Albert Pla
La diferencia
EL VOLCÁN/LOCOMOTIVE
Vuelve la bestia, ahora de la mano de Quimi Portet (director artístico y productor), y con la mochila cargada de sus historias alucinantes y desquiciadas, su voz de demente y su pasarse las estructuras convencionales de la canción por el forro.
¿Pero no se pone uno a favor de Pla inmediatamente cuando escucha el estribillo de ese peculiar corrido llamado «Hongos»: «En los dedos de mis pies, / crecen hongos de colores / me los como y crecen flores / más allá del horizonte»? Pues sí, claro que sí, acabas entregado sin remedio ante tamaña muestra de psicodelia espeluznante que ni los hermanos Gallagher, en su actual fase colorista, podrían imaginar por mucha inspiración que hubieran encontrado atiborrándose de guindillas y sangría peleona tostados al sol de Benidorm. Y es que Albert Pla es un fenómeno.
Un fenómeno capaz de firmar la mejor declaración de amor que se ha escuchado en mucho tiempo: «Perdona, amor mío / soy un retrasado / por haber perdido tanto tiempo / en llegar a tu lado. / Yo te anduve buscando, / hasta el fin de los mundos / te anduve buscando, / y me entretuve entre cielos / y abismos lejanos y extraños.» Un tipo que juega con las palabras con malsana intención, que emplea casi diez minutos para narrar la historia de una colilla pirómana y sin papeles que acaba ella solita con los Estados Unidos (y amenaza con venir en patera hacia España), que en «Ciego» lo mismo podría estar relatando los placeres de fumarse un porro como los de dar por culo. Cosas que sólo se le pueden ocurrir a este feliz pirado que en otro tema confiesa «Yo estuve al borde de la muerte / tantas noches… / y sin embargo estoy en pie». Y todo ello mientras une rumba y ranchera, rock, pop y todo lo que le viene al magín, sin sentido común, normas o el menor rubor.
La diferencia es Pla en estado puro, y eso, como ya se sabe, no es apto para gente sin sentido del humor.
JUAN PUCHADES.
Días de Incienso
El amor hace la vida tolerable al tacto
FLOR Y NATA RECORDS
Buenas noticias. Días de Incienso, cuatro músicos que abandonaron Málaga y se asentaron en Madrid con intención de ganarse la vida con la música, ha dejado de ser la encarnación de un mero ejercicio de mímesis, una simple copia de 091, y ha ampliado el abanico de influencias de cara a este primer álbum oficial. Lapido sigue siendo influencia fundamental, pero, cuando se entrega al rock, el cuarteto recuerda a Lagartija Nick y en ocasiones el cantante (y compositor) Javier Titos estira las sílabas como Josele Santiago. La banda ha ganado hechuras y cuenta con un recurso que le distingue de la gran mayoría de sus colegas; como los referentes citados, sabe hacer letras en castellano complejas e interesantes, con un punto cercano al surrealismo, a la irrealidad. Y sabe hacerlo sin caer en la afectación. Así, su cancionero, trufado de descargas de pop rock en las que llega a asomar puntualmente distorsionada psicodelia, está poblado de pesadillas enjauladas, amistades con amigos imaginarios con los que jugar en el fondo del armario, venas cosidas con cremalleras, cuentos de ciencia ficción para androides y otras evocaciones galácticas. Un universo lírico que incluye guiños a Blade runner y debería procurarle el ascenso a una hipotética Primera División del pop rock español. Si las cosas funcionaran de otra manera, claro.
IGOR CUBILLO.
Nouvelle Cuisine
De memoria
LONXA
El pop español, a diferencia del inglés, sigue siendo, afortunadamente, de largo alcance. Grupos maqueteros de hace un lustro empiezan a recoger frutos en forma de disco. Aunque en el caso de Nouvelle Cuisine esos frutos sean autoeditados, tampoco importa ya mucho puesto que se podrá conseguir en las mismas tiendas en las que están también sus compañeros sancionados por la industria. Aparte de esto en la web del grupo inventan la camiseta con pendrive, regalo de un lápiz de memoria con toda su producción discográfica y un montón de inéditas hasta llenarlo.
Quienes no conozcan a estos ferrolanos descubrirán enunciados impresionistas plagados de derrumbes sentimentales. Quienes los conozcan notarán que han ido depurando su estética hasta valerse casi de piano y voz en canciones como “ABC” sin que por ello resulten nada planos. Al contrario, emerge un empuje vital extraño en melodías llenas de placidez y susurros.
Otro ejemplo es “Todas mis canciones”, nada especial en ella; sin embargo resulta original y emocionante y logra provocar tensión desde la normalidad. Aquí está el problema, en que es difícil reflejar las sensaciones de unas canciones de tan bajas miras y tan alto calado, canciones que tienen que ver sobre todo con grupos de belleza subterránea como Índigo o Mirafiori, levemente Décima Víctima por poner referentes clásicos. Y siguen su método, deshilachar conversaciones inconexas y con la música helar las palabras. Escuchar “Calipso” es simplemente sentir el desespero.
Casi el mayor reproche que se les podía hacer es no trabajar una dirección de la que van dando muestras escasas pero efectivas: el recreo en la música popular, que en el siglo XXI sigue siendo en Galicia canción ligera con un toque “enxebre” y aires de muñeira. Eso es “popular” y la bordan tanto que parece hecha por Andrés do Barro. Si siguiera aquí, claro.
CÉSAR PRIETO.
Thomas Feiner & Anywhen
The opiates (revised)
SAMADHISOUND/GALILEO
Desde su propia portada –Jean Cocteau fumando opio en 1938– y un diseño gráfico acorde, queda claro que uno franquea esta puerta para engañar la conciencia y someterse a estados de ánimo no controlados. El “viaje” es a través del sofisticado plantel de ensoñaciones de Anywhen, aquel grupo sueco que vio truncado su destino tras tres únicos trabajos discográficos. Su personalísimo líder, Thomas Feiner –reencarnación del más sombrío Scott Walker–, despertó la fascinación de David Sylvian, que se lo recomendó a su hermano Steve Jansen para su álbum Slope. Ahora esta última grabación del grupo ha sido publicada de nuevo en su propia casa, Samadhisound, recogiendo dos temas más y nuevas trazas sonoras. Pero mucho ojo, porque tras las orquestaciones barrocas a lo Craig Armstrong y esa voz incluso más grave que la de los últimos Tindersticks, subyace un trabajo poco amigo de las primeras (o únicas) escuchas. Esto puede tener un tope en la espectacularidad de “The siren songs”, pero encontrar un ilimitado techo de posibilidades en la intimista “Dinah & the beautiful blue” y su endiablada sutileza emocional. La última (y merecidísima) posibilidad de descubrir a un grupo que ya no existe.
GERNOT DUDDA.
Sidecars
Sidecars
ALLISON RECORDS
La banda del hermano de Leiva (Pereza) arranca con fuerza gracias a un debut sólido, lleno de canciones mayúsculas. Tomando referencias fraternales, así como sirviéndose de las lecciones aprendidas de los grandes maestros (Ronaldos, Tequila), los madrileños se han marcado un disco de calidad, tremendamente entretenido. Su sonido vendría a ser una rica mezcla de las citadas influencias aderezadas por una producción muy «cool», muy neoyorquina. No es peyorativo, poco tienen que envidiar a luminarias del “fashion pop” como los Strokes, es más, les ganan por la mano.
Sidecars son un grupo de actitud y sonido clásico –de los que parían las calles del foro hace años– pero no por ello ajenos a lo que se cuece a nivel internacional. Bien por ellos: este flamante disco se lleva por delante al 95% de las nuevas bandas que nos suelen exportar los medios anglos. Aquí hay sudor, voluntad y tesón, potencia sonora apta para todos los públicos pero animal, y es que, al fin y al cabo, se trata de un grupo de rock and roll puro.
Con el tiempo deberán dejar de lado sus referencias más obvias (que las hay) en favor de una personalidad propia (que ya muestran), pero a día de hoy se estrenan con un notable alto. El sobresaliente se lo dejamos para sus enérgicas actuaciones en directo y la matricula de honor la reservamos para su próximo disco (potencial para ello les sobra).
JUAN JOSÉ ORDÁS FERNÁNDEZ.
Chiwoniso
Rebel woman
CUMBANCHA/KARONTE
En contra de lo que su juventud pueda indicar, Chiwoniso Maraire lleva casi veinte años cantando, componiendo y tocando a nivel profesional (es una virtuosa del “mbira”, instrumento tradicional hecho de dientes metálicos conectados a una tabla de madera y manejado por los pulgares). Nació en el norteamericano estado de Washington, pero su familia regresó a Zimbabwe en los años 90 a tiempo de que iniciara su camino musical como parte del grupo A Peace of Ebony. En 1997 publicó su primer álbum, Ancient voices, que le deparó el premio de Radio France International. Más de diez años después vuelve con este Rebel woman, que le sitúa en el ojo del huracán político de su país, con letras incendiarias y reivindicaciones del papel femenino en la guerra de independencia. Chi es una ferviente creyente del poder espiritual del “shona” tradicional: también los espíritus necesitan de curación tras la muerte. Su voz se parece mucho a la de Angelique Kidjo, aunque también comparte con la de Benin esa querencia por los metales, la polirritmia y esas figuras rítmicas de guitarra eléctrica tan propias del cono sur africano. Y en éste –y en muchos otros sentidos–, el álbum es de una belleza intachable.
GERNOT DUDDA.
Razl
Rotonova
MARTIAN SHEEP RECORDS
Por norma general los encargados de promoción mienten más que hablan, pero, sin que sirva de precedente, el que ha puesto la etiqueta de “intergalactic dirty guitar grooves for earthling weirdos” no merece una denuncia por conducirnos al equívoco con exageraciones en aras de fomentar el consumo compulsivo que ha podrido el sistema. Claro, que igual la ha puesto el propio Razl… El primer álbum del guitarrista Raúl Huelves (verdadero nombre de Razl) empieza con requiebros progresivos que desembocan en un mar de texturas jazzísticas, pulso funk, groove y las referidas evocaciones intergalácticas, un ordenado maremágnum en el que encuentran cabida scratches, metales que remiten al sonido característico de Maceo Parker y cortes para un guateque sideral. Es casi en su totalidad instrumental y de buena factura, no en vano participan músicos como Dean Brown, Mike Keneally, Bryan Beller, Damian Erskine y Charlie Dennard, gente curtida junto a Bill Evans, Frank Zappa, Steve Vai y New World Funk Ensemble, entre otros. Y, pese a la etiqueta “dirty”, todo suena bastante aseado (sin caer en el mero academicismo), logrando equilibrio entre la ambientación y la invitación al baile y, por supuesto, sin rastros de la demencia que caracterizaba a las mezclas del entrañable Zappa. Un estreno a tener en cuenta.
IGOR CUBILLO.
Antonio Miguel
The other side
TOP ARTIST PRODUCTIONS
Buenas canciones, magnífica instrumentación pero fallido concepto. Y es que a veces las cosas son tan sencillas como no cantar en inglés si no dominas el idioma. The other side flojea en el apartado vocal, que no es malo, sino incorrecto. No es acertado iniciar un trabajo cantando «esta noche voy a mostrarte lo que puede ser un hombre» en un inglés cañí que se lleva por delante lo que podría haber sido un excelente tema de haberse entonado en nuestra lengua. Y eso es lo que pasa con el resto del disco, que las canciones son muy buenas y Antonio Miguel se muestra como un consumado compositor pero pierde credibilidad en ese intento de internacionalización tan mal resuelto.
Si dejamos de lado las antedichas cuestiones, es de fuerza mayor comentar que el disco suena francamente bien, con un instrumentista inspirado al frente que sabe cómo tratar la guitarra sin caer en absurdas posees de «guitar heroe». Compone con gusto e inunda el trabajo con rock caliente, anclado en los 70.
Sí merece la pena darle una escucha sólo por su rica instrumentación, pero donde el músico puede dar lo mejor de sí mismo es en castellano. Ahí si que puede dejar huella, el tipo anda sobrado de talento. ¿El próximo en nuestro idioma?
JUAN JOSÉ ORDÁS FERNÁNDEZ.