“Regalo doble”, de Cuello

Autor:

DISCOS

“Arreglos básicos y efectivos, que en ocasiones se convierten en verdaderos himnos”

 

cuello-regalo-doble-02-10-18

Cuello
“Regalo doble”
BCORE

 

Texto: CÉSAR PRIETO.

 

 

Lo de Cuello es energía en estado puro. Y siempre ha sido así. Desde su primer álbum hace un lustro, José Guerrero ha ido desgranado explosivas tracas que mezclan el rock con el hardcore, pero en la que de continuo late un corazón pop. El fondo correoso de ‘Juego dominante’ o la máquina a piñón de ‘La frase’, si se les diese un tratamiento que las trocase en limpias y serenas, se convertirían en dulzuras melódicas en las que acierta en no parecerse a nadie. Quizás la mano del productor, Paco Loco, haya ayudado a preservar esta chispa, ese aire a Weezer o Superchunk, más que en los otros discos, no producidos por él.

Pero para llegar a esta visión hay que quitar esa capa de punk visceral que da solidez desde el segundo cero, defendida a la perfección por una banda con convencimiento y vigor. Ese segundo cero en que ‘El solitario dueño de mi emoción’, que abre el disco, ya se afina en una embriaguez de potencia. De igual forma en ‘La psicopatía del pulmón’, una espiral de cambios que se inicia como otras: con acordes nuevaoleros y punks. En este caso el inicio recuerda al de ‘Ataque preventivo de la URSS’ y en el de ‘Días de carrusel’ al de ‘God Save the Queen’, aunque enseguida las canciones discurren por otros caminos con la misma fuerza.

En todas ellas, eso sí, Nick Perry le da una excepcional pegada al bajo, logra acompañar el desborde de pasión de ‘El cuidador’ e incluso en ‘Saltando el muro del silencio’ inicia la andadura con espíritu psychobilly para ceder después el testigo a las guitarras en continua explosión.

Arreglos básicos y efectivos, que en ocasiones se convierten en verdaderos himnos. Lo es ‘Su calma sin sangre’, que también tiene mucho del espíritu ruidista de los 90, como si los Surfin Bichos se hubieran trasladado a 2018. Prácticamente no hay descanso, los cuerpos musculosos de las canciones —la contagiosa ‘Da igual si existe’, la arrebatada ‘Acumulación de triunfos’ — son muestra de una personalidad que busca la perfección en el mayor impacto, en el estallido de un big bang que descarga y extiende adrenalina.

Anterior crítica de discos: “True meanings”, de Paul Weller.

novedades-septiembre-18

Artículos relacionados