There is no music at home”, “Frozen head” y “Bitch and whore”, en las que se puede comprobar que Idealipisticks son una banda que sabe mirar al futuro sin perder de vista el pasado. Y eso algo bueno, muy bueno.
ÀLEX ORÓ.

Alfredo González
La nada y tú

L’AGUAÑAZ

El nuevo disco de Alfredo González no es tal. Sí se trata de un nuevo trabajo del músico asturiano pero cantado en su lengua natal y pensado para ser distribuido únicamente a pequeña escala. No estamos, por lo tanto, ante la continuación oficial del gran Dudas y precipicios (disco al que le queda bastante vida por delante), aunque La nada y tú sea otro gran trabajo. Así nos encontramos con el músico recorriendo una carretera secundaria de su trayectoria, experimentando con el juego que le permite trabajar en un disco limitado en su proyección (aunque esté recogiendo premios a nivel local). Quizá por ello, Alfredo permite la incursión de leves programaciones y se mueve en claroscuros, entre la radiante luminosidad y el vacío existencial, presentando una obra más que interesante, que atrapa.
Lo mejor es que se muestra cada vez más libre, creciendo como compistor y cantante, emocionando y dejando con ganas de más. Quizá porque “Nun voi mirar p’atrás”, la canción que cierra la colección, es de las mejores del disco. Aunque entre medias la inicial “La nada y tú”, “Si muerro antes que tu” o la hermosa “La povisa” elevan el nivel de un disco ya de por sí notable. ¡Qué fácil resulta cambiar de favorita con cada escucha!
La nada y tú permite contemplar un potencial que Alfredo ya está explotando, viendo las múltiples caras con las que puede jugar y crear. Rock de autor en territorios áridos, nublosos pero interesantes, muy interesantes.
JUANJO ORDÁS.

Biscuit
Cinnamon fadeout

HANG THE DJ RECORDS

Cada semana el cartero trae a este humilde crítico varios paquetes con discos. Como un servidor se considera un honesto escriba, se toma la molestia de escuchar todo, todo el material que llega aunque, a veces, haya algunas portadas que te dan ganas de pasar a poner en el reproductor el siguiente compacto. Hay discos que no pasan la primera criba, los hay que gozan de una segunda o tercera oportunidad y los hay que a la primera ya te da el pálpito. Son esos trabajos sobre los que te apetece escribir una reseña para explicar cómo te ha emocionado ese trabajo. Pues bien, la última vez que he tenido esta sensación ha sido con Cinnamon fadeout, el cuarto disco de Biscuit, un cuarteto catalán amante del rock de guitarras y capaz de sacar todo el jugo a una melodía. Lo que más me ha atraído de este álbum es que tras su aparente falta de pretensiones suenan terriblemente honestos y transparentes. Su mezcla de power pop, psicodelia, folk rock y rock a secas y sin epítetos, es vibrante. Sus canciones son como un rompecabezas en que cada pieza encaja a la perfección. Su sonido nos remite a Big Star, Byrds, Beatles, Buffalo Springfield, esas bandas clásicas que todo el mundo vuelve a escuchar una y otra vez cuando se cansa del último “hype” del rock.
Cinnamon fadeout no es un disco innovador, ni es la panacea para los amantes de lo novísimo. No obstante, rezuma calidez y proximidad y aunque pueda parecer poca cosa, en los tiempos que corren es mucho, muchísimo.
ÀLEX ORÓ.

Nils Petter Molvaer
Hamada

SULA/UNIVERSAL

El trompetista noruego ya no graba para ECM, pero no ha dejado de desarrollar en todo este tiempo un lenguaje cada vez más personal en su redefinición del jazz electrónico. En Hamada vuelve a contar con sus viejos colegas de Jazzland, que también saben lo suyo de esta asignatura: el guitarrista Eivind Aarset y el batería Audun Kleive. Los tres proporcionan imágenes visuales a la gélida corriente electrónica que hace unos años llegaba del norte. “Hamada”, que en árabe significa “inanimado, inerte, congelado”, es el nombre que se le da en el desierto a esas grandes formaciones rocosas que resultan infranqueables hasta para el más experto beduino. Una expresión áspera que tiene sin embargo su réplica en la propia belleza natural de lo que describe. Una buena metáfora para la propia música de Molvaer, de una belleza telúrica que conecta bien con el prog-rock más avanzado de los 70 y que la propia trompeta sintetizada de Jon Hassell no ha dejado de recordarnos todo este tiempo.
Hay escenarios abisales reclamando a gritos un dibujo de Roger Dean (“Icy altitude”, “Monocline”) o una película de Jim Jarmusch (“Sabkah”). Con “Friction” y “Cruel altitude” llegan los dos grandes puntos de inflexión, con esos sólidos “grooves” que apuntan a los King Crimson más inquietantes. Una obra ejemplar en su género para la que hay que saberle buscar el momento más adecuado de escucha.
GERNOT DUDDA.

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RECOPILATORIOS

Antonio Vega
Canciones 1980-2009

EMI

El primer recopilatorio póstumo de Antonio Vega ha salido al mercado con rapidez, poniendo de relieve la forma en que un autor se torna valiosa mercancía tras su muerte. No se trata de culpar al entramado discográfico, que no deja de estar formado por empresas, sino de apuntar hacia un público potencial, que disfruta del martir y que desea consumirlo, casi al margen de quien se trate. ¿Tradición católica? Seguro: El muerto cobra para el vulgo más valor bajo tierra que estando vivo y componiendo. Podríamos llamarlo el factor Van Gogh.
Canciones 1980-2009 es un recopilatorio digno. Cierto es que a nivel de créditos deja bastante que desear (¿la mayoría de la canciones están extraídas de Autorretratos, su anterior compilado?, ¡ay, los derechos editoriales!) y no habrían estado de más los nombres de los músicos que acompañaron al autor en cada grabación, pero el libreto adjunto es correcto y el combo CD más DVD queda de maravilla (aunque es una pena que no se haya tirado mano del formato digipack para resaltar más la presentación). El recorrido es completo, desde Nacha Pop a su última obra, dando buena cuenta del suculento repertorio que Vega ha dejado para la posteridad, siendo bien seleccionado cada corte, con interés y conocimiento. Por la parte audiovisual, se incluye el Básico que el músico grabara en 2001 acompañado, entre otros, por el hoy cotizado Carlos Raya, a parte de la propina en forma de documental.
A fin de cuentas, estamos ante el primero de muchos lanzamientos póstumos en torno a Vega, estoy seguro que en los próximos meses se sucederán directos inéditos y tantas otras grabaciones de archivo que ayudarán a completar la obra de su autor. Y no hay porque ser reticente a ellos siempre y cuando se realicen con gusto. Este recopilatorio cumple y permite una visión completa para aquellos que quieran tener condensada parte de la producción del músico, que no por ser un recopilatorio emociona menos. Por cierto, preciosa portada.
JUANJO ORDÁS.

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