Rockola, Discos. 22 de enero de 2010

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«Suena contemporáneo, diferente, desprejuiciado, inquieto. Su sonido se acomoda en los oídos varias escuchas después de la desconcertante primera vez. Entonces llega la detonación del disfrute»

Arias-22-01-10Antonio Arias
«Multiverso»

EVERLASTING

Antonio Arias es el líder de los granadinos y explosivos Lagartija Nick. Es su voz, su cabeza pensante, quien ostenta la paternidad de prácticamente todo el repertorio de la banda. Citar a Lagartija Nick es hablar de vértigo, velocidad, adrenalina rockera, exacerbada pulsión eléctrica, paroxismo. Sin embargo, en los últimos discos del grupo anidan canciones ocasionales mucho más apaciguadas, temas tranquilos alejados de los resortes identitarios de la banda, un paisaje sosegado en el que la electricidad te arrulla en vez de carbonizarte. Antonio Arias ahora en solitario ha profundizado en esa dirección, se ha adentrado a investigar qué hay por ahí. Lo que ha encontrado se llama «Multiverso», un disco monotemático dedicado al universo y la física con motivo del Año Internacional de la Astronomía.

Huelga decir que esas temáticas son frecuentes en el argumentario de Lagartija Nick, así que nadie mejor que Antonio Arias para alumbrar un disco que festeja la exploración del espacio. En esta ocasión musicaliza textos cuya autoría pertenece a científicos y escritores con afán de mostrar su asombro planetario y su literatura astronómica en cápsulas poéticas. Sobre esa base Antonio Arias dulcifica su voz como si se enfrentara a una nana y cruza la poesía con la ciencia y el universo con naturalidad de experto. El resultado es brillante y hermoso, arriesgado, alejado del perímetro de lo convencional. Hay pop (‘Desde una estrella enana’, ‘Génesis’), guiños electrónicos (sobresaliente la pieza que abre el álbum tras la intro) música espacial (‘Miriadas’, la canción más redonda), futurismo (‘Derrota de Bill Gates’), pinceladas de psicodelia, un par de latigazos rockeros que recuerdan a la banda nodriza (‘Astronomía’ y ‘Cristal’, registrada con la alineación de Lagartija al completo), colaboraciones en perfecta simetría como la de J, de Los Planetas, en la nostálgica ‘Laika’.

Resulta reconfortante en tiempos de avasallador infantilismo cultural escuchar a alguien cantar sobre la danza ebria de los átomos, la simulación del nacimiento de una estrella en la pantalla de una computadora, lo intangible que no comprende la mirada, la posibilidad de que el ordenador conozca el orgullo y pueda dominarnos por miedo a ser desconectado, la imposibilidad humana de pedir tiempo muerto a la vida. Suena contemporáneo, diferente, desprejuiciado, inquieto. Su sonido se acomoda en los oídos varias escuchas después de la desconcertante primera vez. Entonces llega la detonación del disfrute.
JOSEMI VALLE.



Olivia-22-01-10Olivia de Happyland
«Casi feliz»

AUDIOMATIC/NUEVOS MEDIOS

No puedo evitarlo. Todos los «inputs» que me llegan sobre Olivia de Happyland y su amor por los animales, especialmente los gatos, me traen a la memoria a Vashti Bunyan, la delicada cantante británica que de la mano de Andrew Loog Oldman iba a convertirse en una nueva musa del pop. La buena de Vashti optó por otra vía, pidió prestadas un puñado de libras a Donovan, se compró un carro y acompañada por un caballo y un perro recorrió durante un año y medio la campiña inglesa para dar forma a las canciones de «Just another day», una de las joyas del folk británico de principios de los setenta. Salvando las distancies temporales y estilísticas obvias, «Casi Feliz», el debut de Olivia de Happyland, tiene el sabor de los mejores momentos de Vashti Bunyan (tanto de su época pop como de su período folk). Olivia de Happyland nos ofrece una docena de canciones tiernas, ingenuas, irónicas, sencillas, bonitas, atemporales y ausentes de tragedia que la artista dedica a su “abuelita y a todos los animales del mundo”. Olivia de Happyland y su productor José María Rosillo han armado y construido sobre preciosistas estructuras pop y folk un mundo onírico lleno de recovecos y agradables sorpresas sonoras.

Más cercana a los primeros tiempos de La Buena Vida que a Vashti Bunyan, Olivia de Happyland se luce en temas como la picara ‘Pierdo el camisón’, una historia de desventuras y desengaños amorosos, o ‘Mama’, que narra la perdida de la figura materna durante la infancia. El instrumental ‘Happyland’ nos ofrece la cara más bucólica de la artista mientras que ‘Dulce animal’ y ‘Domestícame’ son dos preciosos juegos de confusión amorosa. En el primero no sabes si te habla una inocente chica o una tierna devoradora de hombres. En el segundo, la protagonista reclama que la “domestiquen” porque es un “animal perdido”. Ya lo ven, de una manera u otra los animales están presentes en Happyland, ese país imaginario creado por Olivia, un país que le hubiera encantado a la buena de Vashti Bunyan.
ÀLEX ORÓ.



Coma-22-01-10Maria Coma
«Linòleum»

AMNIÒTIC RECORDS

Es muy de agradecer que en este panorama musical nuestro de cada día –no excesivamente prolijo en cuanto a la existencia de creadores que se salgan DE VERDAD de lo usual y mucho menos si se trata además de alguna representante del mal llamado sexo débil– que haya surgido alguien de la rabiosa juventud y el talento de María Coma. Compositora, instrumentista, cantante, artista multidisciplinar en suma (al margen de la música, toca con soltura casi todos los palos creativos del ámbito audiovisual), éste, su primer lanzamiento discográfico, constituye una auténtica declaración de principios artísticos y las doce gemas que lo componen, la prueba más fehaciente de su inmenso talento compositivo e interpretativo.

Su voz sutil, embriagadora y llena de matices pero, sobre todo, esas maravillosamente sencillas canciones suyas a medio camino entre lo onírico y lo sensual, me traen a la cabeza –no se por qué– a la Alicia de Lewis Carol sumergida en su mundo mágico y sobrenatural. He leído por ahí que en algún momento se la ha llegado a bautizar como la Björk “catalana” por sus especiales calidades y potencialidades, aunque yo ni le colgaría sambenitos fuera de lugar, ni etiqueta estilística concreta alguna, ni, por supuesto, la sometería a comparaciones de ningún tipo con nadie más o menos conocido/a. Coma tiene mucha más personalidad que todo esto y si su aún corta trayectoria debe destacar por algo es precisamente por esa singularidad y aparente ingenuidad que ya desde su debut la convierten en algo tan especial como sorprendente. Pronostico que de cara a un futuro más o menos inmediato, ni su manera de hacer las cosas se estancará, ni ella a buen seguro se permitirá, tampoco, el lujo de ceder terreno en capacidad para sorprender a propios o a extraños.
JAVIER DE CASTRO.



Todo-Largo-22-01-10Todo el Largo Verano
«De vacaciones en Marmolinos»

AUTOEDITADO

Sospecho que nunca le va a caer la etiqueta, pero la merece. Donosti y Xixón la tuvieron y Ferrol posee todos los condicionantes menos el trabajo promocional. Eso la pierde. Recordemos qué hace falta: pocos grupos, que colaboren unos con otros y un puñado de canciones de estética reconocible. Todo ello existe en la ciudad atlántica. Los grupos –o solistas– se llaman Quant, Jules & Jim, Roger de Flor o Boy Elliot. Todos son amigos y todos tocan en los discos de todos. Sus referentes son amplios e idénticos. Pero son tan modestos, aceptan permanecer tan escondidos, que nunca llegarán a ninguna revista y los devotos de esa pequeña armonía pop rabiaremos porque algo tan precioso no se expanda.

Vamos a hablar, pues, de Todo el Largo Verano, ferrolanos también, surgidos casi al azar en 2006 para animar las fiestas de La Fonográfica General –sobre éstos habría que hacer un artículo también– y con cuatro singles en el colectivo. Encadenando canciones se autoeditan ahora un coqueto CD a precio de risa que incluso se puede descargar legalmente desde aquí. Vayan haciéndolo y preparando los pocos Euros que supone su compra porque seguro que hay algo que los deslumbrará. Vamos a entrar en el país en que el sol envuelve y los ojos sonríen.

Digamos que en el sonido Ferrol esa estética reconocible a la que aludía no es más que un crisol que depura todo lo que de luminoso tiene la música popular: melodías dulces siempre y melosas nunca, guitarras cristalinas y tratamientos vocales soleados. Así en los cinco primeros minutos se deslizan una miniatura que parece abordar el ‘All you need is love’ y acaba robándole las castañuelas a las Supremes, un recuerdo a Los Ángeles –los granadinos, digo– que se barniza con La Casa Azul –seguramente Guille ha hecho que muchos grupos reconstruyan los sesenta– y un tercer corte que empieza y sigue a lo Palito Ortega pero que el oído atento advierte que es una melodía que encaja en los guitarrazos de Airbag.

Y sólo llevamos cinco minutos. Lo demás, canciones de calidez delicada –los ‘Días’ que llena de melancolía el teclado de Oscar Quant– o de burbujeante desnudez –el ‘Perdí a mi novia’ que no desmerecería en Melodrama o en los primeros Kamembert–. Y en medio, alguna miniatura como ese ‘Marmolinos’ en el que, solo a base de coros, pellizcan la esencia del pop en poco más de un minuto.

Para el final reservan una agradable sorpresa, tres canciones con una fanfarria circense, unas preciosas letras de pista, unos dejes vocales que remedan las directrices de La Granja, trompetas y una esencia de verbena que sólo podía partir de un grupo gallego, de un grupo para el que la música es humildad y diversión. La única manera de que les salgan las maravillas que les salen.
CÉSAR PRIETO.



Neonflash-22-01-10Neon Flash
«Hidden Alarm»

AUTOEDICIÓN/INDEPENDENT TRADE UNION

En estos tiempos en los que las tendencias apenas son cuestión de meses, que los valencianos Neon Flash hayan tardado tres años en debutar desde que se dieran a conocer como ganadores del concurso de bandas noveles que Heineken Greenspace organizó en 2006 no es un hecho que juegue a su favor. Quizá tampoco lo sea que las generaciones más entradas en años no vean en ellos más que una actualización de aquel synth pop que tanto predicamento tuvo por su costa hace más de dos décadas (la escuela de Betty Troupe, Vídeo y demás). Aunque lo cierto es que, si uno se limita a calibrar su propuesta con el fardo de prejuicios reducido al mínimo, en su contra no debería jugar ninguno de ambos factores. En primer lugar, porque su destilación de referentes va mucho más allá, pese a que no inventen en modo alguno la pólvora. De hecho, sus dos mejores cartuchos están justo al inicio, cuando guiñan el ojo a los New Order más mundanos en ‘Free Translation’ para luego echar el lazo a los Primal Scream menos iracundos con ‘Women’s Junkie’. Y en segundo lugar, porque pese a algunos momentos más ramplones y a esos lugares comunes que pueblan todo proyecto patrio que siente sus reales en el hedonismo electro pop, cuando levantan el pie del acelerador demuestran también que pueden ser algo más que pasto para pistas de baile trendies: el sereno magnetismo de ‘Vanished’ o ‘Universal Robots’ así lo atestigua.
CARLOS PÉREZ DE ZIRIZA.



Kurtz-22-01-10Mae Kurtz
“Songs from the underworld”

EDICIÓN DIGITAL

Vamos a jugar a las mezclas: Se coge a Joy Division, se les mezcla con Patti Smith y se añade un poco de PJ Harvey. El producto resultante se llama Mae Kurtz y os aseguro que no decepciona.

Acercarse a un disco de un artista español (catalán, específicamente en este caso) que canta en inglés siempre implica cierto recelo. Y con razón, después de haber soportado a tanto pedante cantando en idiomas que no domina. Pero ese no es el caso de Mae Kurtz, la chica no solo domina el idioma, sino que además se sirve bien de él, poseyendo una muy buena pronunciación.

Salvado el escoyo idiomático, aquellos que se acerquen a “Songs from the underworld” disfrutaran de un EP ejemplar, comedido y muy bien resuelto. Cinco canciones atmosféricas aunque concretas, muy melancólicas con sombríos estribillos que se clavan como estacas. Sí, es solo su primer trabajo y muchos de estos temas suenan a pequeños clásicos. No es una exageración, solo hay que escuchar ‘Strange moonlight’, ‘Those days’ o la experimental versión de ‘Blue moon’.

Mae no solo cuenta con una evidente capacidad para escribir muy buenas canciones, sino que se hace cargo de todos los instrumentos del disco, guitarras, bajo, piano, programaciones y su tenue voz, claro. Los tiempos modernos mandan, la única forma de conseguir “Songs from the underworld” es escribir un mail a una de estas dos direcciones y solicitar de forma totalmente gratuita su enlace de descarga: aquí o bien aquí. Y merece la pena.
JUANJO ORDÁS.



Rexach-22-01-10Alexandre Rexach
«Era tan joven cuando nací»

MASS RECORDS

Seguramente el nombre de este multiinstrumentista, compositor y cantante catalán no le dirá gran cosa a la mayoría de la gente. Sin embargo, este disco de debut, pese a ser el primero que registra a su nombre, no es ni mucho menos su primera experiencia en los estudios de grabación. Bien al contrario. Tras haber trabajado con formaciones y solistas diversos de pop-rock como Vitruvi, Miquel Abras o Glaucs (la banda que liderara Jofre Bardagí, el hijo del malogrado guitarrista y arreglista Josep Maria Bardagí Freixes que durante tantos años acompañara a Joan Manuel Serrat), entre bastantes proyectos artísticos más y haber participado de una u otra forma (tocando, cantando, arreglando, produciendo…) en hasta treinta discos de larga duración, por fin ha decidido saltar a la arena sin red y demostrar sin ambages en estas primeras canciones editadas comercialmente a su nombre su filosofía creativa y qué clase de música es la que realmente le inspira y la que se puede identificar con aquel material de terceros artistas que él suele comprar para su disfrute personal.

Lo primero a destacar es que Alexandre haya elegido el español como vehículo expresivo, teniendo en cuenta que prácticamente sin excepción todos los registros sonoros en los que había participado profesionalmente con anterioridad habían sido ejecutados en catalán. Al parecer, simplemente, ha querido recuperar su lengua de creación de antes de empezar a ganarse la vida en este negocio. Lo segundo, y quizás más importante por la enorme influencia que desde muy chaval ha ejercido en él, sea la indisimulada admiración por George Harrison que supuran las diez canciones incluidas en este «Era tan joven cuando nací», y que pueden hacer de su escucha, un auténtico festín sonoro para todos los fans del guitarrista introspectivo y filosófico y, por extensión también, –cómo no–, de los Beatles, el grupo gracias al cual triunfó mundialmente. Esa influencia, sumada a la gran variedad de estilos que ha interiorizado Rexach a lo largo de su vida, ya sea por trabajo o por placer, se ha traducido en una entrega discográfica atiborrada de slides y sitares y con canciones como ‘Qué guapa es’, ‘La vida real’, ‘Tan mal’, ‘Cancioncilla para la más guapa’, ‘Más que una oración’, ‘Aceptando la realidad’ o ‘Me gusta hacer canciones con un ¡Hey¡’ (que nadie se asuste, nada que ver con Julito Iglesias), entre varias más igualmente interesantes, hasta completar este disco tan meritorio como absolutamente recomendable de música pop –llamémosle agridulce– que fusiona melodías optimistas con letras que transitan desde la melancolía al humor en cuestión de un instante.
JAVIER DE CASTRO.




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