Creedence Clearwater Revival
The best of
UNIVERSAL
A estas alturas del concierto poco podemos decir de un nuevo recopilatorio de una banda como la Creedence Clearwater Revival, más allá de la buena o mala selección de temas. Y en este caso, desde luego, el muestrario es impecable. Más de una veintena de cortes repasan en un primer compacto lo mejor de esta formación imprescindible de los años sesenta y setenta.
El disco entra a cañonazo limpio: “Bad moon rising”, “Born on the Bayou”, “Proud Mary”, “Travelin’ band”, “Have you ever seen the rain”, “Green river”… Y la cosa se mantiene durante más de una hora?
El rock y blues con toques country de esta formación sigue sonando tan apetecible e inspirador como hace treinta años. Las voces, las guitarras, los arreglos… Sus grabaciones de estudio gozan de una frescura y honestidad dignas del mejor directo. Y sus directos claro, envidan a aquéllas.
En este caso, el Best of al uso se presenta acompañado por otro disco que ofrece un directo de la banda liderada por John?Fogerty en el Oakland Coliseum, en 1970. Catorce canciones de la Creendence en el que probablemente fuese el mejor año de su trayectoria, dando cuerpo a un concierto legendario. Se editó originalmente en 1980 como Live at the Albert Hall 1970 y fue retitulado poco después The concert, cuando alguien cayó en la cuenta de que no había sido registrado en el popular teatro londinense sino en un estadio californiano. En resumidas cuentas, el complemento perfecto para rematar un paquete que rezuma espíritu rock.
JAVIER MÁRQUEZ.
Marcelo Champanier
Buenas intenciones
AUTOEDICIÓN
Muy bueno, muy bonito y… ¿muy barato? Efectivamente, el argentino Marcelo Champanier permite la descarga de su reciente Buenas intenciones de forma absolutamente gratuita desde su web. A partir de ese punto uno decide si donar dinero a la causa o aprovechar el altruismo del músico, aunque lo verdaderamente justo hubiese sido que una “major” hubiese apoyado el lanzamiento, especialmente si tenemos en cuenta a compatriotas del argentino con mucha menos calidad y muchísima más promoción.
En cualquier caso, Buenas intenciones nos presenta a un Champanier inspirado, de sonido lustroso pero que destaca especialmente en los temas de corte urbano y en los de trazo melancólico. Por supuesto que en el pop se desenvuelve bien, pero es en los pasajes antedichos en los que el argentino acierta en la diana con firmeza y precisión, donde deja impronta de una forjada personalidad que en futuras entregas debería explotar sin vacilaciones. El ritmo urbanita del tema titular es un excelente ejemplo de cómo asimilar las enseñanzas de Lou Reed sin caer en la parodia. Y es que en el fondo Champanier se muestra como un excelente catalizador de influencias, y aunque a veces su filtro pueda llegar a ser extremadamente permeable, al final queda claro que maneja referencias culturales sólidas con disciplina y muy buen hacer.
JUAN JOSÉ ORDÁS FERNÁNDEZ.
Alanis Morissette
Flavors of entanglement
WARNER
¿Por qué alcanza el rango de quimera esperar que alguien con un glorioso disco de debut rockero continúe alumbrando álbumes de rock o al menos registre alguna canción que nos recuerde su subsuelo biográfico? ¿Por qué la pista de despegue de muchas carreras es un soberbio trabajo aderezado de guitarras que muerden y todo lo que viene después son trabajos que fluctúan entre la balada y los medios tiempos? Algunos intelectuales definen este proceso con el ambivalente nombre de madurar. Si aceptamos que las cosas son así, no queda más remedio que afirmar que Alanis Morissette ha madurado mogollón. Su nuevo álbum de estudio lo testifica. La reina del grunge postrero se pasa a las pistas de baile. La vieja pulsión rockera ha sufrido un proceso de evaporización a favor de canciones electrónicas en plan Madonna (comparten el mismo productor), aunque también hay momentos que testimonian lo bien que se desenvuelve Alanis Morissette en el medio tiempo desasosegante.
Afortunadamente, su voz sigue siendo de primera división. Sus aullidos y sus arrullos al servicio de textos que telegrafían la desertización emocional, la ruptura de pareja y el abuso de introspección crónico que trae como anexo, te recuerdan que lo que estás escuchando es un trabajo firmado por la misma persona que rubricó años atrás discos memorables. El muro sónico con guitarras de hormigón armado y clima de tormenta a punto de diluviar con la que se descorcha el álbum y la balada con voz y piano “Not as we” son los dos grandes botes salvavidas que ayudan a mantener la esperanza. Siempre me ha pasado lo mismo con Alanis Morissette. Creo que es capaz de muchísimo más de lo que ofrece. Habrá que seguir esperando.
JOSEMI VALLE.
Señora Carmen
Na flor dos meus anos
PAI
Excepto alguna revista, programa de radio o festival –cabrían todos juntas en los dedos de una mano– la música de raíz popular es ignorada –si no despreciada– en nuestro país. No me refiero a suplantaciones que la usan como lema promocional, sino a la esencia depurada y sin arreglos de una tradición ahogada, pero que se resiste a ser pieza de museo. Este cronista, que atesora ediciones modélicas de cantantes semiprofesionales, garantes sin saberlo de un legado que se pierde en los siglos, no posee apenas nada editado en España. Y de haberlo, se encuentra más fácilmente en librerías que en tiendas de discos.
Por ello, cualquier indagación al respecto resulta tan grata como refrescante. Es el caso de Señora Carmen, la componente de más edad del grupo Malvela, surgido de un curso dirigido por Uxía, que con 83 años recupera aquellas canciones que se cantaban en mercados y labranzas, aquellas que nunca se registraban porque siempre había una garganta que las recreaba y no hacía falta. La versión definitiva era cada una de las versiones.
Para recuperar todo eso, el inquieto sello PAI edita un disco-libro en el que a las once canciones les añade un DVD biográfico que apuntala la emoción de las melodías. Melodías que se visten con ropajes, arreglos de músicos de Milladoiro, instrumentos de Treixadura o la voz de Dulce Pontes entre otros que dan vida al disco. Y sobre todo ello la voz de la señora Carmen que desgrana silencios de siglos en la rosaliana “Vals de Pazos” o en los aires morunos de “Ramo verde”.
Es una voz desacostumbrada y extraña, ajena a todo lo que sea convencional porque bebe de fuentes que no han sido escritas y que por tanto el consumidor tipo no conoce. Pero merece la pena acceder a ella, no sólo por la curiosidad, sino también porque es parte de nuestra memoria sentimental. La explosión de simplicidad en la canción que cierra el disco y que recuerda el género de las mayas o el intenso hedonismo que recorre la invitación de “Baila meu Manoeliño” no estaría de más que se contagiara a los grupos de más amplio calado. En otros países sucede así, ojalá que en éste también.
CÉSAR PRIETO.
Varios
African party
PUTUMAYO/KARONTE
Para celebrar sus primeros 15 años de vida, el sello Putumayo ha elegido al continente africano en la convicción de que el ritmo es el pulso vital de su música y, por ende, del resto del planeta. Esta recomendabilísima edición tiene a bien celebrar a muchos de los primeros espadas del continente, gente muy importante que sin embargo ha pasado a un segundo plano en las quinielas de los grandes corrillos de la World Music; nombres como Louis Mhlanga, Oliver Mtukudzi, BoPol Mansiamina, Sekouba Bambino (el legendario cantante de la Bembeya Jazz National) o Kotoja, el grupo del nigeriano Babá Ken Okulolo, que tras viajar a EEUU como miembro de la banda de King Sunny Ade decidió afincarse en la Costa Oeste. Precisamente fue una actuación de Kotoja en el Golden Gate Park de San Francisco lo que inspiró a Dan Storper la creación de un sello como Putumayo, dedicado intensamente a festejar la biodiversidad musical en cada rincón del planeta. Mucha atención igualmente a la emergente Chiwoniso, que desde Zimbabwe promete ser una de las más hechizantes y conmovedoras vocalistas africanas.
GERNOT DUDDA.
Varios
Got the go!!
LA CLASSE INTERNATIONALE
Para estos meses de canícula, de noches de juerga y cerveza fría no hay nada mejor que hacerse con alguna recopilación de música ligera y festiva. Nada de mensajes profundos ni virtuosismos instrumentales superfluos. Sólo canciones para pasarlo bien. Este tipo de material sonoro es el que podemos encontrar en la compilación Got the go!!, que reúne dieciocho temas de freakbeat y ye-yé francés altamente bailables.
Es un disco recopilado por DJs de los ambientes de revival sesentero galo por lo que les garantizamos que moverán el esqueleto hasta descoyuntarse con cada una de las canciones que incluye. Así en la cara A, denominada como “face hArley”, podemos encontrar una irresistible versión soulera de “Venus” a cargo de Tom Jones, el clásico “Mais porquoi” interpretado por Pussy Cat o a un Antoine que en un momento de debilidad se atrevió a grabar una cachonda revisión de “Pop corn” (sí, el llenapistas pachanguero conocido en España como “Palomitas de maíz”). En la cara B, “face teriBle”, descubrimos una fetén versión en francés de “Secret agent” interpretada por Pilles Brown, a unos desmelenados Dave Clark Five que nada tienen que ver con su etapa beat más ñoña y al mismísimo Pérez Prado con la incisiva “Mama a Go-go”.
Lo dicho, un álbum para desmelenarse en verano sin ningún tipo de complejo.
ÀLEX ORÓ.