Rockola, Discos. 26 de febrero de 2010

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«Dominan como nadie las melodías redondas y los coros celestiales (¿son humanas esas voces?). Magrean los esquemas trillados de los Ventures a la hora de dotar de chispa una historia a go-gó o ejercitar un instrumental. Pero también renuevan las viejas fórmulas mediante brochazos de picardía ramoniana o rememorando el jangle de Barracudas»

Surfin’ Lungs
“Full petal jacket”

WILD PUNK

Media década han tardado los veteranos Surfin’ Lungs en publicar una nueva colección de canciones. Tras el majestuoso “Surf, drags & rock’ n’ roll” (Wild Punk, 2005), el cuarteto de Brighton vuelve a la carga con más de lo mismo: preciosos y satinados temas de surf vocal. Materia en la que superan de lejos la media del revival internacional. Los ingleses llevan casi treinta años sin quitarse las camisas playeras y sorteando las olas de Jan &Dean y la estirpe Wilson. No inventan nada. ¿O sí? Dada su extensa trayectoria, resulta justo reconocer la excelencia de las composiciones que llevan la impronta de Chris Pearce, Steve Dean, Clive Gilling y Sputnik Weazel. Nunca fallan. Dominan como nadie las melodías redondas y los coros celestiales (¿son humanas esas voces?). Magrean los esquemas trillados de los Ventures a la hora de dotar de chispa una historia a go-gó (‘The girl’s gone wild’) o ejercitar un instrumental (‘97xf11’). Pero también renuevan las viejas fórmulas mediante brochazos de picardía ramoniana o rememorando el jangle de Barracudas (‘She’s a surf punk’).

El célebre filme de Kubrick les sirve de inspiración para presentar su particular “chaqueta floreada” y transformar la máxima bélica en un airado “nacido para surfear”. Otra vez, el sello Wild Punk pone en circulación el trabajo de los británicos, que estos días están de gira de presentación por España, su segunda casa. Inmejorable oportunidad para sentir, aunque sea sólo en sueños, la brisa del mar y la arena caliente bajo los pies. Títulos flamantes como ‘Perfect summer’ o ‘Surf bus’ pasarán a su abultado repertorio de gemas veraniegas. Ya lo sentenciaban cuando Juan de Pablos comenzó a radiarlos en nuestro país: “La playa nunca morirá”.
EDUARDO TÉBAR.



Obús
“Cállate”

PEER MUSIC

Vaya disco que han parido Obús. “Cállate” no sólo nos trae a unos clásicos en pleno estado de forma, sino que lleva el rock grasiento y potente de nuevo hacia las masas. Porque “Cállate” es un disco de género, pero contiene tal cantidad de memorables estribillos y de explosiva energía que lo tiene fácil para trascender hasta un público variado y masivo. Los míticos Fortu (voz) y Paco Laguna (guitarra) se han aliado con el productor Fernando Montesinos (Pereza) para grabar un trabajo monumental, eléctrico y certero. Un trabajo limpio y rockero capaz de levantar los cimientos de tu casa a poco volumen que le des a tu equipo. Puro rock, sin etiquetas.

Es muy meritorio componer canciones tan enérgicas y la vez radiables como ‘Mi amigo el diablo’, ‘Cállate’ o ‘Es lo que hay’, sino que también es elogiosa la amplitud de miras de dos músicos que disfrutan de otros géneros con los que enriquecer su propuesta. Ahí está la perfecta fusión de rock y hip hop de ‘Mal rollo’ (junto al Dúo Kie), el funk metalico de ‘Ya le estás dando’ o la melódica balada ‘Mintió’, alejada de los cánones rockeros.

La nueva encarnación de Obús con –no nos olvidemos– dos miembros fundadores e imprescindibles (¡hablamos de la voz y la guitarra, amigos!) y dos nuevas incorporaciones como son el batería Carlos Mirat (Víctor Coyote) y el virtuoso bajista Pepe Bao (O’funkillo) no sólo funciona, sino que arrasa. Y es que “Cállate” es tremendamente adictivo, una brutal subida de adrenalina. Extraordinarias canciones por parte de Fortu y Laguna y un Montesinos que ha sabido capturar el espíritu rockero de tan mítica formación para empaquetarlo crudo aunque aseado, potente y comercial. ¡Y es que parecen una banda nueva!

Dale una oportunidad al disco. La energía y las tablas las ponen ellos, tú solo pon el oído. Hará tiempo que no le pasabas tan bien.
JUANJO ORDÁS.



Vampire Weekend
“Contra”

XL/¡POP STOCK!

Si, a raíz de su debut, Vampire Weekend ya fueron justamente asociados con el Paul Simon de “Graceland” y con Orange Juice, ha llegado la hora de decir abiertamente que “Contra”, su segunda entrega, debe a Johnny Clegg & Savuka más de lo que la crítica «trendy» gustaría reconocer, quizá porque el sudafricano carece del obligatorio marchamo «cool» imprescindible para obtener altas calificaciones en las webs que marcan el ritmo de la moda. Otra cosa es que esa evidente deuda (o la ignorancia mayoritaria a que sigue sometida la música pop del continente negro) menoscabe el valor de sus canciones, y lo cierto es que, bromas aparte (la ripiosa ‘Horchata’ no pasa de tal categoría), los neoyorquinos han demostrado con creces que lo suyo no fue un golpe de fortuna. Resulta inevitable rendirse a su contagioso afro-pop, o resistirse a compartir la frescura que destilan canciones como la excitante ‘Cousins’, ‘Taxi cab’ (con unos estupendos arreglos de cuerda) o ‘Giving up the gun’. Se merecen el éxito alcanzado.
EDUARDO GUILLOT.



Maria Muldaur
«Maria Muldaur & her Garden of Joy»

STONY PLAIN/KARONTE

Es una pena que aún haya tanta gente que no conozca a Maria Grazia Rosa Domenica d’Amato, nombre real de esta mujer antes de cambiar su apellido tras casarse con el cantante folk Geof Muldaur. Ya entonces ella tenía su reputación de cantante blanca con poderosa voz negra, algo que no ha hecho más que fortalecerse con los años. En este nuevo disco, Maria Muldaur rinde homenaje al ritmo ragtime, derivación del blues y la música blanca, de la que acabaría naciendo el jazz (con figuras clave como Scott Joplin o el primer Louis Armstrong). Echando mano a piezas clásicas y alguna nueva composición a la medida, Muldaur logra traerse con éxito aquel ritmo al siglo XXI, para deleite de los aficionados.

Su voz, levemente rasgada, funciona con una instrumentación de banda tradicional (banjo, mandolina, clarinete, violín y tabla de lavar) con la misma emoción que en cortes más folkies. The Crow Quill Night Owls es el nombre de su nueva formación para esta proyecto, a la que se suman algunos viejos colegas, como John Sebastian, David Grisman o Taj Mahal, entre otros. Un disco agradable y muy optimista, con canciones que reflejan unas ganas de vivir a la medida de esa pletórica portada.
JAVIER MÁRQUEZ SÁNCHEZ.



Jubilee
«A place called home»

GRABACIONES EN EL MAR

Me considero un ser analógico al que, por suerte o por desgracia, le ha tocado vivir en una época digital. En mi colección de discos, los vinilos ganan por goleada a los compactos y los mp3 ocupan una pequeñísima parte de la memoria de mi ordenador. Por eso agradezco la edición de LPs como «A place called home», la segunda entrega de los jienenses Jubilee.

La banda liderada por Pedro Cantudo ha grabado este disco en directo utilizando instrumentos y equipos vintage, algo que a los seres analógicos nos encanta. El resultado son once cálidas canciones con aires a Paul McCartney, a Badfinger, a Big Star, Calexico… en las que la voz de Pedro Cantudo te va calando como la lluvia fina: poco a poco hasta que te deja empapado de emoción. A Cantudo lo ha acompañado su hermano Javier a la batería, Manolo Gordillo al bajo, Paco Varela a los teclados y Javier Beamuz al banjo y la mandolina. Todos ellos han conseguido una sonido compacto a la vez que vibrante y cálido (sé que ya he utilizado este adjetivo pero es el que mejor define este disco).

«A place called home» es uno de esos discos que gana con cada audición. Puedes encontrar matices y detalles que se te han pasado por alto en la última escucha. Es uno de esos discos que, con toda seguridad, va a envejecer bien. Será como un buen vino y la prueba está en temas como ‘Nobody waiting at home’, ‘The singer’, ‘Sea dream’ o ‘She is mine’.
ÀLEX ORÓ.



Junior Mckenzie
«Junior Mckenzie»

AUTOEDICIÓN

Es difícil encontrar propuestas musicales españolas tan bien elaboradas, tal que si surgiesen del más interesante rock anglosajón actual, como Junior Mckenzie, un proyecto personal de Juan Fortea, que anteriormente formó parte del grupo Belfast y trabajó como guitarrista de Sidonie. Aunque desconocido a nivel mediático, se deja ver más de la cuenta por los escenarios y ha sido telonero de Richard Hawley, Frank Black o The Kills en actuaciones en nuestro país. Pero eso nunca es suficiente en un negocio en caída libre, que apenas encuentra el punto para empezar a regenerarse, y que ignora por desconocimiento o falta de criterio las iniciativas más jugosas en cuanto a música emocionante se refiere. Junior McKenzie es una de ellas, tan ignorada como sabrosa.

Con un material esencialmente ecléctico, sus sonidos huyen del encasillamiento puro y duro para adentrarse en un mar de aguas agitadas y cálidas que navegan sin previo aviso por el rock, el pop y el folk, incluso con tímidos oleajes jazzy, donde las percusiones y los vientos bien seleccionados enriquecen el producto final mientras la sugerente voz de Fortea recuerda al estilo incitante de Jeff Buckley. ‘Real Love’ da buena cuenta de esa capacidad vocal. El brío rockero de ‘My Only Friend’ o la agradable declaración folkie de ‘So Young’ adquieren estupendos aires de swing fronterizo con las incursiones de las trompetas. ‘Where to Stay’ o ‘Feed the Mosquito’, por su parte, ponen un punto más visceral al asunto. Composiciones que parecen llegadas de algún lugar donde los Black Crowes se encuentran con Reef, en mitad del charco del rock de guitarras. El potente tema ‘Street Light’ o ‘Hangover’ invitan a pensar más aún sobre esta línea de buen rock. En definitiva, un discazo.
FERNANDO NAVARRO.



Supersubmarina
“Electroviral”

SONY
Ya era hora de disfrutar del primer larga duración de Supersubmarina. Después de sacarle partido a un par de EPs, llega este “Electroviral”, su primer disco largo. Han tenido la buena idea de incluir algunos de los mejores temas desperdigados en los citados lanzamientos, complementados por temas completamente nuevos. Y el resultado es francamente bueno.

Supersubmarina no sólo cuadran, sino que encajan con precisión en el bloque del indie español, pudiendo sentirse la influencia de Piratas, Deluxe, Vetusta Morla o de los guiris guitarreros más bailables como los Bloc Party. Pero no hablamos de un remedo, sino de una banda muy joven que hace de su inexperiencia su mayor arma. Y es que en lugar de sonar a copia descafeinada de sus mayores, estos chavales aportan una frescura y una inocencia que encaja perfectamente con sus inspiradas canciones. Temas como ‘Niebla’ o ‘Ana’ (gran estribillo) demuestran que la banda domina las sonoridades del rock alternativo, pero cuando la vertiente pop lucha por tomar el control es cuando empiezan a sonar más personales. Ahí están canciones magistrales como la propia ‘Supersubmarina’, ‘Cientocero’ (¡en la que reactualizan el legado latino de la última etapa de Radio Futura!), su poderosa versión de ‘Chas! Y aparezco a tu lado’ o ‘Elástica galáctica’. No tienen miedo de combinar jugadas en territorio conocido con exploraciones un poco más allá de lo habitual en bandas de su linaje.

Gran debut este “Electroviral”, no sólo los situa como una nueva banda a tener en cuenta, sino que deja entrever que tienen un prometedor futuro artístico por delante.
JUANJO ORDÁS.



Eightman
«Louder»

DISCOS DE LA BAHÍA

En algún momento tenía que suceder y éste –veinte años después– es tan buen momento como cualquier otro. Esa música que cincelaba la frontera entre los ochenta y los noventa se encuentra de nuevo entre nosotros, olvidada casi al nacer se ha convertido en uno de esos periodos de frecuente maldición en la historia del pop. Poco podía aportar, la resaca de la década anterior le vetó la experimentación y sólo le dejó libre el campo del intimismo rabioso. Y este cuarteto de Bilbao acude a esa plantilla; con conciencia, cada nuevo grupo ha de aportar una plantilla, hasta los Beatles la tuvieron, y es siempre bueno enseñarla.

Así que el coqueto y elegante sello Discos de la Bahía –gaditano de pro Verne, de los emocionantes Clyde– recoge esta decena de canciones y les factura un LP que se huele a la legua de donde proviene y que, gracias a Dios, conserva la frescura que al fin y al cabo tiene el indie y lo alimenta con luces de otras estrellas. Ejemplo, el tema que firma el bajista, Ander Alcaraz, ‘The Red Houses’ no se iría fuera del repertorio de The Byrds, ampliado incluso por unos leves toques orientales entre los instrumentos que van a gas. O ese ’Summer of 98’ que entre las guitarras acoge un leve aire –asómbrense– a Visage.

Muchas cosas más se pueden destacar, esas melodías limpias que dibujan un paisaje de pulcritud feliz en ‘Talk about here’ o esa solidez llena de luz en ‘Center of America’, o quizás esos teclados de ‘The no limit’ con un diseño a lo Pulp, una batería que pasa a la acción y un dibujo de guitarras a lo Johnny Marr. Esto viene a ser el disco, un tratado de como aún existe un espacio para que el intimismo se deslice sin necesidad de cantautores.
CÉSAR PRIETO.


Anterior entrega de Rockola.

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